Capítulo 9
Marca de Sangre: Cicatriz en forma de Cruz VI
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Viktoria estaba nerviosa. Muchísimo. Y había pasado toda la noche debatiéndose entre la lealtad a sus sentimientos y a la de su trabajo.
Había dejado la base de Hamill porque fue llamada al cuartel principal, por una orden del director Luke Wilson. Una que no podía desobedecer.
De cara a la galería y para el grupo de Hamill, justificó su viaje por una supuesta actualización de datos en la base principal. Bueno, en realidad, todos creían eso, porque la misión secreta de Viktoria solo era conocida por el Director.
Ni Ethan Carter, hermano de Jin, la mano derecha de Luke conocía sobre ello. Lo cierto es que había sido llamada para informar sobre su trabajo de espionaje sobre el "gato perdido", que era el nombre que tenía la misión secreta de Viktoria.
Cuando la mujer entró a la oficina del director, había calmado un poco el temblor que le había atosigado desde antes de salir. Pero ya la noche anterior, en la base de Hamill, ya había tomado una decisión.
La socarrona voz de su superior que la saludaba la quitó de su ensoñación.
—Agente Sterling, bienvenida a casa.
Luke Wilson en ese momento tenía como 30 años, era un hombre de gran estatura, y por lo extraño que parezca, un cuerpo muy esbelto, quizá formado de tantas misiones que lo habían llevado a ocupar el cargo más alto. Su carácter reservado, meticuloso, y sardónico solo formaba parte de lo más conocido de este hombre, que según muchos decían, era el investigador y detective más inteligente que se conociese.
Y ese momento miraba a Viktoria con una de esas miradas propias de sus ojos pardos, que podían llegar a aterrorizar como hacer confiar, dependiendo del efecto que quisiese darle.
—Reporte actual de la misión, agente.
—En proceso, señor. Sin culminar.
Luke Wilson, quien fumaba un cigarrillo, arrojó la colilla al suelo extrañado.
— ¿Cómo? Luego de tantos meses...
—Lo siento, señor, y puedo asegurarle que he arriesgado mi vida en misiones complicadas. Acuérdese que fui enviada a investigar dentro del grupo más mortífero de la agencia. Nada es fácil.
Viktoria intentaba contenerse y disimular la turbación que le provocaba la profunda mirada de Luke sobre ella, que parecía querer penetrar en su mente.
—Sterling, dígame algo ¿sabe usted donde está su lealtad?
—Lo sé, señor— se apresuró ella a responder, a pesar de que la réplica del director la sorprendió.
— ¡Pues Cúmplala!, otra cosa, Sterling…Nunca más vuelva a dirigirse a mí con ese tono. Soy su superior y es a mí a quien debe su lealtad por sobre todo ¿me oye bien?, yo vivo y trabajo por el bienestar de este país al que le he jurado mi vida, soy su maldito arreglador de desastres, y usted es una peón al servicio de este país, pero a mis órdenes, ¿quedó claro?
Viktoria se dio cuenta que Luke sabía que ella guardaba información que no compartía con él. Ella debía haber sabido que es imposible intentar engañarlo.
— ¿Hay algo más que deba saber? — volvió a preguntar Luke.
—Nada, señor. Volveré enseguida a seguir con la misión.
—Nada de eso. Usted se quedará aquí todo el fin de semana, decretaré sobre usted arresto disciplinario por el tonito de hace un rato. Estará incomunicada, así que creo que debería aprovechar estas 48 horas para pensar si no hay algún detalle de su misión que no me está contando.
Viktoria se quedó petrificada, pero no se atrevió a replicar, porque si lo hacía, el director era capaz de doblarle el arresto.
—Entendido, señor. Estoy a sus órdenes — se limitó a decir cuando observó que dos guardias se presentaban para llevársela a la celda disciplinaria que había en la base.
Cuando Viktoria caminaba rumbo hasta ese lugar, suspiró brevemente. Ella conocía el carácter del director que no toleraba ningún atisbo de falta de respeto y a la mínima castigaba a los subordinados y ella debía haberse dado cuenta que su numerito de reclamo de hace un rato, tendría consecuencias.
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Ya en el cuarto del calabozo, que no era tal, porque en verdad era un cuarto con baño, sin medios de comunicación en el interior, pero que cumplía a cabalidad su misión de encerrar agentes indisciplinados. Podría avisarle nada a Mihael, quien se quedaría extrañado, pero también pensaba que Luke Wilson les daría alguna excusa a Hamill por su ausencia todo un fin de semana. Ese astuto hombre jamás dejaba cabos sueltos.
Se arrojó al camastro del cuarto. ¿Cómo demonios había terminado así? Quizá debió haber quitado más a menudo la nariz de los libros y practicado más el arte de mentir, ¿pero ¿cómo saber que Luke era apto para ver hasta la más disimulada de ellas? Y ahí estaba su castigo. Pero Viktoria, también pensaba que este escarmiento era poco.
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Editado: 24.10.2021