La Madrastra

Capítulo I

 

 

Alison miraba su reflejo en el espejo que tenía frente a ella mientras su doncella peinaba su cabello, y terminaba de alistarse para ese día. No sabía por qué su Suegro la había llamado, ya que desde que había empezado a vivir en esa casa solo se habían vistos unas cuantas veces en ese año, no era cercanos y Alison estaba segura de que su suegro no le parecía muy grato que la mujer tuviera que vivir en su casa, veía a Alison como una carga después de la muerte de su hijo, después de todo ella no le había dado un nieto, por lo que no la consideraba su familia, y desde la mañana Alison tenía un mal presentimientos, no sentía que esa reunión fuera para algo muy bueno. 

 

 

–¿Quiere que trence su cabello, señorita? 

 

 

Alison asintío y la doncella que la peinaba empezó a formar su cabello, haciéndolo de forma delicada y sin lastimar a su señorita. 

 

 

–¿sabes algo de lo que está pasando? –pregunto una vez estuvo lista Alison poniéndose de pie y acomodando el vestido que llevaba puesto, ya que su corset le incomodaba por lo ajustado 

 

 

–No señorita, nadie en la casa sabe nada, El conde se ha mantenido en silencio desde que volvió la noche anterior. 

 

 

–Bien– dijo tomando sus guantes y saliendo de la habitación con su doncella que la seguía hasta que la joven mujer llegó al despacho del padre del que fue en algún momento su esposo, y después de tocar dos veces escucho una invitación para entrar, lo que hizo, encontrando a su suegro sentado en su escritorio, y con la habitación semi iluminada llegó hasta donde su suegro, tomando asiento cuando este se lo ofreció frente a él. 

 

 

–Escuche que usted me mandó a llamar, ¿ocurre algo Conde? 

 

 

–Es así–confirmó el conde, dejando en el escritorio frente a Alison una hoja, con su sello y lo deslizó hasta ella, para que lo tomara 

 

 

–¿Qué es esto? –pregunto extrañada tomando el documento y empezando a leerlo “Propuesta de Matrimonio” 

 

 

–Lo que ves, te casarás con el Duque de Bedford–dijo el hombre haciendo evidente lo que decía el documento que Alison tenía en sus manos–He conseguido un matrimonio para ti de lo más beneficioso, un Duque es más de lo que podrías esperar. 

 

 

–25,000 Libras… usted me vendió–Alison estaba perpleja con la situación, el shock no la dejaba gesticular, solo podía pensar en que estaba pasando 

 

 

–¡No seas malagradecida! lo único que he hecho es velar por ti después de que murió mi hijo, ¡no te atrevas a pronunciar una sola palabra en contra! 

 

 

El conde se paró de su asiento y salió del despacho sin decir nada más y dejando una conmocionada Alison que no podía creer lo que pasaba y el único pensamiento que tenía en su cabeza, era como saldría de eso, nunca espero que su suegro, que era el que tenía que cuidarla después de la muerte prematura de su esposo, la enviará al matadero, la vendería por unas cuantas libras y sobre todo a él; El monstruo de Bedford, ese hombre del que tanto hablaban y que tanto terror causaba por sus historia, no podía creer que tanto desprecio le tenía su suegro o que tan mala persona era, pero eso, el pensar tales cosas no le ayudarían en nada, estaba condenada a vivir lo que le quedaba de vida como una esclava en un matrimonio sin amor, nuevamente. 

 

 

Alison como pudo salió del despacho, encontrándose con su Doncella fuera de este que apresurada al ver el rostro de su señorita corrió hacia ella, intentando ayudarla y apoyándola hasta llegar a sus aposentos, donde Alison se desvaneció en el piso en un mar de lágrimas por los sucesos que vivió, pero con ayuda de su doncella llegó a la cama, donde su doncella intentaba ayudarla, y claro que sin comprender por qué su señora estaba así la intento calmar. 

 

 

–Señorita, ¿qué sucede? ¿porque esta así? ¿Qué le ha dicho el conde? 

 

 

Las preguntas de la doncella no fueron respondidas por Alison que solo lloraba abrazándose a sí misma por su dolor interno y sin poder más se recostó sobre la cama llorando sin contenerse. 

 

 

Alison no tenía más familia que su hermana gemela, Willow, pero ella no podía hacerse cargo de ella, se estaba divorciando y Alison no podría volverse una carga para su hermana por lo que no tenía muchas opciones, debía quedarse en la casa del duque, aun si no quería, y ella sabía que en algún momento debía volver a casarse, pero no así, no quería volverse nuevamente una esclava de un matrimonio infeliz como antes lo había sido, deseaba querer algún día, o al menos que alguien le demostrara un poco de afecto, no quería seguir siendo rechazada. 

–Él me ha vendido al Monstruo… Me casare con el duque de Bedford–el grito ahogado de la doncella de Alison le hizo saber que realmente era grave lo del duque de Bedford, sus leyendas habían llegado muy lejos después de las distintas batalla que había librado el héroe de guerra, además de que se rumoreaba que su difunta esposa había muerto por culpa de él, y sus hijos, huérfanos era rebeldes, y el solo hecho de pensar que será rechazada, y maltratada nuevamente, hacían que toda esa noticia se convirtiera en un martirio para Alison, sentía que todo el mundo se le venía encima, era todo lo contrario a su primer matrimonio, ahora ya sabía lo que se sentía ser rechazada, despreciada y maltratada por alguien a quien le habías jurado su amor, pero ahora solo sentía que todo el sufrimiento volvería, un matrimonio arreglado era una pesadilla para ella. 

 

 

–Tranquila señorita, seguramente encontrará una solución para todo esto, no sufra mas 

 

 

Ahogada en su dolor y pensamientos Alison solo siguió lamentándose, esperando que algo cambiara y que todo eso que sucedía sería solo un sueño, deseaba volver a lo que era antes de casarse una primera vez, deseaba no tomar esas malas decisiones, deseaba no haber sufrido tanto.



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En el texto hay: romace, amor, familia real

Editado: 12.01.2023

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