Capítulo V

Después de volver a casa, Alison solo se despidió de Oliver, que después de la ceremonia no volvió hablar con la duquesa, aunque cuando Alison se disponía a irse este la detuvo, sosteniéndola del vestido que llevaba puesto, y haciendo que Alison se detuviera sorprendida: 

–G-gracias–el niño sin más se apresuró a irse, dejando a Alison sorprendida, pero con una sonrisa en su rostro por haberse ganado al menos un gracias de parte de su hijastro, por lo que sintiéndose satisfecha tomó camino hacia su dormitorio, junto a su doncella que se encontraba a su lado también alegre por el proceso de su señora con el joven hijo del duque. 

* 

–¿Qué pasa? –Alison que se detuvo frente a su aposento se dirigió hacia una criada que se encontraba parada frente a este, y la muchacha al verla bajó la cabeza 

–El Duque la espera–dijo la muchacha por lo que Alison asintiendo se dispuso a volver por su camino, para ir al despacho, pero fue detenida 

–El Duque la espera en sus aposentos–Alison sorprendida, de dio la vuelta caminando hacia los aposentos principales de la residencia, donde a pesar de estar casada con el duque nunca había estado, por lo que se sentía muy rara de ir allí, pero fue todo el camino y al tocar la puerta de la habitación, fue recibida por el Duque que abrió la puerta por sí mismo e invitó a Alison a entrar 

Al entrar a la habitación, Alison no sabía en donde mantener su mirada por lo que no la despegó del Duque, que se veía más relajado que las otras veces que ella lo había visitado en su despacho, tal vez eran por no estar trabajando, pero se veía más vivo de esa manera. El Duque era un hombre guapo, era alto, y su cabello y ojos negros lo hacían ver bastante delicado, a pesar de que su musculoso cuerpo negaba esto y claro que su formal forma de vestir lo hacía destacar. 

–¿Duque?  

Alison esperaba recibir una explicación del Duque y cuando éste cerró la puerta quedándose a solas con su esposa solo se dirigió hasta los asientos que estaban frente a la ventana de la habitación. 

–Aaron, Alison–volvió a reiterarle que lo llamara por su nombre 

–Perdón, ¿Ha llamado por mí? 

–Es así, me han informado de lo que hiciste hoy, Fuiste con Oliver a la academia ¿no? 

–Lo hice… pero si le molesta…–Alison paro de hablar cuando sintió la mano del Duque posarse en su mejilla, y acariciarla, y fijó su mirada en la del duque que le dedicó una sonrisa 

–Gracias, aprecio lo que has hecho por mi hijo Alison, a pesar de todo… 

–Yo… lo hice por egoísmo, no creo que deba agradecerle–confesó Alison posando su mano sobre la del Duque que aún estaba en su mejilla y acortando un poco la distancia entre ellos 

–Aun así, Alison…–el Duque estaba muy cerca del rostro de Alison, tan cerca que podía sentir su respiración en él, pero sin esperar más ambos fueron interrumpido por un ruido en la puerta, y el Duque sin más opciones se alejó de Alison haciendo que la duquesa recuperara el aliento, y se calmara un poco, por lo que después de otro toque en la puerta y que ambos recuperan la temperatura el Duque dejó entrar a la persona que tocaba, viendo como sus dos hijos se adentraron en la habitación, siendo Daphne la menor de los dos hermanos la que se acercó más a su padre, dejando a Oliver más en la entrada, pero al ver a su madrastra sentada allí se acercó a ella. 

–Padre–Daphne que lucía feliz fue hasta donde su padre, e ignoró a la Duquesa que al ver a Oliver acercarse a ella sonrió, con lo que el niño con más confianza se aproximó a ella  

–Duquesa–saludo del pequeño de Diez años a la mujer que le saludó de vuelta mientras su hermana al verlos hablar entre ellos les deseo una mala mirada, pero al ver a su padre alegre por la escena intentó llevarse toda la atención 

–Padre… he venido a pedirle algo–dijo Daphne tomando la mano de Duque que la miro sonriendo y esperando por la petición de su hija de ocho años