La noche de luna llena

Capítulo 18

Riley.

 

Esta completamente segura de que ellos lo matarían. La manada nunca perdonaría la falta de otro lobo aunque se tratara de un miembro de su propia sangre.

Era segura su muerte.

De pronto aparecieron más de diez lobos. Ellos debían ser la otra manada.

Estábamos rodeados por completo.

Pude reconocer a la loba blanca del otro día. Ella estaba siendo protegida por dos lobos negros, y los demás parecían ser cafés.

Era ese momento en el que deseaba transformarme. Pero con este dolor mataría a cualquiera. «Mataría a Stev»

Sus ojos me miraron con temor. Estaba tan asustado que me partía el corazón.

Varios lobos lo protegieron de inmediato. La loba blanca era la que no tenía miedo. Ella quería protegerlo más que a los demás.

Lo que no sabían, era que tenían al mismísimo Licaón frente a frente. Él era prácticamente el padre del gen licántropo de toda la historia.

«No habría que hacer caso a tus pensamientos»

Yo quería proteger a Stev.
Sin embargo si lo hacía yo, mi padre se enfadaría conmigo.

Así que prefería que aquellos otros lobos lo protegieran por mí.

«Aunque eso significara que ya no podríamos volver a cruzar palabra»

No nos iríamos pronto. Mi padre buscaría al asesino de Dragonik hasta asesinarlo. Y yo lo entendía. Dragonik era muy importante para nosotros desde hace muchos años. Él no merecía morir así.

Observé como mi padre se transformaba en humano, con cada extremidad devolviéndose a deformar. Cada hueso roto y cada carne nueva que salía a su nueva humanidad era presenciada por nuestros ojos.

Vi como las lágrimas le procedían desde las pupilas rojas, y desde las venas marcadas.

«La sangre debía correrle con velocidad sobre todo el torrente sanguíneo »

Después de todo, la manda se encontraba totalmente en su forma humana.

—Apartense —les dijo mi padre.

Uno de ellos, uno de los lobos negros se acercó lentamente, y después comenzó a transformarse a su forma humana.

Se parecía demasiado a Gradius, y los rasgos de Stev lo delataban. Ese debía ser su padre.

—Reconocería tu voz en cualquier lugar. —masculló sin remordimiento.

«Ellos no habían perdido a uno de los suyos, y supongo que tampoco les importaría perderlos»

—Calis —pronunció mi padre con odio. —. Sigues vivo.

No le había sorprendido del todo.
¿Es que acaso se conocían?

El hombre me miró a mí, y luego a él nuevamente.

—Ella debe ser una de tus hijas. ¿Lizzard? —dudó.

—Riley. —corrigió mi padre. —. Y supongo que cinco de estos lobos son tus hijos. Incluyendo al asesino de uno de mis miembros.

—Ay por favor —se burló. —. Dragonik se acostó con tu mujer. —frunció la mirada. —. Esos no son amigos, Licaón.

Miré a mi padre con confusión.
Eso no era posible.

—Él debía morir.

Mi padre gruñió.

—Tú debes morir —sacó sus garras.

Calis soltó una risa maliciosa.

«Ahora tengo ganas de matar a alguien. Y ese alguien es él.»

—No eres más fuerte que mi muchacho, Licaón. —mi padre miró de reojo a Stev. —. Él es el mejor de todos mis hijos. Stev es un híbrido, como éstas viendo. Es más fuerte que un licántropo de segunda que cree que porque es el creador de nuestro 'gen' puede venir y gobernar lo que desee.

Mikasa cayó de rodillas al suelo adolorida. Corrí para abrazarla, pero me alejó, y sólo dejó que Dagda la abrazara.

«Lo entiendo, estoy consciente de que tuve encuentros románticos con el asesino de su padre antes de descubrir que pertenencia a una manada de psicópatas hombres lobo»

Tyler se mantenía al lado de mi padre, desde ahora era su nuevo beta.

Ellos eran más.
Ellos iban a ganar.
La pelea estaba perdida, por ahora...

—Dragonik era mi hermano —masculló mi padre con rabia. Sus ojos se coloreaban en rojizo como la sangre, los ojos de un Alpha.

— ¿Sí? No creí que eso te doliera. —me miró a mí. —. ¿Sabías que tenías un hermano? ¿Un hermano al que tu admirable y precioso padre asesinó para que un Dios probara apetitosamente su carne? Eso es más doloroso que sufrir la muerte de un desconocido, Licaón.

Me abalancé contra el sujeto de cabellos bien peinados y ridículos. Saqué mis garras y le hice una herida rasgando toda su camiseta azul, dejándole la sangre derramarsele. Y después le rasgué la cara con una de mis garras.

Hijo de puta... —sollocé.

Me tomó del cuello, apretando sus garras con intensidad. Quería cortarme la garganta.

—Suéltala —unas manos lo arrastraron, y Stev comenzó a pelear con su propio padre.

Le dio un puñetazo que sobresalió desde sus manos hechas de sangre, sangre de un lobo.

Pero su padre le dio un golpe abdominal y lo dejó moribundo sobre el suelo.

Luego escupió sobre él.

—A mí no me vengas con tu cuento amoroso con ésta estúpida loba sin control. ¿Me escuchaste? —le dio una patada sobre la cara.

Le había roto la nariz.

Tyler me colocó detrás de él, estaba a punto de atacarlo pero mi padre le dio órdenes de quedarse quieto y protegerme.

— ¿Qué es lo que quieres? —optó Licaón por decir. —. ¿Quieres que te aplauda porque tienes un hijo híbrido?

—Quiero que me aplaudas por ser el nuevo Alpha. —me observó a mí. Y nos miró a todos. —. Porque quiero que te rindas ante mí.

—Eso jamás —mi padre apretó los puños. Podía ver la sangre escurriendo sobre su mano.

—Yo sé donde está su madre —me apuntó con la mirada. —. Y nosotros somos más. Somos una manada demasiado grande. Ustedes solo son cinco ahora.




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