La marca del lado oscuro

No es el final, si no el comienzo.

Uricel y Zara no parecían estar hechos para estar juntos, pues desde el comienzo sus caminos se separaban y se alejaban el uno del otro, los sentimientos de ella hacia él nunca fueron claros, y Uricel convirtió su amor por ella en una obsesión que lo llevó al bordo de su perdición. ¿Que se podría rescatar?, ya no quedaba mucho por hacer; Uricel estaba más que resignado a no tener nunca el amor de Zara, pues habían pasado tantas cosas que ya no sabía que pensaba ella de él, tal vez de ella lo más grande que pudo recibir fue su perdón, y que más que eso...no esperaba más de ella.

Zara sólo se preocupaba por trabajar y suplir todas las necesidades de su hijo, al igual que las de su familia, que por fortuna era muy unida y entre todos se ayudaban, y se sentía bien sola, no tenía planes de enamorarse, ni siquiera pasaba por su mente, pues entre sus ocupaciones no había mucho espacio para pensar en eso. 

Uricel vivía en la finca de sus abuelos, llevaba una vida austera, sólo tenía lo necesario, cultivaba y se mantenía con lo que la tierra producía, procuraba hacer bien las cosas, actuaba con cautela y siempre que podía ayudaba a otros. Intento enamorarse, pero ninguna mujer lograba despertar en él el amor; parecía que hubiese nacido para amar a Zara, y a ninguna otra mujer, y esto lo llenaba de desilusión, pues sabía que era casi cómo un amor imposible, ¿ cómo Zara podría enamorarse del asesino de su esposo? Ella lo había perdonado y hasta continuó siendo su amiga, pero ¿enamorarse?, no era algo que fuera posible. 

Habían perdido el contacto y llevaban mucho tiempo sin hablar, Uricel no sabía que sería de la vida de Zara, prefirió no buscarla y alejarse del todo, porque verla y estar cerca de ella, pero a la vez tan lejos,  le hacía más mal que bien. 

Un buen día los vecinos de Uricel rumoraban que cerca de allí foráneos habían comprado un terreno, y que entonces pronto tendrían nuevos vecinos, era una familia que nadie conocía por allí, que venía de la ciudad; él hizo poco caso, pues le daba igual quien fuera que llegara. Efectivamente aquellas personas primero enviaron sus cosas, y luego según decían llegarían a instalarse allí.

Así que Uricel pasaba por allí cerca donde según murmuraban ya habían llegado los nuevos vecinos, y vio de reojo una cilueta, le pareció ver a Zara y volvió a mirar, pues pensó que eran alucinaciones, pero no allí estaba era ella, y el no podía creerlo. Entonces se acercó y Zara lo vio, sorprendida no supo ni que decir. - ¿Que haces aquí?, - Pues yo vivo aquí cerca...les responde Uricel, - Enserió, ¡no puedo creerlo!, la verdad decidí mudarme aquí pues estaba cansada de la ciudad y queríamos un sitio tranquilo para vivir, así que elegimos este. - Bueno, pues entonces sin pensarlo aquí  estamos de nuevo cerca y eso me alegra mucho, le dice Uricel con una gran sonrisa en su rostro, - A mi también me alegra que estemos cerca y saber que estas bien, mientras Zara habla sale un chiquillo corriendo por ahí...es Felipe quien ha crecido ya bastante. Uricel saluda al bebé y le pregunta a Zara con quién más vivirá allí, ella le responde que por ahora estará sola con él bebé y que quizás más adelante vendrá su mamá, - sabes que estoy para lo que necesites, así que no dudes en llamarme, yo estaré pendiente de ti. Y así fue Uricel estuvo pendiente de Zara y fue su mano derecha para que ella pudiera adaptarse a esta nueva vida. Pasó el tiempo y su vínculo afectivo crecía, Zara sentía que se estaba enamorando de él, pero no era fácil aceptarlo, pues tantas cosas habían sucedido que no sabía si era correcto.

Pero los sentimientos eran fuertes e innegables, y con el tiempo ya no se podían disimular, así que decidió darse la oportunidad y dejarse llevar, pronto hubieron planes de boda. Muchos no apoyaron su relación pues era ilógico que Zara terminará con el autor del crimen de su esposo, pero para Zara el sólo estaba actuando bajo el poder de esa criatura maligna, ella conocía el corazón de Uricel y sabía que era bueno, y que sólo cometió un error sumido en la desesperación, en fin sólo importaba que se amaban y así fue que se casaron en una boda muy sencilla, con las personas más cercanas y finalmente Uricel fue feliz con el amor de Zara y poder formar una familia con ella., un sueño hecho realidad. Sólo les preocupaba lo que Felipe, quien aún era un niño, pensaría cuando creciera y se enterara de todo lo que sucedió pues era obvio que indagaria sobre la muerte de su padre y sobre quien lo hizo, pero esperaban saber sortear esto de la mejor manera. Finalmente con una boda empezó esta historia y con una boda terminó, pero después de un final, sin duda siempre habrá un nuevo comienzo.

 




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