La Mitad Del Cuento

Equinoccio De Otoño. Parte – 2

Llegaba el otoño, esa época donde las hojas comenzaban a tomar un color distinto y a desprenderse de los árboles, las calles cubiertas por hojas tiñendo con un color amarillo y marron, el mínimo rose con ellas las hacia sonar, el mismo viento juega con ellas llevándola de un lado hacia otro, la temperatura comenzaba a bajar con el pasar de los días.
Joel estaba caminando hacia el colegio junto con Jessica, ambos estaban ligeramente abrigados para afrontar el frío de la mañana.

     —¡Enserio! ¿Por que me sigues pasando a buscar es insoportable?.

     —Por que si no lo hago vas a faltar.

     —Aun no falte ningún día.

     —¿Yo tampoco, verdad?.

     —Me pasas a buscar todos los días sin falta, si yo no falté, tu tampoco genia.

     —Ah... Si, tienes razón, que tonta.

Luego de un día arduo de estudios las clases terminaban.
Los cuatros estaban afuera del colegio sentados en una pequeña ronda.

     —¿Que vamos hacer hoy?.

     —No sé, y-yo estoy libre.

Thiago se une a la conversación de ellos con la primera idea que llegó a su mente.

     —Yo igual, no tengo nada que hacer. Podemos ir a mi casa, si  es que quieren.

     —Si, estaría genial, también podemos comer ahí.

     —No te invites sola.

     —Iba a comprar las cosas para almorzar Joel,  no seas tonto.

     —Tengo vídeos juegos, si quieren podemos jugar.

     —¡Listo! Vamos a casa de Thiago.

Todos comenzaban a mirar a Joel para escuchar su respuesta, ya que en ningún momento dijo que si iría.

     —¿Que? Yo no voy a ir.

     —¡Ohh! Vamos, si salimos muy temprano del colegio.

      —No.

     —No seas aburrido, comemos en la casa de Thiago y después vamos a tu trabajo.

     —¿Eh? Mi trabajo no es una plaza de juegos.

     —Si, solo bromeaba, aun que nos gusta pasar el tiempo ahí. ¿Entonces, vas?.

      —No...-.

Jessica comenzaba observarlo con su mirada típica desafiante, este simple gesto lo hacía sentir incómodo, trata de mantener su cordura y responder con seriedad nuevamente a su intranquila pregunta, pero la mirada que ella clavaba en él le ganaba en un juego mental.

     —Bien, voy.

Jessica y Thiago se abrazan para conmemorar que Joel había decidido acompañarlos, ella comienza a girar mientras salta en el lugar, luego toma a Delfina para que se uniera mientras seguía haciendo lo mismo.

     —Solo hasta las dos y media, a las tres entro a trabajar.

     —Bien, será mas que suficiente.

Al llegar a la casa de Thiago Jessica se queda observando el timbre por un corto tiempo, estira su mano para intentar tocarlo, pero es detenida por Joel quien le agarraba del brazo.

     —¿Que haces? Déjame tocarlo.

     —No, ya te conozco bien, se lo que querés hacer, esta no es la casa de Delfina.

     —¿Me conoces bien?.

     —No me refiero a eso, se que lo que quieres hacer con el timbre.

     —Me gusta que me conozcas bien ya.

     —No lo dije con ese sentido.

     —Yo le doy el sentido que quiera.

     —Bueno, haz lo que quieras.

     —Eso estoy haciendo.

Ella inetbta volver a tocar el timbre, pero es detenida nuevamente por Joel.

     —Me dijiste que hiciera lo que quiera.

     —No con esto.

Entran en la casa educadamente.

     —Ya llegue.

     —Hola chicos, que bueno que vengan a casa, tenía muchas ganas de conocerlos.

Su madrastra decía esas palabras mientras se secaba las manos. Todos la saludan, luego se van directo a la habitación de Thiago.

      —Que linda es tu mamá.

     —No es mi madre, es la novia de mi papá.

     —Perdon por meter la pata, no sabía nada.

El rostro de Jessica cambiaba al darse cuenta de sus palabras, se sentía con vergüenza e incómoda.

     —No importa, es mi culpa por no haberles contado, perdón.

Los cuatros entran a la pieza y se quedan bastantes impresionados por lo limpia y acomodada que estaba.

     —Si que está limpio, no como mi pieza que es un desastre por culpa de Guada que es como un hombre de cuarenta y cinco años divorciado.

Todos se dan vuelta al oír a gritar a Jessica de emoción.

      —¿Tenes Xtres Zombie?.

     —¿Acaso no lo estás agarrando?.

     —¿Si, quieres jugarlo?.

     —¿Puedo? ¿Enserio que puedo? ¿Estás seguro?.

     —¿No te preguntó si lo querías jugar? Eso quiere decir que te deja.

     —Cállate Joel, no te voy a dejar jugar.

     —Si el juego no es tuyo.

     —¿Ya llegaste a la parte donde Elizabeth y Catherine entra en el orfanato y es ahí donde muerden a Elizabeth? Pero resultó que era inmune, me encantó esa parte me hizo llorar.

     —No, todavía no llegue a esa parte, es que es muy difícil para mí.

Jessica posa su mano sobre el hombro de Thiago mientras mostraba con sus facciones lo arrepentida que estaba.

     —Perdon por el spoiler.

Jessica se sienta enfrente del televisor mientras espera que Thiago le conectará todo.

     —¿Quieren algo para tomar?.

     —Si no es m-mucha molestia.

     —Claro que no.

     —¡Ah! Demfinavestas aquí.

     —Siempre estuve.

     —Nos habíamos olvidado.

     —Perdon.

Delfina se ponía triste mientras en de cabeza le daba diferentes significados a las palabras de Jessica, abraza a Joel  para calmarse.

     —Joel.

     —Deja de molestarla.

Thiago sale de la habitación y se va directo a la cocina.
Jessica comienza a jugar, dentro del juego es acorralada por los zombies.

     —No, no, no, no, no, me van a matar.

Mientras juega sus movimientos eran demasiados exagerados, movía el joystick en todas las direcciones al igual que su cuerpo, estaba muy metida en la imaginación que el juego le prestaba, para ella era la realidad,  los gritos que ella pegaba llenaban la habitación, era el único sonido que se podía escuchar.




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