CHRISTOPHER
Mi cuerpo no responde, apenas soy consciente de la oscuridad que me rodea y del fuerte temblor que ha invadido a mis manos. No logro ver ni siquiera un borrón de luz, eso empieza a ponerme nervioso y también me hace sentir acorralado.
<<Ahora no, Chris. Por favor resiste, resiste.>>
Cada paso que doy se siente pesado, cada movimiento que hacen mis piernas se siente más allá de lo forzado, y ya he descubierto el porqué me siento tan ajeno, incluso dentro de mi propia piel. Jess y mi primo son los que están arrastrando mi cuerpo por un oscuro pasillo en este momento.
Maldición...
Seguimos dentro de la casa.
Cada uno me sostiene de un brazo. Su aferro es desesperado y doloroso. Soy capaz de escuchar sus inestables respiraciones cerca de mí, también al sonido de sus voces agitadas y llenas de pánico. Murmuran, pero aún así soy capaz de percibir lo angustiados que en realidad se encuentran.
Dios...
¡¿Qué ha pasado?!
Vagos recuerdos llegan a mi cabeza para atacarme. No puedo creer que en menos de dos segundos hayamos logrado escapar de ahí...
" — ¡Chris, Corre!
Koran se interpuso y comenzó a pelear con los encapuchados que intentaban llegar a mí. Logró hacerlos cenizas en segundos. Apenas podía reaccionar, apenas podía esquivar a esas cosas que se empeñaban en atraparme. Jess y Josh me cubrían de todos ellos, en todo momento. Después se nos dejaron venir más de ellos, pero Koran volvió a intervenir para ayudarnos a escapar por un pasillo que había detrás de él.
Cuando logramos salir de la estancia donde estaban ellos, todo empezó a oscurecerse, me sentí muy aturdido, mareado y débil. Escuchaba un fuerte pitido en mis oídos y después... ya no supe más de mí."
Y ahora que he vuelto un poco al aquí... no puedo moverme, no puedo hablar, no puedo asimilar nada de lo que ocurre dentro de mi propia piel.
¡¿Qué demonios pasá conmigo?!
Las imágenes frente a mí se dibujan cómo manchas borrosas y negras, que pasan rápidamente de un lado a otro, mientras corremos por este largo y negro pasillo. Todos, absolutamente todos mis sentidos, parecen que se encuentran completamente inactivos, manteniendo a mi cuerpo mas inmóvil e inútil. Es desesperante, ahora me siento tan atrapado dentro de mi propio cuerpo. El corazón me sigue latiendo a toda velocidad, que hasta duele. Las voces de los dos chicos que están conmigo, siguen escuchándose cómo un profundo eco.
No sé qué hacer, no puedo salir de este shock, no entiendo qué demonios me pasa, pero ya estoy empezando a temer. Mi mente sigue aquí, pero mi cuerpo no puede obedecer a las demandas de mi cabeza. En lo único en lo que puedo enfocarme ahora, es en la asfixiante oscuridad en la que nos encontramos sumidos, y en aquel desastre que sigue escuchándose a lo lejos.
Koran...
Él se quedó solo ahí... con esas cosas.
— ¡No puedo ver nada, Josh!
—¡La puerta de emergencia está por aquí, lo sé! tranquila.
Soy capaz de sentir el gran y doloroso aferro de la mano de Jess sobre mi brazo. También logro percibir su inestable y agitada respiración cerca de mí, y aunque no puedo ver su rostro en este momento... estoy seguro de que su cabeza está moviéndose en vigilancia hacia todos lados con desesperación, ya que siento cómo los hilos lisos de su castaño claro me golpean suavemente en la mejilla por los fugaces movimientos constantes que hace.
Trato de averiguar qué más está ocurriendo, cuando de pronto dejamos de movernos y nos detenemos abruptamente. Mi corazón se altera, mi respiración se escucha más inestable ahora. Escucho un ruido fuerte, como si estuvieran moviendo muebles y, después de eso, el impacto de un portazo detrás de mí.
Me muevo de un lado a otro, intentado buscar algo para sostenerme porque siento que estoy por azotar contra el suelo. El mareo que me envuelve de pronto, me hace tambalear de nuevo. Toco algo de madera con mis manos temblorosas, creo que se trata de un baúl o quizás es una mesa. Me recargo después sobre él, sintiendo cómo mi cuerpo se debilita y se rinde.
Mi pecho ha comenzado a doler, mi respiración parece atascarse más, mi cuerpo no para de temblar descontroladamente.
¡Mierda, mierda, mierda!, ¡no ahora!
De pronto inhalar duele, siento que también me ahogo y que estoy a punto de desmayarme, pero aún así trato de buscar una manera para poder aferrarme al aquí. No sé en dónde nos encontramos ahora, pero aún puedo escuchar a esos fuertes gruñidos, no estamos muy lejos de ellos entonces. De pronto empiezo a escuchar otro sonido de cosas quebrándose o siendo arrojadas con brusquedad al suelo. Doy un respingo por la sorpresa de oírlo tan cerca de mí.
Ahora no puedo activarme cómo lo hago en mi mente, no puedo ni si quiera gesticular nada. Mi rostro también se encuentra paralizado como todo lo demás de mi cuerpo. Tampoco puedo pronunciar nada. De nuevo la paranoia ha tomado el control de mí.
<<¡Tienes que volver!, ¡tienes que volver ahora!>>
Trato de huir de mi trance, pero es demasiado difícil, y, de pronto, el terror y la angustia se transforman en ira y en desesperación. En una impotencia que me hace sentir más asfixiado que la falta de aire en mis pulmones. Es cómo si todo lo que he estado sintiendo últimamente... se haya acumulado dentro de mí y me haya atrapado para encerrarme dentro de una cárcel sin salida.
Necesito regresar, necesito despertar... ¡esto no puede estarme pasando ahora, carajo!, ¡es el maldito colmo!
De pronto mi mirada, que estaba perdida en algún punto de la oscuridad, se mueve con desesperación hacia todos lados para buscar a la presencia que percibo de pronto cerca de mí. Alguien coloca sus manos en mi rostro para sostenerlo, sobresalto por eso, pero su toque delicado y suave me trae un poco de calma. Sólo lo siento, pero aun no puedo responder de ninguna forma. El aroma agradable que de pronto percibo termina por embrigarme un poco cuando se abre paso por mis orificios nasales.
Editado: 15.03.2023