El pueblo de Santa Janna, fue fundado por José Gutiérrez en 1960, y tenía más de 500 habitantes y recibía casi 1000 turistas, era un pueblo alegre y bastante extenso, con una buena fauna y flora, atracciones turísticas y nuestra diversidad cultural. En esa época gracias al buen manejo de los recursos y la economía de Santa Janna, se industrializo bastante rápido, y uno de los mejores lugares para visitar era “El cerúleo” este era un cauce muy cristalino y que visitaban constantemente, sin embargo, esto trajo problemas, ya que, el agua salía de las montañas que rodeaban al pueblo, debido a esto y a las fuertes lluvias, causaba inundaciones en Santa Janna y en la carretera, de una u otra forma el alcalde tomo la decisión de construir una represa y en 1970 fue fundado “Cristalino” la represa que cambiaría la vida y el ambiente de todos en ese lugar no solo de
manera positiva, si no que traería con ella un mal inevitable.
En este lugar nací me bautizaron como Camilo, 25 años después de lo que llaman “El fallo en cristalino” ¿Y qué es? Pues el cierre de la represa ¿la causa de su cierre? La represa empezó a tener fallos en los generadores que controlaban las compuertas, debido a esto solo algunas secciones de la represa funcionaban, pero, lo importante era la compuerta principal la cual dejaba pasar el rio, además
el día que comenzó el fallo fue el 21 de agosto de 1980 ¿Por qué no lo arreglaron? Los generadores estaban debajo de las instalaciones, pero, la única entrada era por la compuerta C la cual, por causa de los fallos no podría abrirse, además con el paso del tiempo empezaron a crearse fisuras, que dejaban pasar el agua, y dieron como clausurada la represa en el pueblo, llevándose la vida de 48 trabajadores que quedaron atrapados. La historia me la conto mi abuelo, quien asegura que logro salir de las instalaciones, después de quedar atrapado con los
demás, me pareció raro cuando afirmo esto, ya que habían dicho que nadie más consiguió escapar, cuando le pregunte a mi abuelo que fue lo que paso él dijo “Janna abrió la compuerta C solo para mí, me dejo salir y luego la cerro” … ¿Janna? Le pregunte con duda y sorpresa, él me dijo “Si la hija del fundador y
alcalde para ese entonces” Quede confundido, pero, cuando quise preguntar más mi padre nos interrumpió, me dijo que no molestara más al abuelo y me saco de la habitación, quede con la historia de mi abuelo en la cabeza dando vueltas toda la
noche. Al día siguiente mientras desayunábamos le pregunte a mi padre sobre lo que me dijo mi abuelo, todos en el lugar quedaron en silencio, mi madre, mi padre, mi abuelo y mi hermana, me miraron sorprendidos, guardando silencio salieron de la
habitación dejándome a solas con mi padre, él me dijo “Tu abuelo tiene buenas historias, pero, por su edad le es más fácil inventarlas” Tomo su maleta y se fue al trabajo. La verdad le creí al abuelo, pues existían unas reglas familiares muy
estrictas, y que de seguro el abuelo jamás rompería, eran tres, pero a la vez complejas, estas son:
1. Respetar a todas las mujeres, nunca agredirlas, insultarlas o manipularlas y si te
comprometes con una, cazarte y siempre ser fiel como lo dicta el matrimonio.
2. Siempre decir la verdad, jamás mentir ni evadir la verdad, por más grave que sea la situación, el compromiso es afrontar la realidad.
La tercera regla era una de las que en ese entonces no entendía, ya que, mi familia era apegada a la religión y cada domingo íbamos a la iglesia, orábamos en las comidas y rezábamos cada noche, sin embargo, mi padre se molestaba cuando yo sin saberlo incumplía esa regla, me decía que la actitud positiva era necesaria y más cuando salía a explorar al bosque, Pero me parecía muy raro porque, aunque éramos una familia católica, esta regla me la servían desde el desayuno hasta la cena, la regla es:
3. Siempre tener fe
El pueblo cuenta mi abuelo era alegre y siempre brillante, la gente era amable y compasiva, sin embargo, yo no pude vivir esto, ya que cuando nací y a medida que iba creciendo veía como las personas eran arrogantes, egocéntricas entre ellas mismas, alejadas y el pueblo era gris y tétrico, no habían muchas personas, ya ni se pasaban de 100 a comparación de antes que eran 500 y jamás llegue a ver un turistas, por qué todos le tenían al pueblo, ¿porque? No lo sabía en ese entonces.
Mi inquietud me consumía, no me dejaba dormir, tenía que hallar respuestas, sabía que el abuelo no mentía, esto debido a la segunda regla familiar, entonces
con mi grupo de amigos empecé a investigar, los a todos en la casa del bosque, la cual por cierto era nuestro refugio y les conté la historia, estos
quedaron sorprendidos y como a todos nos dio curiosidad, estaban dispuestos a ayudarme con mi investigación. Éramos 7 principalmente yo quien cuenta la historia, mi mejor amigo era Miguel, su familia siempre vivió en el lugar al igual que
él, es extrovertido, capaz y aparentaba ser un galán, debido a esto se enamoró de Carolina y así mutuamente fueron construyendo una bonita relación, luego estaba mi novia, María, ella era muy filis, y bastante linda, pero, con eso no se definía
quien era en realidad, ni yo lo sabía hasta tiempo después, estaba el pueblerino y nacionalista Carlos, era un pelado muy divertido y valiente, con su granja, su familia era la encargada del comercio de las frutas y verduras, pero, después se le cayó la máscara que traía al desgraciado, también estaba Valeria, ella era muy chévere, linda, fuerte y le entraba a todo, por último, estaba castro, bueno la verdad no hay mucho que decir de él, era muy badajeador, le pusimos así porque hablaba mucho y decía muchas inconsistencias, el termino viene de badajear. Así
que con este grupo de amigos nos pusimos en busca de respuestas a la investigación que llamamos como la represa “Cristalino”.