CHRISTOPHER.
-Jessica...- Koran suelta en un susurro, Jess parece molestarse por ese recibimiento, su mirada se endurece cuando aprieta más su mandíbula. No se mueve de la entrada de la casa. Josh a su lado luce algo confundido y no lo culpo si se siente así, pues yo tampoco entiendo nada de lo que ocurre ahora.
Además... ¿Qué hace él con ella?
-Tanto tiempo sin vernos, querida. ¿Te la has pasado bien con esas bestias?
-Aléjate de él ahora mismo.
Todo dentro y fuera de mí se alarma cuando observo a Jess sacar una extraña arma de su saco oscuro. Josh Trata de detenerla y empieza a rogarle para que la aleje de Koran, pero la chica castaña ni siquiera le pone atención a mi primo, sólo se concentra en mantener los ojos puestos en el chico rubio que se encuentra a mi lado.
-No se van a salir con la suya, con ninguno de ellos.
-Y tampoco lo harán ustedes. No se los permitiré. Para eso he venido aquí. - habla Koran, luciendo tan relajado cómo hace momentos. No aparta su mirada de Jess, y ella tampoco deja de apuntarlo con esa reluciente arma plateada la cual ha empezado a ponerme nervioso.
¿Qué diablos pasa con ellos?
Trato de pedirle a Jess que deje esa arma, pero me ignora por completo. Luce muy extraña, no para de temblar o tal vez eso se deba a la ira que ahora me muestra en sus ojos. Me sorprende verla de esta manera.
¿De dónde diablos conoce a Koran?
Su reacción por él está inquietandome mucho.
-Veo que te has convertido en mas que una mascota para ellos.- Koran luce totalmente relajado cuando se acerca, cautelosamente hacia ella-. También su cómplice.
Jess sólo lo fulmina con la mirada, sin dejar de apuntar directamente a la cabeza de Koran. El chico no parece temer en lo absoluto, luce tan relajado que incluso asusta. Sin embargo la chica castaña aún delata un anhelo por aniquilarlo, pero igual puedo percibir lo nerviosa que está.
-Tenía cierta fé en ti por lo que hiciste hace tiempo por tu madre, ¿sabes?- un brillo lastimoso se delata en sus ojos después -. Es decepcionante ver que eres sólo una vendida más.
Ella niega, soltando una risa que no la hace sonar cómo ella.
-¿Enserio crees que puedes juzgarme, aún después de lo que tú también has hecho?- suelta con voz quebrada, y también logro percibir un hilo de coraje en ella-. Ni siquiera se te ocurra hacerlo, Korin. No sabes nada de mí, y tampoco tienes el derecho de juzgarme.- veo que Josh trata de calmarla pero ella lo evade cuando manotea para alejarlo-. Tú no eres mejor que yo, ¿me llamaste vendida?, ¿y tú qué eres, Koran? ¿eh? Dime con qué excusa saldrás ahora.
Koran se queda en silencio por un largo momento. Sigo observándolos, sintiéndome más que intrigado y preocupado. Miro a Koran después y noto cómo aprieta sus puños a sus costados, como si algo lo estuviese molestando o torturando en este momento.
- Puedo imaginar todo lo que te ha dicho ella de mí, y por eso sé que ahora crees lo peor de mí, pero te aseguro que yo nunca he sido capaz de traicionarla, no cómo ella lo hizo conmigo.
La tensión que ahora percibo es tan aplastante. Ninguno deja de desafiarse con la mirada, ninguno parece tener la intención de bajar la guardia.
- No lo haría... ni siquiera después de lo que ella nos hizo. Nunca la hubiera engañado, nunca sería capaz de hacerle daño... no puedo aún. Pero sabes que tengo la obligación de entregársela al Guardián. No depende de mí.
- La dejaste morir sola, Koran. Si no lo hubieras hecho... no estuvieras cazandola cómo ahora.
Avanzo inmediatamente hacia ella para tratar de calmarla cuando veo como se acerca más al gatillo del arma, pero Koran pone un brazo frente a mí, impidiendo que llegue a ella y después me da una mirada de "no te preocupes."
-Jess... tranquila por favor. - suplico pero ella aun mantiene sus ojos en el rubio.
- La abandonaste... Todo por obedecerlo a él. Todo para seguir quedando bien con él. Nunca te ha importado nada más que seguir siendo el favorito del Guardián. - Su mirada, que ahora delata nostalgia y coraje, no se despega del chico que se encuentra a mi costado. Miro a Koran, en espera de una explicación, pero lo único que obtenemos de respuesta es que sólo baje su mirada.
Niega con la cabeza, sin encararnos.
- Ibas a entregarnos al Guardián.
- ¡No tenía opción! - dice él, con voz débil y baja. Un escalofrío recorre mi espalda al razonar mejor esas últimas palabras.
¿Entregarlas?
- Dijiste que nunca la dañarías. Además de hipócrita también eres un maldito traidor.
-¡Ya le había fallado una vez!, ¡casi me cuesta la cabeza por ese error!- soy capaz de notar cómo Jess se sobresalta por el tono desesperado de Koran. Él después revuelve su melena rubia con su mano-. ¡Le fallé a mi sargento!, ¡me jugué mi puesto por ella!, ¡él confió en mí! ¡confió en que yo podía devolver a Lamia a la luz! ¡Hice lo que pude! ¡¿bien?!, ¡traté de ayudarla, traté de que ella eligiera el verdadero camino!, ¡fuera de Manum!, ¡fuera de lo que ella era! Le dije que no tenía que ser cómo su padre porque era mucho mejor que eso. Le prometí que yo estaría con ella para ayudarla a alejarse de todas esas sombras que querían corromperla, pero prefirió hacerle caso a ellas finalmente. Esa fue su elección, no intentes echarme la culpa.
- ¡Deja de mentir!-Jess suelta, desesperada -. Desde el principio estuviste cazándola, no me vengas con esto ahora. Si hubieras querido lo mejor para ella... no la hubieras abandonado cómo lo hiciste.
Koran también niega, soltando una risa carente de humor. Luce desesperado. Josh y yo nos damos una mirada, y noto que está igual de confundido y preocupado que yo. Me pregunto cómo es que él puede ver a ese ser luminoso. ¿Por qué no luce extrañado o sorprendido por su presencia? Creo que eso no parece importarle mucho ahora. No ahora en donde vemos a Jess apuntando con esa arma a ese chico.
Editado: 15.03.2023