Capítulo 23: Bendita Justicia

Scarlett le contó todo lo que había podido sacar de información a Humberto, esta asintió repetidas veces y procesando todas sus palabras, a veces le pedía que se callará para pensar y después le decía que continuara con su historia hasta que termino.

- ¿Palqui? -preguntó pensativa, engrandeció sus ojos al reconocerlo-. Esos malditos piensan envenenarla con duraznillo negro, es una planta extremadamente toxica, su tallo, sus hojas, incluso sus raíces son toxicas, una sola hoja logra matar a una persona rápida y dolorosamente -se puso pensativa-. No se da aquí, debieron de comprarlo por contrabando.

- ¿Qué haremos ahora? -preguntó preocupada.

-Debes de escabullirte en el dormitorio de Erika y buscar el duraznillo negro, sin veneno no podrá matar a nadie -le ordeno, miro a Flaviana que se encontraba mirándolas con interés-. Ojalá supiera donde duerme Erika -parpadeo varias veces sin comprender lo que quería decir-. No recuerdo donde me dijo mi fuente confiable donde se encontraban los dormitorios del servicio.

Flaviana asintió comprensiva mientras que Scarlett la miraba preocupada pensando que se estaba volviendo demente.

-Se encuentran en el primer piso pasando la cocina en la parte trasera de la posada -respondió-. Hay un pequeño edificio con unas cinco habitaciones pequeñas, la de ella es la segunda al cruzar la puerta.

-Ya lo recordé -mintió Jayde-. Me dijo que la habitación de la pelirroja se encuentra en la parte trasera del edificio, se pasa a través de la cocina, cuando pases verás un edificio con unas cinco habitaciones, la de ella es la segunda al cruzar la puerta -asintió dudosa-. Cambias el frasco de extracto de valeriana por el duraznillo, recuerde tener extremado cuidado cuando lo tomes.

-Si lo se -dijo fastidiada-. ¿Qué harás tú por mientras?

-Ya lo verás.

Espero que Scarlett se marchara para poder hablar con Flaviana tranquilamente.

- ¿Quieres que haga algo? ¿no?

-Vigila a Erika -le pidió-. Presiento que está sospechando.

- ¿Vas a intentar despertar a Luka?

-Ya durmió mucho el niño listo -dijo molesto-. Cualquier cosa mínima me avisas.

Flaviana se esfumo en silencio dejando a esta sola en la habitación de Scarlett, Jayde salió de la habitación dirigiéndose hacia la otra donde se encontraba Luka dormido, estaba a punto de girar el picaporte cuando sintió que alguien la agarro fuertemente por detrás y le puso una compresa con un olor tan raro que comenzó a marearla, trató de no respirarlo, y luchar contra la persona que la estaba atacando, primero pensó en desaparecer, pero si era un terrenal normal se estaría delatando, pero dada las circunstancias decidió intentarlo y fracaso. El olor embriagador y fuerte comenzó a marearla confundiéndola, dejo de pelear y se dejó arrastrar hacia la oscuridad inevitable. Sin saber que Flaviana había presenciado todo su secuestro.

Flaviana quiso ayudar a Jayde, pero no podía hacerlo porque principalmente estaba muerta, solo observó como Erika se la llevaba arrastras observando que ninguna personas se diera cuenta, no una persona viva, podría ir con Scarlett a pedirle ayuda y probablemente se desmayaría al verla entonces no podría ayudarla, su única esperanza recaía en Luka.

No supo cuánto tiempo había pasado desde que se había desmayado, el fuerte dolor en su cabeza fue lo que provocó que comenzará a despertarse, sus ojos fueron adaptándose poco a poco a la luz centellante de aquel lugar, una vez que se acostumbró observó que se encontraba en un estudio, supuso que debía de ser el estudio de la madre de Flaviana donde fue asesinada. Trató de moverse, pero se dio cuenta que estaba amarrada en una silla de los pies hasta las manos, podría escapar fácilmente, pero le daba curiosidad quien era su secuestrador, así que decidió fingir ser la damisela en apuros. Su mirada recorrió todo el estudio sin encontrar alguna persona, lo primero que se le vino a la mente fue que la habían encerrado para que no impidiera sus planes. Entonces apareció enfrente de ella Flaviana, quien al momento de verla despierta pudo suspirar aliviada.

- ¿Qué está pasando aquí? -inquirió molesta-. ¿Por qué estoy atada a una silla?

-Fue Erika -respondió seria-. Llego detrás de ti y te desmayó con lo que sea que puso en aquella compresa.

- ¿No te dije que la vigilaras? -preguntó incrédula-. ¿Cómo dejaste que esa loca me capturara?

-Bueno en mi defensa no pensé que una melínoe fuera fácil de capturar -se justificó-. Tampoco pensé que te fuera hacer efecto como a un terrenal.

Jayde desvió la mirada sintiendo vergüenza.

-He estado débil desde que llegue, no soy tan fuerte como normalmente lo sería -admitió avergonzada-. Y por eso estoy ahora amarrada a esta silla.

- Pero ¿puedes escaparte? -dijo dudosa-. ¿No es así?

-Si puedo -confirmó-. Pero se me ocurrió una mejor idea -recorrió su mirada por todo el estudio-. Por cierto ¿Dónde están mis captores? No podremos empezar la fiesta sin ellos.

-Te dejo ahí y después se fue -dijo nerviosa-. No sé qué este planeando.

- ¿Pudiste despertar a Luka?

Flaviana negó varias veces.

-He tratado de todo, pero no puedo lograr que me escuche -contestó nerviosa-. Temía que te hiciera algo así que vine a cuidarte.

-Soy una melínoe lo olvidas -dijo ofendida-. No puedo morir por un arma terrenal.

-Si bueno no estaba tan segura -replico desconfiada-. También pensé que no podían ser secuestradas y mírate ahora.

- ¿No dijo a dónde iba? -preguntó curiosa-. ¿Qué planeaba?

- Cuando Humberto despertó comenzó a sospechar de Erika y la encaró en su habitación en este momento -le informó-. Escuche un poco de su discusión y era algo acalorada, encontró entre las pertenencias de ella el frasco que tú le habías dado a Scarlett y comenzaron a reprochárselo.

- ¿Eso cuando fue?

-Poco después de que te secuestrará y te dejara amarrada aquí -contestó Flaviana-. Estaba a punto de decirle sobre ti, cuando comenzó gritarle y luego ella le grito a él y comenzaron a pelear.