La vida transcurría tranquila para Zara, su hijo crecía sano y hermoso, su familia le apoyaba y ahora contaba también con la abuela paterna del niño y sus medio hermanas que lo querían mucho. Pero no dejaba de pensar en lo que sería de Uricel...así que decidió averiguar, pues sentía que tenía algo pendiente con él; pero donde buscarlo, ella no sabía mayor cosa sobre su familia, o conocidos...pero la verdad no tuvo que hacer mucho pues pronto sabría de él.
Una mañana tocaron a la puerta y Zara abrió, era un mensajero que traía un paquete para ella...lo recibió y lo abrió con curiosidad, dentro hay una hermosa rosa y carta escrita con puño y letra de Uricel. - ¡Hola! Sé que no querrás saber de mí, pero yo necesito que sepas que estoy pasando un momento muy difícil, no tengo paz ni por un segundo pues veo que la muerte me asecha y que viene a llevarme en cuerpo y alma, me han diagnosticado una enfermedad mental, pues nadie cree que lo que me sucedió sea real, así que estoy en un sanatorio mental, tengo pocos momentos de lucidez y aproveche uno de ellos para escribirte, yo estoy pagando caro mis pecados, mi alma arderá en el infierno, solo espero que llegue por fin el día en que muera y ya no me atormenten más, lo único que me daría algo de paz es saber que tengo tu perdón...entregué todo lo que tenía, me despoje de todo, incluso mi última voluntad es que todos mis órganos sean donados, todo esto en busca de un poco de tranquilidad, aunque sé que ya no hay salvación para mí, sólo quisiera remediar el daño que te hice, pero sé que no es posible y eso me atormenta. Te amo y cada rosa que te envié era una pequeña muestra de ese amor, un amor que nunca supe cómo dártelo y que me condenó, no supe amar, pues nunca fui amado; aunque eso no me justifica. Espero seas muy feliz y bien amada. Adiós.
Zara no se conformaría sólo con leer una carta, necesitaba decirle aquellas palabras que su llanto ahogó el día en que él le confesó la verdad. Así que se dispuso a buscarle en los sanatorios de la ciudad, llamaba y averiguaba sin tener suerte, hasta que un día le.respondieron que sí, allí estaba internado en un lugar a las afueras de la ciudad, ella fue a verlo en cuanto pudo. Al llegar vio a Uricel somnoliento en una cama, no se veía muy bien, sinembargo tratando de abrir sus ojos la reconoció y se puso inquieto, trataba de hablarle, pero no podía; tenía los efectos de los sedantes, ella quién había visto la serpiente que parecía tatuada en su brazo y que crecía envolviéndosele, sintió curiosidad y revisó, se dio cuenta que la serpiente parecía estar desapareciendo y al ver la palma de su mano, estaba allí como un pequeño tatuaje; A que se debía esto pensó?. Zara le habló a Uricel y le dijo: - Estoy aquí para decirte que te perdono, y que creo en lo que me contaste, actuaste dominado por una fuerza maligna a la que le diste entrada, en el pasado tu huiste del mal, pero el mal te persiguió, y te tomó prisionero, pudiste haber hecho cosas aún peores porque estabas siendo usado por el maligno, pero no dejaste que te dominará del todo, porque algo bueno aún habita en ti; ojalá esto pueda darte algo de paz...mientras ella habla a Uricel se le caen las lágrimas, el doctor llega y le pide a Zara que salga pues debe hablar con ella; ya estando fuera el doctor le dice que Uricel en sus exámenes médicos no presenta ninguna enfermedad, que esta bien, pero que insiste en que ve que es devorado por una serpiente, que ve la muerte y que siente que le van arrancar el alma, y entra en un estado de desesperación, que los tratamientos no surgían resultados y no sabían que más hacer con él. Para Zara todo estaba claro, seguramente al Uricel desprenderse de todo su dinero y darse cuenta de que no había reversa ante las decisiones que tomó, se sintió arrepentido y su corazón humildemente aceptó su derrota, en él ya no había ambición y poder, sólo arrepentimiento y esto quizás hizo que la serpiente se fuera disipando, que perdiera su poder...pero no sería fácil, pues lo estaba atormentando al tal punto de enloquecerlo. ¿Que podría derrotar a esa fuerza maligna? Se preguntaba Zara, ante esto sólo un poder Superior podría luchar y vencer, así que Zara oró y pidió por Uricel, de rodillas tomó su mano y le pidió al Todopoderoso que librará su alma de la condena inminente a la que el mismo se sometió; una vez terminó la oración Zara regresó a la casa, pensando en regresar en unos días a ver cómo seguía aquel hombre.
Zara continuaba su rutina y consiguió trabajar medio tiempo en una cafetería cerca de su casa, su mama le ayudaba con el bebé y ella así estaba tranquila, todos los días llamaba para preguntar por Uricel al Sanatorio Mental, y todos los días oraba por él. Frecuentemente recibía la visita de la abuela y las niñas quienes iban a ver al bebé y a compartir con él; a pesar que Zara sabía dónde se encontraba Uricel nunca le comentó nada a nadie, excepto por su madre quien estaba enterada y le reprochaba que estuviera pendiente de ese hombre que tanto daño le hizo; aunque en gran parte ella tenia razón, para Zara guardarle odio y a Uricel no le devolvería a Don Felipe, mucho menos tomar venganza, sabía que Uricel en el fondo era un buen hombre, y de algún modo para hacer todo lo que hizo fue movido por una fuerza maligna que lo sometió.
Transcurrió el tiempo y Zara entre su trabajo y sus obligaciones, sacó tiempo para ir a visitar a Uricel, llegó a aquel lugar y cuando se disponíaa entrar, no se lo permitieron, pues le dijeron que el paciente no se encontraba allí, - ¿Que? Preguntó sorprendida al portero quien la atendía, hasta hace unos días me dijeron por teléfono que estaba estable y según entiendo él seguía siendo atendído aquí. - El paciente ya no se encuentra aquí, es lo único que puedo decirle, pues sólo puedo entregar información a un familiar cercano,¿ Qué parentesco tiene usted con él?, - Soy su amiga, - Muy bien entonces comprenderá que no puedo responder sus preguntas, y debo pedirle que se retire.