XII: Silencio

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Encuentren a los portadores. Están entre los 12.

Ese es el mensaje que todos los participantes han recibido, portador.

Encontrarás una pequeña caja con agujas
con la que infectarás a tus oponentes.

También hay una calculadora con la que podrás identificar a tus aliados y víctimas.

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– ¿Una calculadora? Pero, ¿Cómo funciona? Nunca he usado artículos de espionaje.

El hada se cuestionaba mientras examinaba el aparato, cuando de pronto le llegó un mensaje a su teléfono.

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NN: ¿Por qué dijiste eso?
Dalia: Era para despistar ¿No?
Dalia eliminó mensaje
Dalia: No viste el mensaje ¿Verdad? ¿Quién eres?
NN: Ja,ja Dalia necesitas tener más cuidado.
Dalia: DIME PUES.
NN: En la calculadora digita solo el número 2 y dale igual. Nos vemos.

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Dalia realizó la acción indicada y automáticamente dos luces se encendieron en el número 9 con un color verde.

– «9 ¿Qué será ese 9? Somos 12 participantes, pero son 9 los buenos y 3 somos los portadores. Soy pésima para los acertijos»

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Dalia a NN: me salió 9.
NN: Te esperamos en el piso 9 :)

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- Voy para allá — el hada guardó los implementos y se dispuso a dirigirse al lugar indicado cuando de pronto vio a June saliendo de una habitación, hecho que la puso nerviosa.

– Hey ¿Estás bien? — preguntó la hechicera.

– Sí, sí claro — Dalia respondió temblorosa.

– No parece, mmm ¿Has visto a algún portador? ¿Quién era? ¿Te hizo algo? Tienes que decir todo lo que sabes.

Dalia estaba aún más nerviosa, no sabía que inventar.

– Lo siento, muchas preguntas «De seguro uno de los portadores es alguno de esos salvajes de la primera ronda» — pensó la hechicera — Vamos a la habitación.

Dalia accedió. June cerró la puerta y le dio un vaso con agua a su compañera. El hada bebió.

– Estoy muy asustada ¡Los portadores están jugando con mi mente!...Me han escrito que...yo voy a ser su primera víctima y que al momento del contagio sentiría mucho dolor.

– ¿Qué más dijeron? Analicemos el mensaje juntas, muéstrame lo que te han puesto.

– Sí, claro... En serio gracias por apoyarme, eres buena amiga — Dalia, mientras hablaba sacó el celular y también la aguja de infección, que era cubierta por el aparato.

– Mira, aquí te muestro — sonrió tímidamente el hada para así poder clavar la aguja en el dedo de la hechicera.

El objeto, al tener contacto con la piel de su víctima, se introdujo en su cuerpo. June soltó un alarido y se alejó instantáneamente para revisar su mano, que no tenía marca alguna.

La hechicera buscó contraatacar con el control de alerta, sin embargo empezó a marearse, perdiendo lentamente sus sentidos.

Dalia estaba en posición de alerta. Aún seguía nerviosa, solo que ahora también estaba feliz.

- Lo siento mucho, en serio. Pero tenía que hacerlo.

– No te irás de aquí – June se abalanzó con dificultad hacia Dalia, pero en realidad no se fue hacia ella sino hacia la puerta para evitar que escape.

La hechicera se recostó sobre la puerta sosteniéndose apenas. Tenía aún en su mano el control de alerta. Sabía que en su condición era difícil paralizarla y alertar a sus compañeros.

– "Portadora que pretendía ser aliada...

– ¡Ya dije que lo sentía! — Dalia tomó del otro bolsillo un par de semillas y creó enredaderas con la que intentaba tomar a June, quien débilmente esquivaba el ataque.

– ...no darás, no recibirás

Las enredaderas empezaban a arrastrarla de la puerta pero tenía que terminar su hechizo

- ...de las voces y el sentir quedarás aislada! "

La hechicera pronunció su conjuro de forma atropellada, ya que terminó amordazada por las enredaderas.

Dalia desapareció las lianas, convirtiéndolas en semillas. Su rival se había desmayado.

– "No me hizo nada" – pensó.

Así que cerró la puerta con cerrojo y se dispuso a tomar las escaleras de emergencia para encontrarse con quien la esperaba en el piso 9.

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- Algo le pasó a June — afirmó su hermano quien tuvo un mal presentimiento. Él inmediatamente la llamó a su teléfono, el cual no respondía.

– No importa que rol tengas. Solo dime cómo estás — le escribió a su hermana.

– «Bueno, momento de hacer grupo para la cacería»

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La piscina del Hotel Sunti estaba ubicada al lado del jardín decorada con una cascada y pequeños geiseres. Tenía un techo plegable, que era activado en caso de lluvias. El lugar estaba rodeado por vidrios traslúcidos.

Sophie estaba retirando las hojas de la piscina con sus poderes de agua y un balde. Ella se encontraba tranquila a pesar de todo. El estar frente a un lugar donde haya presencia de agua bastaba para hacerla feliz, después de todo era su mejor compañía.

- No creo que Sophie sea una portadora —pensó Luke, quien la observaba limpiar armoniosamente aquel ambiente.

- Por fin terminé — declaró la chica de cabello corto quien de pronto sintió una suave brisa, que al chocar levemente con el geiser hizo que le salpicara gotas de agua en el rostro.

– Qué fresco — sonrió y se limpió el rostro. De repente vio una hoja de árbol en la piscina. La joven la recogió y la puso al balde. De pronto otra hoja apareció nuevamente.

– ¿Quién está allí? «La verdad pueden ser los hechiceros, Darius o Luke» Te equivocas si aquí puedes contagiarme.

– Estaba en lo cierto — el chico de cabello gris salió de su escondite — Eres una DET.

– ¡Luke! Me da gusto verte.

Sophie iba a abrazar a su compañero cuando se detuvo.

– Espera, ¿Y cómo sé que tú no eres un portador?

El joven se quedó pensando por un instante.