Poco a poco voy recobrando la conciencia. Me levanto en mi lavoratorio, el mismo en el cual fui al pasado. Mi hija esta a mi lado, profundamente dormida. Agarro un collar de metal fino, el cual le pongo por el cuello y hago que sea una niña de 5 años. Este collar lo hice hace mucho tiempo. Tenia la sensacion de que ya lo habia hecho antes y asi era. Antes de que Elisabeth encontrara la droga que nos hacia volver a nacer, yo invente este collar para poder ponernos en la edad que quisieramos.
La cogui en brazos y la subi a mi habitacion. La recoste en la cama para que no se despertara y empeze a escribir una carta.
Queridos papa y abuelo.
Lamento mucho esto. Me tengo que marchar a cumplir mi destino, por fin he entendido que a veces la vida no es como uno la desea.
Papa se que querias que me marchara a vivir contigo, pero como tu tomastes tu camino hace tiempo ahora yo tomo el mio. Quiero que sepas que te perdono y que lamento mucho el como me he comportado contigo.
Abuelo, todod lo que has hecho a sido para darnos lo mejor a ambos. Agradezco tu esfueerzo y el que me haigas cuidado, aun asi no siendo tu responsabilidad.
Lamento mucho el daño que os causara esto. Pero intentare que si todo sale bien volver y espilicaros mi historia como debe ser.
Os amo mucho Cris.
Perdonando y dandome cuenta de lo que han hecho por mi me he quitado un gran peso de encima. Hay cosas que no logramos entender al principio, pero que una vez logras ponerte en la piel de la otra persona te das cuenta de que todo no es color de rosas. No existe ni el blanco ni el negro, ya que los sere humanos podemos ver muchos mas colores.
Hice las maletas con ropa y mucho oro y dinero que tenia guardado. Mi hija aun seguia dormida, asi que la vaje junto a las maletas a una furgoneta negra que tenemos. La subi y la abroche en una sillita que quedaba de cuando era pequeña para que asi pudiera seguir durmiendo.
Mientras conducia hacia el aeropuerto no paraba de pensar en que nos depararia el futuro. Pero fuese lo que fuese estaria preparada para afrontarlo.
Mi niña. Me a enseñado sin darse cuenta mi nueva frase favorita. Perdona para poder perdonarte.
Mama no grites. – Suelto en carcagadas y ella solo gruñe.