En el mundo de los sueños, nada es lo que parece…
—Hannah, oye, ¿Estas bien? —Toque su cabeza—. Luces como si hubieses visto un fantasma o algo. —Añadí algo preocupado.
—No es nada, estoy bien Karutto. —Hannah se levantaría del suelo.
Continuamos caminando rumbo a nuestra universidad, solíamos caminar juntos la mayoría de los días, así que al menos yo, ya estaba acostumbrado a pasar tiempo con ella.
—Karutto, tengo una pregunta. —Se notaba seriedad en la mirada de Hannah—. ¿Qué piensas de mí?
—¿Por qué preguntar tan de repente eso? —Me note confuso.
—Solo responde, quiero saber —Insistió Hannah.
—Eres una persona agradable, realmente disfruto de pasar tiempo contigo. —Brinde una sonrisa honesta.
—¿Solo piensas eso de mí? —Se notaba algo desilusionado por mi respuesta.
—Es complicado enumerar todo lo que pienso de ti, ¿Crees que este es el mejor lugar? —Pregunte intentando evadir el tema.
Hannah no me dio ninguna respuesta, más bien, apresuro el paso, se podía notar fácilmente que la respuesta que le di a su pregunta no fue de su agrado.
En un momento dado y luego de seguirla con pasos un poco más rápidos, Hannah por fin se detendría.
—Eres un estúpido total Karutto. —Luego de aquellas tiernas palabras, Hannah voltearía a verme.
—Me lo dices a diario, digo, ya aprendí a lidiar con eso. —Luego de lo dicho, solté una risa leve.
Continuamos nuestro camino, Hannah nuevamente comenzaría a apresurar el paso, en un momento dado, le perdí de vista, por lo que comencé a correr en busca de ella, no pasaron muchos segundos para ser rápidamente alertado por el grito femenino proveniente de un callejón cercano, sin dudarlo, me apresure a llegar.
—Hannah. —Dije acercándome a ella—. ¿Qué sucede?
—Eso… —Se notaba miedo en la voz de Hannah.
Al mirar, me encontré con una criatura extraña la cual estaba devorando los restos de lo que parecía ser el cadáver de una persona, para nuestra suerte el grito de Hannah no llamo su atención, por lo que tuvimos una oportunidad para poder marcharnos sin correr algún riesgo, era claro, en ese momento no teníamos asco por la criatura o por el cuerpo, sino miedo por el peligro que está corriendo la vida de nosotros dos.
—Vamos a movernos realmente lento… y caminaremos como si no hubiésemos visto nada. —Susurre para acto seguido tomar a Hannah de la mano y caminar en reversa con cautela y lentitud.
La suerte de nosotros se acabó en el momento en el que Hannah golpeo sin querer una lata de soda vacía que había en el callejón, el sonido del metal chocar contra el pavimento claramente llamo la atención de la criatura, la cual sin dar un solo segundo de reacción se abalanzaría hacia nosotros dos, por lo cual y con mucha valentía, lance a Hannah hacia un lado, poniendo mi brazo en frente mía para hacer frente al ataque de aquella criatura.
La distancia entre los filosos dientes de la criatura y mi seductor brazo lleno de carne lista para comer era mínima. De repente, un rayo de luz de desconocida procedencia, aturdió a todos los presentes, causando que perdiese la vista en ese momento.
Bienvenido a la realidad…
Desperté en mi cama luego de aquel extraño sueño, noté a mi hermana en frente mía, parada, con la mirada de una madre molesta por que su hijo no quiere levantarse de cama para ir a la escuela.
—¡Ahora despiertas! —Exclamaba mi hermana—. ¡Es tu primer día en la universidad y vas a llegar tarde!
—¿Un sueño? —Dije mirando el rostro molesto de mi hermana.
—Ya sé que soy una mujer que solo se debería poder ver en sueños, no me lo recuerdes. —Movía su cabello intentando ser sexy, pero en realidad logrando verse más bien graciosa.
—No hablaba por ti. —Dije burlándome de su anterior acción.
—El desayuno ya va a estar listo, más te vale levantarte. —Se notaba un tono amenazante en la voz de ella—.
No me notaba con ganas de ser golpeado brutalmente por mi hermana, por lo que decidí acatar la orden y levantarme de cama.
Note como mi hermana se iba de la habitación, supongo que su rumbo será la cocina, pasa la gran mayoría del día allí.
Mi hermana se llama Satoi Kobonoyo, tiene 14 años y es una amante del mundo de la repostería, no le encontró algún sentido a continuar con su proceso formativo en la secundaria, argumentaba desde muy pequeña que papá le había enseñado todo lo que necesitaba saber para poderse cuidar sola, y que el conocimiento que brindaba el instituto y la universidad fácilmente se podía aprender con una sesión intensiva de lectura en internet. Cada quien es libre de hacer con su vida lo que quiera.
Me dedique a prepararme para la universidad. A causa de mis excelentes notas en la secundaria y la influencia familiar, mi abuelo junto con algunos amigos de mi difunto padre, lograron conseguirme acceder a la universidad con los más altos estándares de excelencia en la ciudad, todo es bonito allí, hasta que te mencionan que debes usar un uniforme.
Luego de una larga preparación llena de arrepentimiento por levantarme de mi cama, baje a la primera planta de casa, donde Satoi estaba esperándome con el desayuno ya servido en la mesa.
—¡Presencia y siéntete privilegiado de ser el primer afortunado en probar mi nueva creación! —Se notaba emocionada—. ¡Mousse Sal-toi!
—¿Nueva creación? ¿No recuerdas que paso la última vez que pobre tu creación? —Le hice recordar el trágico pasado.
3 años antes…
—Su nieto tuvo una intoxicación por consumir un alimento que aparentemente contenía leche caducada, —Informaba el medico a mi abuelo—.
Volviendo al presente…
—¡Este postre contiene lácteos certificados y comprados por mí misma el día de ayer! —Argumentaba Satoi—. Además, era inexperta.