En casa de Joel, Guadalupe está limpiando la casa, se topa con la mochila de él abajo la mesa, al alzarla e intentar guardarla cae un pote con comida, su vista no le falla al verla tirada nota que adentro tenía una carta, trata de no meterse en su privacidad, pero la curiosidad le gana y lo abre, se encuentra con galletas caseras y come una mientras lee la carta. Al terminar entra en la habitación.
—¡Asi que tenías novia y no me dijiste nada!.
—¿De que hablas?.
—Encontré este pote con galletas y está carta que dice: "Querido Joel, no soy muy buena escribiendo cartas como esta, pero quería agradecerte por haberme acompañado hasta mi casa, como agradecimiento te hice unas galletas, no se cocinar muy bien, espero que te guste".
No dice el nombre de ella. ¿ Quien es? ¿De dónde salió? Dime su edad.
—No es mi novia, es solo una chica que la acompañe hasta la parada, nada más.
—Es la primera vez que te escucho decir eso, espero conocer a tu novia algún día.
—Es solo una compañera de clases.
—Claro, como tu digas ¿Que quieres hacer esta noche? Ya que mañana no tienes clases y yo no trabajo.
—No se, ¿Ver series?.
—Bueno, tu eliges esta noche, voy a comprar algo para que comamos mientras vemos.
Ella sale de la pieza y antes de irse.
—Tendrías que probar las galletas, se nota que le puso mucho esfuerzo.
Ella se va de la habitación dejando una duda en su mente, mira las galletas llenándose de preguntas, toma una y la examina.
—Esta muy dura. Podría usarla como piedra.
Se dice a si mismo luego de darle una mordida.
—Tambien están muy dulces.
Luego de que su hermana haya llegado ambos se pasan la noche viendo series, el comía las galletas que Jessica había preparado.
Al día siguiente, Jessica se había preparado desde muy temprano, quería que su noche fuera perfecta, se había dormido tarde por la emoción que tenía, ya estaba cambiada, esparcía su aroma por el living caminando de un lado a otro, los minutos comenzaban a correr, se redondeaba con la hora, cada vez se hacía más evidente de que sus amigas no iban a venir por ella.
—¿Hija, alguna novedad con tus amigas?.
—No mamá, no me contestan los mensajes, menos las llamadas, espero que no les haya pasado nada malo, ¿Estarán bien?.
Los minutos se comenzaron a contar cómo horas, ya era muy tarde y no había ninguna novedad de sus amigas, ella se rinde ante la hora que era, la idea de dejarla plantada se materializa, no podía hacer nada, no sabía la dirección donde iban a ir, la ilusión de salir con sus amigas se cae por completo y se va a dormir muy temprano, la decepción la dominaba por dentro.
Luego de un día, Jessica llega al colegio normal, toma asiento en el mismo lugar de siempre.
—¿Que habrá pasado que no pudieron venir a buscarme?. Capaz que tuvieron un grave problema en sus casas y por eso no pudieron buscarme, por ese motivo ellas tampoco pudieron salir, si, debe haber sido eso.
Johana y Delfina llegan al curso y se sientan en el mismo lugar de siempre, como si nada.
—Menos mal que no están heridas, al menos ellas están bien.
Jessica se levanta de su banco sin decir una palabra y se va al baño.
—¿Quieres que te pase las fotos del sábado?.
—Dale, salimos muy bien, me dijeron que cuando hagan otra fiesta nos van a volver a invitar.
—¿Enserio? Que genial, acuérdate de no sacar para nada el tema de la fiesta, dejemos los vestidos al lado de la mochila a la salida y nos hacemos las tontas, como si nos llamarán.
De camino al baño se topa con un chico que se para enfrente de ella.
—Hola Jessica, estás muy linda.
—Buenos días Marcos.
—¿Esta bien tu padre ahora?.
—¿Que? Siempre estuvo bien, ¿Por?.
—Johana me dijo que tu padre tuvo un accidente y estaba en el hospital, por eso no pudiste venir. Sentí que algo andaba mal, era muy raro que no me llamaras por algo así.
—No, mi padre nunca tuvo un accidente. ¿tu fuiste a la fiesta? ¿Ellas fueron?.
—Yo organicé la fiesta, te iba a invitar personalmente, pero no me dieron los tiempos, las invite a ellas porque son tus amigas, les dije que te avisaran, ellas aceptaron, me dijo que iría contigo y Delfina, me robaron el celular hace como una semana por eso no te pude mandar por mensaje, y hablarte últimamente es muy díficil andas muy rápida, estas despistada.
—Asi que ellas fueron.
—Perdón, si hubiera sabido de esto yo...-
—No tienes porque pedir perdón Marcos.
Ella se va del lugar con una mirada perdida, un nudo en la garganta la forzaba a respirar con dificultad.
—Ellas fueron a la fiesta, ¿Porque no me dijeron nada? Capaz se hayan olvidado de mí y no mencionan nada por que se sienten culpables, pero no me voy a enojar con ellas, somos amigas, podemos hablarlo y resolverlo.
Ella vuelve a su curso y toma asiento con la mirada agachada, se relaja al ver que ellas no estaban, se encierra en su imaginación convenciendose de que ellas le van a hablar y le diran el por que. Delfina se acerca al banco de Jessica.
—Buenos días Jessica, anoche hice de comer y prepare de más, lo traje al colegio, si quieres podemos compartilo.
—Claro que si, dejamé ver.
Ella abre el pote y el aroma era delicioso, le abrió el apetito en un instante, ella toma el tenedor que había al lado y prueba.
—Esta muy rico, que bien que cocinas.
—Gracias, me alegra que te haya gustado.