La voz de Briane fue la que me sacó de mis pensamientos de los cuales deseaba que no se volvieran realidad.
-¿Estás bien, Lucy?-preguntó viéndome preocupada
-Si, claro.
-Te estaba diciendo que el señor Kane te espera en su oficina.-me informó.-Te veías perdida. ?Todo está bien, de verdad?
-Solo estoy cansada, Bri. Todo está bien-quise hacerle pensar que así era, y ella se lo creyó.
-No te culpo, me siento así todo el tiempo. Pero solo trata de relajarte hasta que te sientas bien. Ahora mueve tu trasero a la oficina de tu novio.-me dio una nalgada que me hizo pegar un brinco y verla con mis ojos abiertos sorprendida.
-¡Briane!-exclame y ella me mando un beso antes de irse. Negué con mi cabeza divertida antes de entrar a la oficina de Henry encontrándomelo frente a mí con una gran sonrisa encantadora en sus labios.
-Ven aquí, cariño-dijo al cerrar la puerta e inclinarse para besarme. Mis sospechas me hacían sentir incómoda y diferente cerca de él, así que no pude seguirle el beso.-¿Qué pasa?-estaba molesta por su apatía sobre el tema pero debía disimularlo al igual que yo. Él rodeó mi cintura con su brazo y tomó sus manos entre las mías. Y entonces vio el morado en mi mano-¿Pero qué demonios te ha pasado?-miró atónito aquella área de la piel de mi mano.
-Me golpeé con la puerta, no fue nada.
-Lucia...-me miró a los ojos viendo la mentira en ellos.
-No es nada, Henry.--contesté seca y mi cabeza me dijo que me comportara con él.-Hoy no hay camaras, verdad?
-No, hoy no.-soltó mi mano y me alivié de que dejara eso aparte.-¿Y si eso nos hace hacer lo posible que queramos con el otro?-Henry me mostró su sonrisa matadora de la cual no pude escapar tan fácilmente. Lo que menos pensaba al verlo y escucharlo era en mis sospechas sobre él. No me importa, no cuando mis instintos despertaban por él.
Sin esperarlo más, caí en su trampa besándolo con desesperación.
Estábamos tan concentrados el uno en el otro que ni siquiera nos habíamos dado cuenta que alguien había abierto la puerta.
-¿Interrumpo algo?-la voz molesta y grave de Andrew a mis espaldas me hizo tensarme.
-¿Qué es lo que quieres, Andrew?-preguntó Henry, aún más molesto que su primo.
-Me quiero unir a sus prácticas de besos, ¿no es obvio?-contestó burlesco.
-Solo vete de aquí-Henry dijo entre dientes.
-¡Pero si yo quiero unirme a la diversión!-al darme la vuelta solo supe que Andrew empezaba a convertirse como un niño de preescolar en vez de parecer sexy con sus ridículos comentarios. Todo había estado tan bien que me daban ganas de sacar a patadas a Andrew y seguir disfrutando de mi tiempo con Henry.
Mi lado travieso quería divertirse y que Andrew se quedara a verlo todo como castigo.
Le di una mirada cómplice a Henry antes de decir:-Ya te puedes ir, Andrew-sus ojos verdes me fulminaron.-Piensa a qué hora puedes venir más tarde.
-Ya la has escuchado. Vete.
-No me iré-dijo desafiando a su primo con miradas y palabras.
-Entonces has hecho tu propia decisión-Henry sonrió de lado antes de besarme bruscamente haciéndome jadear.
No estaba segura si solo lo hacía por molestar más a Andrew... o si en secreto deseaba a Henry. Pero hice todo por hacer aquel beso memorable.
Las manos de Henry se paseaban por mi cuerpo despertando el calor en mi cuerpo. Nuestro beso se volvía más rudo mientras los segundos pasaban.
Nos besabamos como si no hubiese nadie viéndonos. Él me deseaba, y yo no podía negar que también lo hacía. Ni siquiera me importaba la manera en la que su mano viajaba entre mis piernas mientras besaba mi cuello y hombros desnudos.
Con su otra mano tiró de los papeles que estaban en su escritorio para que así pudiera sentarme sobre él. La habilidad que tenía para desabrochar mi sostén me ayudó a hacerlo rápido y al quitarmelo por encima de mi vestido, se lo tiré a Andrew haciendo que este lo atrapara de inmediato.
Lamí mis labios con anticipación cuando los dedos de Henry se movieron con agilidad sobre la tela fina de mi vestido. Todo se detuvo cuando escuche el desesperado gruñido de alguien más.
Henry sonrió y me bajo de su escritorio antes de darme un largo beso francés antes de chupar mi labio inferior.
-¡Ya tuve suficiente!-vociferó Andrew antes de tirarme de nuevo mi sostén por el cual deje escapar una que otra risa.
-Hermano, pero si apenas hemos empezado.
-Pues pueden terminarlo donde sea y cuando quieran, ¡pero no ahora! He venido aquí a hablar de negocios-su voz se volvió más seria.-Dejen todo eso para después, no se mezclan los negocios con placer-Henry rodó sus ojos antes de suspirar pesadamente y verme.
-Continuaremos esto después, luciérnaga. Te lo prometo-besó mis labios.-Tengo que hablar sobre algo con Andrew.-trate de no mostrarme curiosa por lo que hablarían pero solo pude sonreir cuando volvió a darme otro beso.
-Esta bien.-Me fui después de ver la mirada de advertencia de Andrew a la cual quise ignorar, pero se me fue imposible.
Al salir me encontré a Briane revisando unos papeles en un escritorio, me acerqué hasta ella y mi sombra ya le había dicho que estaba cerca. Me vio de arriba a abajo al darse la vuelta.
-Chica, tu ropa-fue lo primero que dijo y olvidé que traía mi sostén a mano así que lo puse detrás de mi espalda-Ya lo he visto, no te hagas.
Me sonrojé y ella me ayudó escondiéndolo en su bolso.-Todavía no he podido pensar en el tipo de cosas inapropiadas que pueden pasar en una oficina.-dijo cerrando su bolso y posicionándolo encima del escritorio.-Pero tú… has abierto mi imaginación al máximo.
Las dos nos reímos y estando junto a ella no me sentí incómoda de que supiera lo que posiblemente maquinaba por su cabeza.
-No te vayas a olvidar del contrato, Lucy.-habló con un tono reflexivo.-El amor ni acostarse con el otro, cubre el contrato. Todavía lo recuerdas, ¿verdad?-me miró como una mamá riñendo a su hija.