Era de mañana, no dormí muy bien, tuve varias pesadillas, con el infierno, y con todo lo que paso antes.
Me desperté, por el un sonido agudo, miré por la ventana, y vi que afuera había varias cajas de metal con ruedas, que tenían luces azules y rojas.
Me vestí (por suerte, la ropa se había secado), y bajé.
Lo que vi fue a varias personas con uniformes alrededor del cuerpo del hombre que había asesinado, supuse que estaban investigando, así que fingí que me afectaba, cuando vi que un uniformado, se me acercaba.
-Disculpe señorita, ¿usted durmió en este hotel?-
-S-si, no se lo que p-paso- dije sollozando- e-estaba en mi habitación, cuando escuché un fuerte ruido- dije , y comencé a llorar desconsoladamente.
-Señorita cálmese- dijo eso, pero decidió que yo no era de importancia, así que se fue, y yo también.
Me sequé las lágrimas.
-Qué idiotas- pensé- creen que todos son inocentes- dije en voz alta y me reí disimuladamente.
Pasaron 5 minutos, y llegué al lugar.
-¡Llegas tarde!, todos los demás voluntarios ya se fueron, ten, cámbiate rápido- dijo eso y me dio un uniforme-
Me cambié, y salí, en cuanto me vio me subió a una de esas cajas metálicas con ruedas, hizo un extraño ruido, y comenzó a moverse.
-¿Como se llaman esta cosa en la que vamos subidas?- pregunté
-Se llama auto, ¿por que?-
-Por nada-
-¿Por qué llegaste tarde?-
-Problemas personales- dije sonriendo
Estuvimos un rato viajando, hasta que llegamos a un campo, con varias cabañas.
-Llegamos, ahora sígueme, te presentaré a los demás-
La seguí, y ella me llevó hasta un grupo de chicos que parecían de mi mima edad.
-Bien, chicos, ella es nueva, así que la dejo con ustedes- dijo eso y se fue, parecía tener prisa.
-Hola, me llamo Luisa- dijo una chica pequeña, de cabello azul eléctrico, y ojos negros- ellos son Gabriela (una chica pelirroja, de ojos azules,y alta) Emilia (una chica de estatura normal, cabello café, y ojos avellana), Germán (un chico bajito, rubio y de ojos cafés), Miguel (cabello negro, alto y ojos negros) y Sergio, (igual de alto, con su típico cabello café y sus ojos del mismo color que su cabello)
-¿Sergio?-
-Si- dijo un chico
No podía ser el, aunque había cambiado mucho desde la última vez que lo vi, pené que llevaría un parche, pero simplemente tapaba su ojo con su cabello.
-¿Qué te pasó en el ojo?- pregunté, tratando de no sonreír.
-Un accidente en el trabajo- dijo el
Yo asentí.
-¿Y como te llamas?-
-Elena- dije, y regresé a mirar a Sergio, quien parecía tener la mirada perdida al escuchar mi nombre.
En ese momento, escuchamos ruidos ( según ellos eran los motores de los autobuses), y fuimos a ver.
Allí estaban estacionados, tres cajas metálicas mucho mas grandes de lo que eran los autos, creo que se llaman autobuses pensé.
-Bien- dijo la Luisa,- llegaron los niños-
-¿Niños?- dije horrorizada
-Si, es un campamento infantil, hay niños de 7 a 15 años-
Porque tenían que haber niños, yo odiaba a los niños.
-Ahora, vengan chicos- dijo la chica que me trajo
-Emilia y Sergio, ustedes se encargarán de los niños de 6 a 8 años-
-Miguel y Germán, se encargarán de los de 9 a 11 años-
-Luisa, te encargaras de los de 11 a 13 años-
-Y Gabriela y Elena de de 14 a 15 años-
-Lo siento por ustedes chicas, pero les tocaron los peores- dijo Miguel dirigiéndose a nosotras.
-¿Por qué son los peores?- le pregunté susurrando a Gabriela.
-Porque están en la pubertad y son los típicos adolescentes, con todas sus hormonas alborotadas, y en la edad que solo piensan en novios y novias- dijo haciendo a una mueca, y se dirigió a un grupo de chicos y chicas, y les dijo que les siguieran.
Por lo menos no son niños pequeños, pensé, pueden cuidarse solos, ¿verdad?
Pero daba igual, adolescentes, niños, jóvenes, adultos o ancianos, no quiero cuidar a nadie, nunca me a gustado eso, esos eran mis pensamientos, pero aún así seguí a Gabriela y a los adolescentes a la cabaña.