Capítulo 7

Luego de que las Hadas y nosotros lográramos estar en buenos términos, nos llevaron a un lugar repleto de artefactos que, a simple vista parecían simples artesanías, luego  nos enseñaron como funcionaban algunas.

-¿Oh? ¿Y esto? - Pregunté curiosa y tome lo que parecía mas "tecnológico" de todos los objetos, mas bien, lo mas brillante. Era una vara que parecía un cetro de algún antiguo rey, con una piedra preciosa incrustada en la parte de arriba, era una enorme amatista, se veía preciosa ahí arriba, resplandeciendo y pareciendo tan poderosa. Al tomarlo, emitió una luz cegadora que provocó que yo dejara caer el cetro, luego dejó de brillar.

-Dios, disculpen...-Me disculpe y quise tomar el cetro para dejarlo en su lugar nuevamente, sin embargo, me detuve. Me dio miedo que pudiera volver a brillar o mucho peor: su poder se volviera loco. Cuando levanté la vista a las hadas ellas me miraron con asombro para luego ponerse  cuchichear entre ellas.

-¿Podemos preguntarte algo? - Dijeron ellas, cuidadosamente, como eligiendo las palabras cuidadosamente, como si esperaran que mi reacción fuera peligrosa.

-Si, supongo. - Les dije con la mirada interrogante. 

-¿Quién es tu padre? - Me paralice. Padre... una palabra que no he escuchado en un buen tiempo. Una palabra que NO quería escuchar en un buen tiempo. Lástima.

-No tengo.- Dije lo mas fría que pude, invitándolas "amablemente" a no indagar mas en el asunto.

-¿Es porque...murió o...?- Mi mirada se endureció.

-No sé si murió, no me importa. Nos abandonó...a su familia, hace muchos años ya.-Les dije, mirando alrededor para no recordar lo traumática y dolorosa que fue su partida. Tenían que mencionar al bastardo infeliz.

Una de ellas se acercó. -De casualidad...¿es él? - Me pasó una pintura, que me sorprendió en primer lugar. Un dibujo tan bien hecho, parecía casi una fotografía, con sus colores y detalles tan realistas, me hubiera maravillado si no fuera por la persona que estaba dibujada, que mas que maravillarme, me hacía vomitar. 

-Si. ¿Porque tienen una pintura así? - Les pregunté.

-Es el heredero al trono. Aquí, en nuestra tierra.- Mi boca se abrió. ¿Me estas haciendo una maldita broma o algo? Que juro, que soy capaz de gritar.

-¿De que rayos hablan? - Quise saber, la confusión siempre me irritó...en este momento, estoy irritada.

-Primero que todo, necesitamos que te calmes. En primera instancia, debes saber que nos sorprendió un montón que hubieras pasado por aquí siendo humana, aunque tu abuela haya sido una bruja, un portal solo permite pasar personas que tengan conexión directa con un ser con magia. Lo que quiero decir, el portal te hubiera hecho pedazos, y a tu amigo también. - Maldita bruja, lo sabía. Margaret tenía que hacerme el favor, debido que lo prometió. Pero la muy maldita sabía que iba a morir, que íbamos a morir. 

-Pero ahora que sabemos que él es tu padre, lo explica todo. Tú ibas con él. Tú lo protegiste inconscientemente, es por eso que está vivo y pudo pasar por el portal. Siento mas magia en ti de la que sentí en tu padre.- Dijo de pronto, otra hada. Se dio paso entre las demás, era mas vieja que las otras y con la mirada mas serena.

-Oh, vamos. No estarán hablando enserio. Esto está rozando lo increíble...- Comencé una risa nerviosa. ¿No soy humana? eso me asustaba mas de lo que estaba dispuesta a admitir, y mas de lo que estaba dispuesta a entender. ¿Porque tenía miedo? 

Probablemente después de todo este tiempo pensando que eres algo y de pronto el idiota de tu padre te hace ser algo diferente, es motivo de shock.

-Deberías escuchar la historia de tu padre...de como conoció a tu madre.- Dijo aquella hada anciana.

-Ah, yo...no.-Dije y todos me miraron sin expresión.

-¿Porque no? - Me pregunto el hada anciana.

-No se si quiero saber mas.

-Querida, esta aventura que estas por afrontar, necesita el saber detrás de las historias de seres mitológicos. Lo sabes mejor que nadie.- Arrugué la frente. Que alguien me dispare.

Suspiré pesadamente y asentí. -Esta bien, cuéntame lo que sabes.