La mafia del amor

Amor de madre

Sergio llegó a las 12:35 a la Playa San Pedro, lo supo por el mal olor que había en el lugar, quiso salir por el lugar donde siempre salía, pero algo le impedía salir, forcejeó con la tapa y se dio cuenta que arriba de ella había un señor, él, para no llamar mucho la atención, lanzó una moneda de “un sol” por el costado, el señor fue por ella y buscó a quien se le había caído, allí fue donde Sergio aprovechó y salió de ese lugar, al hacerlo, caminó hacia la casa de su mamá no sin antes pasar “por su barrio”, allí saludó a toda la gente, él era respetado por ser “ejecutor de acciones en su empresa”, su madre le había dicho eso a todos los de barrio. Saludó a su madre y ella lo recibió con el enorme cariño que le tenía, la casa era muy pequeña, incluso más pequeña que su casa en la “Avenida La Paz”, pero a él le daba igual, allí fue donde creció junto a su madre y hermano:

  • ¿Cómo estás? -pregunta Sergio-
  • Por ti estoy bien… las quimioterapias que me has dado me han servido mucho
  • Lo siento por no darte cada 2 meses, no me…
  • No te preocupes hijo… a mi no me interesa eso… a mi solo me importas tú… me interesa que estés bien…
  • También me preocupo por ti… siempre lo haré…
  • Lo sé hijo… has cambiado mucho desde que murió tu hermano, pero me alegra que ese cambio que has tenido haya sido “para bien”
  • Haría cualquier cosa con tal que estés bien…
  • ¿Cómo la vez que me trajiste al perro?
  • Es cierto… ¿Dónde esta el perro que te di?
  • Está escondido… ayer vinieron muchos policías por acá y se asustó
  • ¿Por qué vinieron los policías?
  • No sé… dicen que rompieron un teléfono y cámaras de seguridad… creo que fue un robo
  • Ten mucho cuidado ma’
  • No te preocupes hijo… acá todos me cuidan, sobre todo la “Doña Nana”
  • Después le iré a agradecer… vine por 2 motivos que quería decirte… son malas noticias
  • ¿Por qué son malas? -pregunta la madre angustiada-
  • Verás… yo con Sillao… compramos una nueva casa
  • ¡AY HIJO! -grita la madre de alegría- ¿Por qué esa es una mala noticia?
  • Porque ya no podré pagarte la próxima sesión de Quimioterapia… solo podré darte los medicamentos y…

Antes de que pudiera seguir hablando, la madre lo agarró del hombre y le dijo lo siguiente:

  • Hijo… antes de mi estas tú… gracias a tu amigo “Odebrecht” has tenido este trabajo… y ahora compraste una nueva casa… es un deseo que siempre quise… siempre quise que tengas tu casa propia porque solo así valoraras todas las cosas que tienes, y no habló de lo material, sino también las personas que los rodean… esa decisión es tuya, y como madre te apoyó… me alegra mucho que te hayas comprado esa casa… lo de las quimioterapias será algo pasajero… aparte, así dejaré que mi cuerpo se relaje de tanta presión
  • No pensé que te lo tomarías tan bien
  • ¿Sabes cuanto soñé para que tú hagas eso? Siempre quise que hagas tus propias cosas solo… eres el más inteligente del barrio… todos esperamos grandes cosas de ti… por eso, les diré a todos lo que conseguiste
  • Tampoco exageres tanto…
  • ¿Y como conseguiste el dinero? -pregunta la madre sentándose nuevamente en el sillón-
  • Pues… Sillao se está esforzando más… es por su hijo…
  • Sé lo que se siente… ese chico es muy valiente y tiene mucho coraje…
  • Él comenzó con los “trabajos extra”… luego yo también me metí a eso para no estar aburrido
  • ¿Cómo que “trabajos extra”?
  • Pues… como te dije, yo trabajo con él en una empresa minera… así que íbamos a las minas durante un tiempo… lo bueno es que Odebrecht estaba ahí
  • ¿Te metiste a una cueva?
  • Sí… me fui hasta Áncash… creo que Sillao publicó las fotos en su Facebook…
  • No tengo celular p hijo
  • ¿Otra vez se te malogró?
  • Sí… es lo malo de tener esos celulares de baja calidad

Sergio se levantó y le dijo lo siguiente

  • Hay que salir a comprar un celular… de paso vamos a comer
  • ¿Aún no has comido?
  • No… vine aquí, me metí a la playa y me cayo ceviche en todo el cuerpo… por eso huelo raro
  • ¿Y que traes en esa bolsa?
  • Un casco rojo, un desodorante, lápiz y hoja
  • ¿Por qué el lápiz y la hoja?
  • Es que ya me acostumbré a llevar lápiz y hoja a donde sea que vaya
  • Ya me imagino… espérame afuera, voy a cambiarme y salgo con el perrito

Sergio salió de la casa, se echó el desodorante en el cuerpo y espero en una silla que estaba por el lugar a su madre, cuando ella salió, fueron a comer Ceviche por el lugar, mientras pedían, Sergio llamó a Sillao por medio del WhatsApp

  • Oe mano… ¿Cómo vas? -pregunta Sillao-
  • Estoy acá en Lurín… con mi mamá
  • Prende cámara p

Sergio prendió su cámara y su madre saludó a Sillao, de hecho, como él estaba en la sala, todos fueron a saludarla, esto la llenó de felicidad y estuvo al borde de las lágrimas, Fernanda, quien escuchaba todo, se sentía feliz y cómoda estando en ese lugar, sobre todo, estaba feliz porque Sergio pudo ver a su mamá, quien sufría de cáncer. A la 1:15 se retiraron del restaurante y fueron a comprar su celular, en el camino, vieron a 3 patrullas vigilando la zona, esto asustó al perrito y a la madre de Sergio, pero él estaba feliz, porque sabía que Canuto ya no estaba con Ángel y Jair. Fueron a una tienda que estaba por ahí y la madre eligió un celular no tan caro porque sabía que su hijo no tenía dinero, luego fueron a comprar algunas cosas más para la casa, al final, se fueron a la casa, eran las 3:30 p.m. y su madre lo apuró para que se vaya rápido.

  • Hijo, mejor ya vete… vas a llegar tarde
  • Ya me estás botando
  • No hijo… quiero que llegues bien
  • Bueno… pero hay un tema más del que quería hablar
  • ¿Qué paso?
  • Pues… no sé como decirte esto… hay una chica que…
  • ¿Otra chica? Pero…
  • Sí sé madre… pero no sé… ¿Qué me recomiendas?
  • Depende… cuéntame un poco más de ella
  • Estudia medicina, es alegre… le gusta cocinar…
  • No me digas lo que ella hace, dime el “por qué” te gusta
  • Pues… no sé… ella me entiende por así decirlo… es capaz de hacerme reír a cada rato
  • ¿Alguien te hace reír? ¡WOW!, es un milagro en verdad
  • Ya lo sé… pero es que…
  • Nada que “es que”… la quiero a ella como nuera
  • JAJAJAJA, tampoco vayas tan rápido ma’
  • Hijo… tú tienes un buen corazón y yo lo sé perfectamente porque te críe… supongo que esa chica tiene plata y es de esa zona
  • Sí… créeme que tiene plata
  • Pues mira… para enamorar a una chica con plata debes sorprenderla hasta tal punto que ella se quede embobada, casi como tú estás
  • Ya hice eso…
  • Si lo has hecho, esta bien, pero debes hacer algo que sea nuevo para ella… algo que la impacte a ella
  • ¿Cómo qué?
  • Mira… dile a Sillao que le intenté robar…
  • ¡Ay mamá! Sillao no es un ratero
  • Pero que actúe p, así como tú lo ayudaste a conseguir a la tal Fiorella… pero como te digo, tienes que sorprenderla hasta tal punto que ella piense en ti todo el día… y si crees que ya lo has hecho, anímate nomás, la vida es una… si ella tiene plata entonces demuéstrale que pueden hacer los “pobres”
  • Exagerada eres
  • Así son las cosas… ellos aprenden desde muy pequeños a diferenciar entre pobres y ricos… demuéstrale algo diferente, algo fuera de lo común… solo así la enamoraras
  • Gracias ma’… necesitaba esos consejos tuyos
  • Ojalá ella te haga caso -dice la madre entre risas-
  • JAJAJAJA… bueno, me iré… ya te arreglaron el cel., solo le pones el chip y listo
  • Ya hijo… cuídate




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