Mi hermana había caído en el lago, ella salió e intento subir de nuevo, sin embargo, el camino estaba derrumbado y la compuerta cerrada, esta se puso nerviosa, triste y sobre todo preocupada por nosotros, no tuvo más remedio que volver al pueblo, pues debería contar lo que paso, esta volvía por el bosque, de repente se sintió cansada, no quería avanzar más, pensó por un momento en dormir y luego ir a contar lo sucedido, sin embargo, le daba pereza mover un musculo, se sintió conforme en el pasto, cuando menos se los espero se desplomo en el suelo, giro su cabeza de costado, y al fondo entre los arboles vio sentado una criatura que parecía ser un demonio robusto con rostro de anciano, nariz grande, barba larga, cuernos y garras. Su reacción fue levantarse y salir corriendo, pero, no se movía mucho estaba cansada por alguna razón, ella reconoció al demonio era Belfegor, Él es el demonio que encarna el vicio de la pereza y todas las conductas que de ella nacen. De ese modo, tienta a las personas induciéndolos al conformismo, a la parálisis ajena a toda superación personal, por esto mi hermana estaba tan cansada, esta dedujo que como tenía la meta de llegar al pueblo para pedir ayuda y salvarnos, esto produjo que Belfegor se atrajera por esta superación, entonces puso su cara contra el pasto y trato de no pensar en nada, dejando su mente en blanco, cuando giro de nuevo Belfegor estaba al lado de ella, recostado y mirándola fijamente, todo lo que sintió Laura fue un inmenso susto, sentía como si se le fuera a salir el corazón, se puso pálida, sentía que se iba a desmayar, no podía ni quería moverse, estaba tirada en el suelo de un bosque, mirando a los ojos a un demonio que la analizaba, este la olfateo y luego se levantó y se perdió entre los árboles, mi hermana respiro y luego se dé un salto se paró del suelo y corrió lo más rápido que pudo hacia Santa Janna, llego a nuestra casa, en la puerta estaban todos nuestros padres y la policía, mi abuelo al ver llegar a mi hermana, se alegró y entre gritos le hablo.
Abuelo: ¡Hija! ¡Hija! ¿Dónde estabas? ¿Estás bien? ¿Dónde está tu hermano y sus amigos?
Laura: Deben saber una cosa, todos ustedes.
Abuelo: ¿Qué paso?
Laura: Lo lamento abuelo, ellos… ellos, están en Cristalino.
Abuelo: Esta bien hija, son solo muchachos curiosos, vamos por ellos.
Laura: ¡No!
Abuelo: ¿Por qué?
Laura: Porque están adentro de Cristalino.
El abuelo y los demás quedaron sorprendidos, no entendían que estaba pasando, creían que eso era imposible.
Laura: Abuelo mírame, Janna, Camilo invoco a Janna, el encontró los restos del fundador e iba a llevárselos a Cristalino, decía que lo iba a hacer para acabar con la maldición de Santa Janna, para salvar al pueblo de sus miedos.
Abuelo: Pero pasa algo hija, la maldición nunca ha estado en Santa Janna, la maldición está en Cristalino, ese lugar esta maldito, y los miedos que atormentan este lugar, parten de Cristalino hacia el pueblo, ahora que Janna despertó completamente, este lugar tendrá que hacerles frente a las consecuencias.
Los demás padres no entendían, ellos solo querían saber de sus hijos, mi familia les pidió que se calmaran y que pasaran adentro de nuestra casa, pues había mucho que contar, y había que empezar desde el principio.
Por otra parte, Cristalino estaba mal, Janna había perdido el poder, por ello aparecieron las criaturas que enfrente y los males más poderosos se peleaban entre ellos por el control de Cristalino, lo que hacía cristalino era alimentarse de los miedos de las personas que habitaban cerca a ese lugar, además de Santa Janna, había hoteles y pequeñas viviendas de campesinos, y Janna aprovechaba esto para hacerse más fuerte, sin embargo, cuando Janna se quedó dormida, después de hacer el trato con el pueblo de que su padre pagaría lo que hizo, el mal se incomodó con esto, puesto que Janna dormía y nadie aprovechaba los miedos de las personas, entonces cuando despertó, inicio la batalla por Cristalino, Janna iba perdiendo, ya se habían colado bastantes engendros y ella se preocupaba por mí y mis acompañantes, pero, le ayude a ganar esa guerra. Como nadie controlaba Cristalino, este empezó a sacar todos los males, y se dirigían a Santa Janna, mientras mi abuelo contaba la historia al pueblo, sus miedos más profundos salían de Cristalino dirigiéndose hacia ellos, cuando el abuelo termino de contar todo lo que sabía, empezaron discusiones y desorden, unos a favor y otros en contra, se intercambiaban gritos, teorías, debates, al fin y al cabo culparon a mi familia del desaparecimiento de mis amigos y de mí mismo, otros apoyaban la teoría, diciendo que el pueblo siempre ha tenido mal y había que pararlo, cuando menos se lo esperaron, desde el bosque estaban saliendo sus miedos, los miedos o males son entes trasparentes que cuando los miras, se transforman en lo que más le tienes miedo, todos los vieron, pero, cada quien tenía un miedo distinto, nadie veía lo mismo que el otro, se formó un caos, la gente decidió pelearse por las cosas y luego esconderse en sus casas, cada vez más cerca los males, mi familia se escondió en casa, a excepción de mi abuelo que fue a buscar al alcalde, se enfureció, el miedo de mi abuelo era verme morir, cuando mi abuelo vio al entre, este se transformó en mí, solo que estaba mal herido y moría, este fue el miedo de mi abuelo, cuando estaba en la oficina del alcalde, el alcalde está mirando por la ventana dándole la espalda a mi abuelo.
Abuelo: Esto lo provocaste tú ¿Por qué le dijiste como entrar a Cristalino? Ahora mi nieto y sus amigos están atrapados en ese lugar, esto gracias a ti ¿Por qué lo hiciste?