La noche de luna llena

Capítulo 22

Riley.

 

Crucé la sala en silencio.

En realidad pensé que alguien estaría despierto después de todo.

Caminé despacio sobre la oscuridad, cuando una lámpara se encendió, y pude sentir su olor.

-Sabía que te habías ido, pero no quise decirle a Lizzard o se preocuparía más de lo que ya está. -murmuró Tyler.

Me di la vuelta, y pude notar que realmente estaba preocupado por mí.

-Pensé que sólo te irías un rato, no que regresarías hasta el amanecer.

Se puso de pie.

-Estaban tan ocupados que se olvidaron de mí. Estabas tan ocupado con tu nueva novia.

- ¿Estás bien? -iba a tomarme por los hombros, cuando retrocedí. -. Sabes que yo jamás te olvidaría.

-No necesito explicaciones. Menos de ti, Tyler. -aclaré.

-Perdiste a tu padre, y descubriste tantas cosas que simplemente no debías saber y haber visto.

-Mi novio es un hombre lobo híbrido que mató a Dragonik, y mi padre era un asesino. Él mató a mi hermano. Es seguro que todos ustedes sabían y no querían decírmelo.

-Era para protegerte. Habías vivido toda tu adolescencia con la falta de afecto de una madre, y te criaste con nosotros. Habías vivido en un mundo lleno de desilusión.

-Desilusión es verme reflejada en tu cabeza vestida de prostituta. ¿A esa mujer es la que tu querías cuidar? Deja de pensar con tu cosa y hablame con honestidad, Tyler.

-Bien -bufó. -. ¿Qué es lo que quieres saber?

-Quiero saber quién es madre y quién es mi padre.

Se cruzó de brazos, y se me quedó viendo como si fuera una estúpida cosa rara.

-Esa información no me corresponde decírtela.

-Entonces pierdo mi maldito tiempo contigo.

Me di la vuelta, encontrándome con él nuevamente. Movimientos rápidos.

-Engaña y destruye -murmuró.

-No estoy para tus...

-Engaña y destruye -repitió. -. Ellos tienen garras afiladas. Desgarran gargantas, utilizan la regeneración, ellos absorben las experiencias y los recuerdos. Su cuerpo le pide carne humana por lo que deben cazar y alimentarse bien, pero también ocurre lo mismo que a los vampiros que si no se alimentan correctamente no son muy fuertes. Pero para cazar deben ser muy cuidadosos y no dejar cabos sueltos como tampoco dejar huellas para que les sigan el rastro los cazadores.

- ¿De qué estás...?

-Escondí todos los cuerpos, quería determinar de donde provenían las heridas. Estaban tan...

-No tienes que decirlo...

-No fue la otra manada. Y no fuimos nosotros. No fue Resh y sus onis.

-Aguarda, ¿conoces a Resh?

-Licaón y toda su manada lo conocía. Conocía a Calis y sabía sobre la existencia de su hijo híbrido.

-Los hombres lobo tenemos tipos de especies, no lo digas para ofenderlo.

-Los machos defienden el territorio con más ahínco que las hembras, pero son las hembras las que muestran más agresividad en las áreas del dominio vital y el hogar. El lobo realiza el marcaje de su territorio mediante la orina, deposición de excrementos y arañazos practicados en el suelo. A través de la emisión de orina se consigue comunicar la existencia de una manada y pertenencia de este territorio a esa manada.

- ¿Se trata de un mujer lobo Alpha de la que hablamos?

-Hablamos de tu madre, Riley. Pienso que está causando todo un desastre. Está buscando algo, pero no creo que sea a ti y a tu hermana.

-Claro, ella jamás quiso saber nada sobre nosotras después de haber nacido -bufé con odio. -. Por qué querría hacerlo ahora.

-Todo está dando un giro inesperado. Sé que no confías en mí, pero...

-Yo sólo voy a confiar en mi misma -aclaré. -. No le digas a nadie a dónde fui.

Intentó decirme algo más, agregar algún dato interesante o algo, cuando ya había abandonado la habitación.

 

 

Stev.

 

Me detuve en frente del sujeto de los tatuajes. Debía ir a la Noche De luna para poder sobrellevar algunos datos sobre Resh.

- ¿Qué haces aquí guapo? -se acercó una mujer de cabello rubio y colorete rojo.

-Bueno, quería un poco de diversión esta noche, primor. -dije serio. -. Necesito ver a tu jefe.

-No es necesario, mi señor no desea verte, licántropo.

-Oh vamos linda, sé que intentas ocultar a tus líderes.

Su sonrisa se había desvanecido, cuando la estructura de su rostro comenzó a volverse una deformación incoherente sobre todas las leyes sobrenaturales. Cerré su mano de un puño. Sus orejas crecían y sus extremidades eran cambiantes por otra piel nueva. Piel de Leopardo.

Un sujeto de músculos grandes y estatura de más de un metro ochenta se acercó, jalando el cuello de mi camiseta y lanzándome contra la barra, arrastrando mi cara sobre los vidrios rotos.




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