VEREDICTO.
Malena:
Veo llegar a Luna, para variar viene acompañada de sus amigos, Lucas y Jamie la flanquean como si fueran sus guardaespaldas, es fastidioso no poder estar a solas con mi amiga.
—Hola, Malena —me saluda ella.
Cuando llega a mi lado me pongo a revolver su cabello, por fin pude hacer que le guste este gesto, me sonríe de forma tierna.
—Creí que planearíamos la fiesta solas —susurro.
—Si, eso haremos —Se gira a ver a los chicos—. Ellos sólo vinieron a dejarme, mi papá está un poco paranoico con eso del animal que anda matando y prácticamente los obligó a traerme.
Cuando mis ojos se cruzan con los de Lucas retira la mirada y se pone tenso; Jamie juega con su arillo, le da vueltas y lo muerde en varias ocasiones.
—Nosotros ya cumplimos, Luna —dice Jamie cuando libera su perforación—, no te adentres mucho, te veo luego.
Ese par se despide agitando la mano, pensé que tendría que asustarlos para que nos dejaran solas, menos mal que parecen llevarse muy bien, de lo contrario tendríamos la compañía de uno de ellos.
—Muy bien, ya estamos solas —dice con entusiasmo—, el cumpleaños de Leo es unos días, dime que tienes preparado.
Luna baila en su lugar, me parece sorprendente la velocidad con que esta niña se ganó mi amor. Se ganó mi afecto de la misma manera que lo hizo con Leo. La abrazo por el cuello y la llevo al bosque de forma lenta mientras ella me cuenta alguna idea que tiene para la fiesta sorpresa de Leonel. No estoy muy feliz de hacer esto, pero no tengo muchas opciones para poder convencer al otro Elegido, espero que puedas perdonarme, Luna.
—Todo eso suena fantástico —digo disimulando, la verdad es que no escuché nada de lo que dijo—. ¿Crees que tu padre nos deje hacer la fiesta en su restaurante? Por cierto, conseguí los números de sus compañeros, tenemos que invitar a todos, incluso a Beckha.
La sonrisa de Luna no oculta la emoción que siente al hacer esto. Me alegra que ella esté aquí, yo ya no sabía que hacer para que Leo vuelva a celebrar sus cumpleaños, sé que se enojará un poco, pero al final amará todo cuando sepa que Luna estuvo involucrada.
—Yo envío las invitaciones, pero no olvides darme los números, por el restaurante no te preocupes, mi papá no su... ele...
En la cara de Luna alcanzo a distinguir el temor, por fin pude hacer esto sin que nadie nos interrumpiera. Me giro a ver a pesar de saber que uno de mis demonios estaría esperándonos, todo esto es perfecto, mi demonio es parecido a un esqueleto, larguirucho y bastante feo.
—Luna, corre —Ella se queda inmóvil así que la empujo un poco—. ¡Vete! ¡Ya!
El demonio se arroja sobre Luna, pateo su fea cara y aprovecho para sacar mi espada de la bota. Veo que a unos metros de mi Luna se tropieza con una raíz, sabía que era bastante torpe.
Me giro antes de que pueda llegar a ella y corto el aire, no consigo cortarlo, pero si consigo llamar su atención. El demonio me ataca, consigo esquivar su ataque, golpeo su cara con mi codo y le atravieso la cabeza con la espada. Sonrío satisfecha, pero el demonio tiene otros planes, antes de desaparecer me lanza un poco de su icor que cae sobre mi brazo, me tiro al suelo cuando este desparece y me pongo a rodar sobre el suelo, detesto el dolor que el icor deja, siento que la piel se me funde con los huesos.
Luna se arroja a mi lado, se quita la sudadera y la ata arriba de mi codo, quisiera decirle que esta cosa no se parece en nada al veneno de una serpiente, pero dudo que lo entienda.
—Malena... —Aprieta otro poco—. ¿Por qué lo hiciste? —Sus lágrimas caen al suelo—. ¿¡Por qué hiciste eso!?
Intento sonreír para tranquilizara un poco, pero sólo consigo hacer una mueca llena de dolor.
—Porque te quiero, Luna. No podía dejar que te hicieran daño.
Más lágrimas se acumulan sobre esos bonitos ojos grises, las lágrimas hacen que tengan un brillo diferente, Luna es una niña muy hermosa sin ninguna duda.
—Te llevaré al hospital —Pasa mi mano sana por su cuello y me ayuda a ponerme de pie—. ¿Por dónde está el hospital?