Tenía 14 años, cuando sucedió el primer acontecimiento que marcó mi vida para siempre. Papá salió muy temprano en su caballo para llegar al pueblo como de costumbre, aunque antes de irse muy extrañamente se despidió con un suave beso en la frente que me dejó inquieta, mientras lo veía alejarse no pude contener la incertidumbre y salí corriendo para alcanzarlo.
-¡Papá! ¡Papá¡ ¡espera¡ -grité con angustia esperando que me oyera.
Entonces paró, miró hacia atrás. -¿Qué pasa Marlyn, estás bien?
-¿no lo sé, dime tú, estás bien? -Dije temerosa de su respuesta.
-claro que si hija ¿Por qué lo preguntas? -contestó. -Marlyn, cálmate, no pasa nada hija, todo está bien, recuerda que te amo y nos veremos en la noche para escuchar "Caliman". –añadió sonriente.
Sus palabras fueron tan convincentes que me llenaron de calma, pero vi algo en los ojos de Relámpago diferente, inquietante, traté de convencerme de que me estaba sugestionando demasiado, así que le devolví el beso a papá y lo deje ir.
¿Por qué lo deje ir? Si hubiera escuchado esa voz que me hablaba muy dentro tal vez no habría sucedido...
A la mañana siguiente cuando desperté note que papá no estaba, fui a la cocina donde estaba sentada mi mamá con una taza de café, con cara de preocupación.
-¿Qué pasa, donde está papá? -Pregunté, Pero rápidamente como señal de evasión a una respuesta que me aterrorizaba escuchar, volví a preguntar: -¿salió más temprano al pueblo?
-no, anoche no llego a dormir, tal vez se quedo en la farmacia por que la quebrada no lo dejó pasar, supongo. -Parecía estar convencida de eso o al menos lo aparentaba muy bien.
Me quede vigilante afuera de la casa esperando ver asomar a mi papá en su caballo, me tranquilizaba pensar que si algo hubiese pasado Relámpago llegaría para advertirnos como en otras ocasiones lo había hecho, así transcurrió el resto del día y papá no llegó, no me moví de allí, solo me limité a esperar...
Antes de que cayera la noche mi mamá salió de la casa con Raúl, en cuanto los vi, corrí hacia ellos para preguntar a donde iban.
-voy al pueblo a buscar a su papá, pero llevo a Raúl por si su papá está en una de sus borracheras para poder traerlo. –replicó mamá enojada.
-yo voy también, los acompaño. -Dije suplicante.
-quédese aquí con sus hermanas que espero no demorarme. -ordenó mamá con ojos de desaprobación, se dio la vuelta y se fue.
No respondí, pero obviamente no pretendía quedarme a esperar, así que aguardé a que llevaran una distancia prudente y fui detrás de ellos, me escondí entre los arbustos para que no se percataran de que los seguía, ya estaba oscuro y no se veía bien el sendero, por lo que me tropecé cayendo entre la maleza.
A pesar de que me dolió bastante la caída, no hice ningún ruido, escuché la voz de mamá diciendo. -¡Raúl sonó algo atrás, asómese!
Raúl dio la vuelta y se acercó a mí que aun estaba tendida en la maleza, temblaba del miedo con los ojos cerrados, sentí los pies de Raúl a mi lado, entonces abrí los ojos segura de que mamá me haría regresar, lo mire haciéndole un ademan de suplica para que no dijera nada, me vio fijamente, se quedo inmóvil por unos segundos, luego dio la vuelta en silencio y se acerco a mamá.
-no hay nada mamá, tal vez un animal o algo. –le dijo tranquilo.
Esperé a que siguieran su camino y mientras se alejaban me preguntaba ¿por qué Raúl no me había delatado? A pesar de que teníamos una buena relación ninguno de mis hermanos se arriesgaría a una "rejera" de mi mamá por salvar al otro, en realidad fue un acto muy valioso y desinteresado.
Después de un par de horas llegamos al pueblo, caminamos unas cuadras mas hasta la farmacia de mi papá, obviamente yo los seguía sin que lo notaran, aunque Raúl si estaba al tanto de mi presencia. Cuando nos acercábamos a la farmacia pude ver el pelaje blanco de Relámpago que estaba atado frente al lugar, sentí que me volvió la vida al verlo, porque eso suponía que papá estaba trabajando y por eso no había llegado a casa la noche anterior, esperé un par de casas atrás escondida detrás de un mural, mientras mamá golpeaba con fuerza la puerta, pero nadie respondía, como la tienda que frecuentaba mi papá estaba cerca, mamá caminó unas casas más hasta el lugar, no quise seguirla porque temí que se devolviera, así que solo espere, minutos más tarde escuché voces y al asomarme sigilosamente por el muro vi a mamá, Raúl y uno de los amigos de juego de papá, estaban acercándose a la farmacia, mientras el hombre con sombrero y bigote le decía a mamá que la noche anterior habían jugado un par de horas, pero que papá se había disculpado y se había ido a la farmacia, porque se sentía un poco mareado, mamá prestó atención en silencio mientras el hombre le contaba lo que recordaba de la noche anterior.