Los días siguientes fueron tranquilos para mí, me dejaron salir al jardín nuevamente, tenía la esperanza de volver a ver a la niña que parecía de mi misma edad en ese entonces pero no encontré nada, ni siquiera las mariposas, el jardín parecía que hubiera perdido vida he incluso algunas de las flores estaban marchitas.
Me sentí realmente triste en ese momento, pensé que tal vez si fue un sueño como lo había dicho mi madre y esa niña solo había sido producto de la imaginación inocente e infantil de una niña enferma buscando algún escape de lo rutinario.
Los siguientes 2 días fueron igual, para ese entonces ya estaba aceptando que solo había sido un sueño. Me encontraba sentada sobre mi cama mientras veía las flores que mi hermana mayor siempre me traía, ella era florista y le gustaba traerme flores, me hacía feliz verlas porque siempre estaban brillantes y llenas de vida, no como las del jardín del hospital que cada vez se veía más marchito.
Recuerdo que me encontraba vagando en mis pensamientos cuando sentí una pequeña brisa y algo posarse en las flores que tenía en mis manos… una mariposa; color calipso y manchas negras, alas grandes y unas largas antenas. Su color era muy brillante, cualquiera pensaría que era falsa si no fuera porque no dejaba de batir sus alas, era algo muy hermoso y en mi interior algo se encendió, la sensación de que algo iba a suceder, no sabía si era bueno o malo, solo quería levantarme he ir al jardín.