CHRISTOPHER.
Mis ojos no dejan de mirar con horror y con asombro a lo que ahora se encuentra frente a mí. Un chico está ahí, en el suelo, con sus ojos cerrados, con mejillas y ropa tiznada de negro. Su resplandor luce débil, casi apagado.
Maldición...
Las entrañas se me revuelven y el pánico temprano empieza a paralizarme al ver a ese humo que sale de ese gran e inquietante agujero que está en su pecho.
Niego con la cabeza frenéticamente, porque es la única forma en la que puedo reaccionar ahora. Mi corazón late tan fuerte en este momento, que temo que vaya a explotar dentro de mi pecho, y mi cuerpo no deja de temblar por la preocupación que lo invade.
No puedo entender nada ahora, pero tampoco quiero darme cuenta de que de verdad he sido yo el causante de esto. Parece que ya ni respira, estoy tan aterrado ahora que incluso me resulta insoportable estar en mi propia piel. La estancia sigue siendo iluminada por la brillante luz que proyecta esa flama azul que sigue en la chimenea, y también por la que está en mis manos. Ni siquiera soy capaz de percibir su quemazón, ni siquiera soy capaz de percibir lo que ocurre realmente conmigo ahora, pero todo se siente tan extraño, dentro y fuera de mí...
<<Lo maté... ¡Lo maté!>>
Esas palabras me siguen estremeciendo cuando se repiten una y otra vez dentro de mi cabeza. Los segundos empiezan a transcurrir lentamente, aumentando con eso mi tortura interna. Sigo sin obtener respuesta del chico, y tampoco de mi tembloroso cuerpo que sigue estancado a pocos centímetros de él.
No puedo creer aun en lo que veo. Un ser extraño está tirado, muerto... en la sala de mi casa. Esa criatura se encuentra ahí sin vida por mi culpa.
¿Cómo carajos puede ser posible?, ¿qué demonios es lo que ocurre conmigo?
En lugar de resolver todas estas extrañas cosas que me han venido ocurriendo desde hace tiempo... todo sigue empeorándose. Siguen convirtiéndose en un extraño embrollo. Siguen convirtiéndome en un lío irremediable e inútil.
Mis manos se aprietan con fuerza a mis costados, en el material de mis pantalones, pero ni siquiera eso puede detener un poco al jodido temblor que hay en ellas. Mis dedos ya duelen por tal aferro. Mi respiración se escucha un poco anormal ahora, es lo único que puedo oír, además del sonido del fuego haciendo sus destrozos en esa chimenea.
<<Lo maté...>>
No sé lo que me pasó, ahora mismo me cuesta tanto razonarlo en mi cabeza. No quería provocar esto, pero fue inevitable, no pude contenerlo... Sentía que me quemaba por dentro, ni siquiera quería dañarlo, pero me sentí tan explotar cuando ví a Josh caer al suelo.
Algo dentro de mí se activó de manera brusca e incontrolable. Me controló a su antojo. No tuve fuerzas para frenarlo y sólo me dejé envolver y manejar por esa rabia y esa desesperación que empezó a correr por mis venas, como si se hubiese tratado de una corriente eléctrica, y que a su paso, encendió todo dentro de mí. No puedo asegurar que esa sea la razón por la que exploté... pero la ira... la ira es la responsable de que cosas extrañas sucedan.
Por eso tenía tanto miedo de involucrarme de nuevo con el mundo, porque no quería volver a ser ese chico violento e impulsivo que explotaba tan fácilmente por todo. Ese chico que por cualquier estupidez... no podía controlar a los demonios que lo poseían al momento. Siempre se manifestaban en forma de violencia, de gritos, o de comentarios hirientes hacia los demás.
Ahora me aterra darme cuenta de que soy capaz de ser mucho peor que todo eso.
Soy un fenómeno...
<<Está muerto... muerto por mi culpa.>>
¡¿Cómo es posible que haya llegado a estos extremos?!, ¡¿cómo fuí capaz de acabar en esta situación?!
Maté a alguien, o... a algo, y eso me da a entender que, lo que sea que sea esto... no es nada bueno. No soy algo normal... ni bueno.
Es lo único que puedo tener seguro ahora.
—Chris...— la inestable voz de Jess me devuelve lentamente al aquí. Sigo escuchándola a mis espaldas, pero aun no puedo mover ni un sólo músculo para, si quiera, intentar girarme hacia ella. Su voz me suena lejana y en eco, es como si estuviese despertando de un sueño muy profundo.
— Por... Por favor Chris, reacciona, me estás asustando.
Uso toda mi fuerza de voluntad para girar sobre mi eje y encontrarla. Sigue en el suelo junto a mi primo que, por cierto... sigue sin reaccionar. Algo dentro de mí se despierta de golpe cuando me doy cuenta de su estado.
Trago grueso.
Al salir un poco de mi ensimismamiento, avanzo a paso inseguro hacia donde se encuentran ellos. Me hinco sobre mis rodillas para tomar a Josh y lo reviso después. Su pulso está muy débil... Respira muy despacio y eso empieza a alarmarme. Jess luce muy preocupada. Trato de reanimarlo, apretando su pecho y Jess me ayuda, dándole respiración de boca a boca pero tampoco funciona. Vuelvo a presionar su pecho y ella vuelve a soplar con fuerza dentro de su boca pero nada ocurre.
¡¿Qué mierda le habrá hecho esa maldita barrera de luz?!
— ¡¿Qué pasa?!—mi corazón empieza a latir desbocado. Sigo presionando su pecho con fuerza pero mi primo no abre los ojos aún, ya estoy desesperado. Verlo así está llevándome al borde del pánico—. Vuelve a hacerlo.
—Chris...
—¡Vamos, ayúdame!
— Esto no funcionará, Chris.
— Tiene que funcionar, vamos házlo.
— ¡Lo destrozó por dentro!, ¡entiende!
Me detengo, y mi cuerpo empieza a sentirse más débil después de razonar sus palabras. El miedo me aprisiona por un tortuoso momento pero rápidamente regreso al aquí para seguir con esa técnica.
No...
Josh tiene que despertar, ¡tiene que despertar!
Editado: 15.03.2023