Capítulo VI
Confía En Mi
Gardenia / ciudad rosaría
Mansión Wensbort
Edgar Wensbort
Ahora que lo pienso detenidamente yo soy una criatura sin sentimientos, un ser que solo posee forma humana, estoy lejos de ser una criatura infernal, un humano o un hada, oculta tras mi sombra existe una verdad la cual jamás podre cambiar y la cual siempre me seguirá, hace un tiempo encontré a un viejo amigo un mago del oriente el cual se enamoró perdidamente de un hada, ¿irónico no? una relación casi imposible difícil de tomar, aun así me encontré con una gran sorpresa él tuvo una hija la cual la mantuvo en secreto por 15 años.
Es algo muy duro pues ella creció sin su amada madre, tras la falta de ellos dos ella vivió una trágica historia un verdadero infierno, una cruel realidad para una pequeña niña, pero de cierto modo la tragedia de esta pequeña niña puede hacer compadecer mi fría alma.
Ahora que la veo detenidamente este pequeño ser que tengo entre mis brazos en este momento se ve tan frágil, que si la sujeto muy fuerte podría herirla, un sentimiento de tristeza me invadió al pensar en la triste y solitaria vida que ella debía cargar, pero ella era un hada más brillante que su madre es extraño no sé porque acepte a traerla conmigo, el mago del oriente me pidió que la protegiera, pero el ignora un peligro que ni yo un mago oscuro podría retener y esa es la muerte un hada de corta vida y un cuerpo débil , los humanos realmente son problemáticos, solía pensar eso pero aun así siento la necesidad de cuidar a esta niña, siento que en algún momento ella podría desaparecer.
Sin pensar mucho la lleve a casa, al llegar le pedí a Calima un hada hogareña conocidas como Haberry o hada Magua que organizara una habitación para el nuevo integrante de la familia, supe que se quedaría por un largo tiempo ella accedió gustosa después de todo solo habrá 3 personas en casa, deje a la pequeña en la cama y la cubrí con cuidado de no despertarla.
Vi su delicado y níveo rostro, sus labios rosado pálido ella se miraba tan ¿angelical?, ¿En cosas estas pensado? Edgar me reclame mentalmente, suspire por un monto así que decidí bajar hasta mi estudio privado buscando un libro en específico, sé que tendré que enseñarle magia y como debe controlar sus diversas habilidades, sé que muchos cazadores de hadas pondrán sus ojos en ella, si alguien se entera estaba podrían hacerle muchas cosas malas a esa pequeña niña, d mirada triste y vacía.
Yo estaba tan sumido en mis pensamientos que no escuche cuando me llamaban hasta que una pequeña tos fingida me hizo volver a la realidad, mire hacia donde provenía aquel sonido, encontrándome con un idiota con expresión de tarado en el rostro.
no le dejo tiempo de hablar cuando una fina tela roja envolvía su boca apretándola con fuerza, me levante de golpe tomándolo por el cuello de la camisa mirándolo fijamente y de forma amenazante, no pondría en peligro a la niña por este idiota.
poco a poco afloje mi agarre y quite aquella tela que le impedía hablar, lo vi molesto me sentía de muy mal ¿humor?
Suspire con pereza este tipo de verdad me aburre, tome aquel libro y suspire levemente.