La luz de Lamia

Capitulo 48


CHRISTOPHER.






























 

Mis ojos tratan de abrirse, pero la tarea se me dificulta un poco por la terrible pesadez que ahora me tiene envuelto. Hay algo que me retiene y me obliga a regresar a la bruma del sueño, pero lucho desde a dentro para no quedarme estancado. Lo intento una vez más, pero lo único que consigo ver dentro de mi campo de visión, es a una oscuridad más densa que la de mi antigua pesadilla.

<<¿Qué mierda...? ¿Dónde estoy?>>

Mis muñecas se sienten húmedas y frías, además de adoloridas. También percibo una dolorosa presión sobre ellas. Trato de buscar algo en mi alrededor que me ayude a orientarme, pero sólo encuentro más oscuridad y también a un estremecedor silencio.

<<¿Qué pasó?>>

Levanto un poco mi cabeza, pero un jodido dolor en mi nuca y en mi cuello me frena, haciéndome gruñir del dolor. Mi mente aún trata de procesar todo lo que ocurre ahora dentro de mi extraño aquí, y rápidamente el horror se cuela en todo mi ser cuando vagos recuerdos me hacen caer en cuenta al fin.

<<No... No pasó.

No puede ser cierto...

Es una pesadilla... ¡Tiene que serlo!>>

La fiesta, el chico con el antifaz, la llamada, los sujetos de negro...

Marcus...

El aire me falta de pronto y la impotencia y el coraje se arremolinan dentro de mi pecho, taladrando profundamente mi corazón.

<<Maldita sea... ¡maldita sea!, ¡no puede estar pasando! ¡por favor!, ¡tengo que estar soñando!>>

Comienzo a alterarme. Debo lucir patético al tratar de descubrir si se trata en realidad de una pesadilla, intentando pestañear varias veces para despertar, pero todo es real, lo siento tan real. No puedo reaccionar, no puedo comprender...

¡Maldición!

La textura del suelo frío y terregoso que tocan mis manos en este momento, el olor a humedad cerca de mí, y el dolor que se manifiesta en cada rincón de mi cuerpo me confirma que se trata de la maldita realidad.

Desorientado y aún adormilado, intento incorporarme con movimientos desesperados, pero con cada esfuerzo que hago, un dolor insoportable me paraliza. Lo intento una vez más, pero ahora no puedo mover mis manos ni mis piernas.

Frunzo mi ceño, confundido por no obtener ninguna grata reacción de mis músculos y después trato de averiguar qué es lo que pasa. En pocos  segundos me doy cuenta de que es porque me encuentro encadenado...

Mi respiración se vuelve inestable, mi angustia sube hasta al cielo y entrando en desesperación... empiezo a forcejear para tratar de liberarme, pero es inútil. Me siento débil de pronto y recaígo por el temprano dolor que siento en mis hombros, hasta mi columna. Mi desesperación me hace luchar un poco más, apesar del dolor que eso me sigue causando.

Tiene que haber manera, tengo que lograrlo...

¡Maldición! ¡MALDICIÓN!

Niego frenéticamente, no logro ver nada, pero aun así no me rindo. Las cadenas hacen ruido por toda la pequeña habitación oscura en donde estoy.

—¡MIERDA!

¡Es el jodido colmo! Ni siquiera la increíble fuerza que  he adquirido, funciona contra ésto. ¡Ahora es cuando más lo necesito!

No entiendo nada, no sé por qué no da resultado con unas simples cadenas, tal vez sea por el dolor que siento en éste momento, pero aún así me parece extraño que nada de ese poder que hay en mí, aparezca ahora para ayudarme. No sé por cuánto tiempo permanezco tratando de liberarme, pero ya me he empezado a sentir dolorosamente agotado, pues nada de lo que hago sirve. Así que, sin más, ya hundido en el pánico y en la desesperación, empiezo a gritar con las pocas fuerzas que me quedan, hasta provocar que la garganta me duela pero parece que el sonido de mi voz no logra penetrar a las paredes de mi prisión.

Aun así... no me rindo y sigo pidiendo ayuda, hasta más no poder, pero nada sigue sin suceder después de minutos... o horas. Temo descubrir.  Mi garganta se siente seca y el sonido de mi voz se escucha débil. Los gritos parecen morir en el concreto.

¿Qué es esto?, ¡¿en dónde mierda estoy?!

Trato de recargarme en la pared, pero no mido bien el movimiento a tiempo y caigo contra ella con brusquedad. El impacto detona al dolor en mi espina dorsal, haciéndome gemir y retorcerme nuevamente por el dolor. Recargo mi cabeza, esta vez con más cuidado, sobre el concreto frío que yace detrás de mí porque creo que me lesioné también el cuello y después pierdo mis ojos en la oscura nada.

Aún no puedo asimilarlo, aún no quiero creer ni siquiera en la oscuridad que me acompaña en este momento.

<<¡Soy un idiota!, ¡soy un idiota!, ¡soy un idiota!>>

¡¿Cómo mierda permití que pasara esto?!, ¡¿cómo diablos bajé la guardia así?!

Sé que no es el momento para esto, sé que debo dejar de llorar cómo un marica y que debo buscar una salida, pero no puedo dejar de maldecirme por lo imbécil que he sido. Porque fue mi culpa, porque estaba advertido, porque incluso fuí entrenado por Constans para evitar que esta mierda pasara.

¡Soy una mierda!, ¡¿cómo es posible que no haya hecho nada?! ¡Debí atacarlos! ¡Debí defenderme! ¡ALGO!, ¡se lo prometí a ellos! Y ahora... me tienen en este lugar, me atraparon más fácil que a una jodida cucaracha.

<<Eran demasiados...>>

¡HUÍ Y AUN ASÍ LOGRARON ATRAPARME! ¡NI SIQUIERA PARA ESO SERVÍ!

<<Te pusieron una trampa con el extraño del antifaz. Ellos sabían donde estabas.>>

¡NO DEBÍ BAJAR LA GUARDIA! ¡¿CÓMO PUDE HACERLO?! ¡SABÍA QUE ESTO PODRÍA PASAR Y ME CONFIÉ! ¡SOY UN INÚTIL!

<<¡Abre los ojos! Sí, ellos fueron más astutos, pero fue porque siempre te mantuvieron en la mira... ¿No escuchaste lo que dijo ese sujeto? ¡AÑOS! ¡DIJO AÑOS, CHRIS! ¡POR MARCUS  ELLOS SABRÍAN SIEMPRE ALGO AL RESPECTO DE TI! ¡FUE UNA TRAMPA! ¡ÉL FUE EL CULPABLE! ¡SIEMPRE TE ENGAÑÓ!>>



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En el texto hay: misterio, demonios, amor

Editado: 15.03.2023

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