La Maldición de Los Pines

Capítulo 21

 

Alex miraba a la mujer de pie frente a él con impaciencia, esperando una respuesta.

––No lo sabemos –– le respondió con pesar –– la magia de Tenebris es mucho más poderosa que la de Adiutor y la mía junta, así que no tenemos forma de seguir su rastro al humano con el que hizo el pacto.

–– ¿Y cómo pudieron seguir la de su hermana? –– preguntó confundido.

––Porque no es más que vago intento de bruja, su poder apenas y alcanza el nuestro –– le explicó ––, ya es muy tarde y tú debes descansar –– dijo finalizando la conversación, saliendo del lugar.

Alex la siguió fuera del departamento hasta llegar a las escaleras, cada uno con dirección opuesta al otro.

––Scivi –– la llamó antes de que terminara de bajar la escaleras ––  ¿ha sido usted quién ha hecho que el sr. Brown le dijera al sargento que me encontraba indispuesto? –– la mujer dio media vuelta en el escalón y le sonrió.

–– Buenas noches, Alex –– fue su respuesta, siguiendo su camino.  

Alex quiso decirle sobre el hombre que estuvo en su departamento, pero por alguna razón supo que ella ya lo sabría, por lo que se limitó a subir las escaleras en dirección a su departamento para hacer lo que Scivi le había dicho, descansar.

En la entrada del edificio Adiutor se encontraba con los brazos cruzados tratando de entrar en calor, en todos sus años ese era el peor otoño que había vivido, estaba comenzando a perder la paciencia –– como cosa rara –– cuando Scivi llegó a su lado.

–– ¿El sr. Brown? –– preguntó comenzando a caminar.

––Durmiendo como un bebé –– respondió –– aunque el intento de bruja implementó un buen hechizo de escudo sobre el lugar, por eso no nos habíamos dado cuenta antes, ¿podrías caminar un poco más despacio? –– le dijo deteniéndola por el brazo.

––Por lo menos sigue vivo –– le respondió con una mueca aligerando el paso –– ¿Por qué crees que habrá utilizado ese hechizo?

––Sí no lo sabes tú, mucho menos yo, querida –– respondió con sinceridad.

–– ¿qué puede saber el sr. Brown cómo para que quisiera borrarle la memoria y proteger esos recuerdos?

––Sea lo que sea, debe ser verdaderamente importante, ninguno de los dos pudo revertirlo, ¿habrá sido Tenebris? –– si era así, significaba peligro.

––No lo sé, pero de ser así hay que esperar lo peor –– finalizó la conversación retomando su paso apurado, le urgía llegar cuanto antes a su destino.

Siguieron el camino de piedras que abría paso hasta una cabaña algo alejada del pueblo en la entrada opuesta del bosque, las luces en el interior estaban encendidas dando a entender que su habitante se encontraba en casa. Adiutor se adelantó en un intento de hacer de escudo hacia su amiga, la puerta se encontraba sin llave por lo que no tuvieron que implementar ningún tipo de “fuerza”. La estancia se encontraba vacía, pero el fuego encendido y las tazas de té en la mesa del centro les decía        que le estaban esperando.

––Esperé mucho tiempo para conocerlos –– les dijo una voz neutra a sus espaldas.

––Se podría decir lo mismo –– le respondió Scivi con el mismo tono de voz girando para enfrentarlo. Al girar se encontró con un hombre como de la edad del sargento Donovan, no muy alto, rubio, con ojos café y piel de aspecto bronceado.

––Por favor, tomen asiento –– les pidió de forma amable señalando el sofá con la mano extendida cuando tomó asiento en el sillón individual de enfrente.

–– ¿Qué es lo que sabes? –– le cuestionó Scivi cuando se sentaron.

–– ¿Quieren té? –– preguntó el desconocido al mismo tiempo.

––Sí por favor –– respondió Adiutor, con rapidez –– ¿qué? Hace mucho frío como para no querer un buen té caliente –– le dijo a su amiga cuando sintió el pellizco en su brazo ––, gracias –– le dijo al hombre cuando tuvo en su manos la taza con líquido caliente.

––Y bien, ¿qué sabes? No tenemos mucho tiempo –– volvió a preguntarle Scivi, ahora con un tono de voz que aparentaba enfado.

––Ambos sabemos que lo del tiempo no es cierto –– respondió el hombre tomando un sorbo rápido de té ––, no mucho la verdad. Se me contrató para seguir al detective Smith, lo cual no entiendo porque no es ninguna amenaza, no se me dijo el por qué lo seguiría o que tendría que conseguir de él –– explicó de forma pausada.

–– ¿Por qué entraste a su casa? –– preguntó Adiutor.

––Estaba siguiendo órdenes, claro está.

––Nos salió comediante el señor –– replicó con burla –– mira intento de niño bonito, hoy no es un día en el que tenga mucha paciencia, así o cooperas o cooperas, tú decides –– le dijo tratando de sonar intimidante, cosa que consiguió.

––Me dijeron que él tenía en su poder una caja con información valiosa –– le respondió con algo de temor.

–– ¿una caja? –– preguntaron ambos confundidos.

––Sí, como una especie de cofre viejo. La primera vez que fui a su departamento no encontré nada, la segunda lo confronté directamente pero lo negó rotundamente. Yo espero que ese chico no tenga la dichosa caja porque sea lo que oculte es muy importante.



#5147 en Thriller
#2754 en Misterio
#2032 en Suspenso

En el texto hay: misterio, traicion, pueblo

Editado: 27.02.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.