La Parte Más Dura Es Dejarte

CAPÍTULO DOS

 

Sus manos recorrían las piernas largas y bronceadas, no lo admitiría en voz alta pero muy en el fondo solo pensaba en las blancas y níveas piernas de su mujer, podía escuchar su risa, esa risa seductora. Ella intento besarlo, pero el giró el rostro justo antes de que lo lograra.  

No sabía que estaba haciendo.  

 

******

 

Bianca abrió la puerta de la oficina de un solo golpe, no importaba que todo el personal estuviera a sus espaldas.  

Sobre el gran escritorio estaba una mujer morena, su larga cabellera negra caía por su espalda, su blusa estaba abierta por lo que podía ver su sostén negro. Bianca miro las cosas en el suelo, hasta que no lo resistió.  

Siguió sus largas y morenas piernas hasta que lo encontró, Mark, su esposo, su mejor amigo, el hombre de su vida se encontraba ahí apresado por aquella mujer. 
 
Mark tardó un poco en entender lo que sucedía frente a él, Bianca lo miraba mientras su blanca piel se tornaba roja, por un minuto sintió su sangre congelarse e instintivamente se alejó de su escritorio. 

Bianca sintió su respiración atorarse en su pecho cuando entendió que ya lo sabía; todo ese tiempo cada uno de aquellos días sin Mark lo había sabido, pero se había negado a aceptarlo, tomar aquella camisa entre sus manos fue la confirmación de algo que su cuerpo ya sabía. 

Pero que la quemaran en el infierno si no dolía y lo hacía horrores.   

―Bianca ¿Qué… que haces aquí? ―escuchar su voz fue como si le rociaran acido, pero lo miro, aquel chico del que se había enamorado y ahora ahí frente a ella era un completo extraño. 

―Yo quería verlo con mis propios ojos ―Bianca trato de que su voz no sonara tan lamentable― ¡Me has estado engañando! ¡A mí! ―su voz se rompió y lo odio aún más―Te di todo Mark, te ofrecí todo de mí y tú me… no puedo creer que hayas hecho esto ―Bianca arrojo la camisa mientras Mark se enfurecía― ¡OLVIDATE DE MI Y DE TU HIJO! 

No pensaba revelarlo de aquella manera, pero ya no podía retractarse. Mark se congelo, al escucharla toda la furia que había estado conteniendo durante esos meses exploto fuera de él.  

 

― ¿Cómo vienes a reclamarme? ¿Cómo si quiera te atreves? ―Mark se acercó unos pasos a ella―Tú ni siquiera me… ¡ME IGNORABAS! No me satisfacías, lo siento, pero te recuerdo que no soy de ¡Maldita piedra! Además, mírate Bianca ¿Desde hace cuánto vistes de esa forma? ―Mark volvió a alejarse de ella― Sabes, ahora que lo pienso me doy cuenta de que solo te interesaba mi jodido dinero y vienes a quererme enjaretar a tu bastardo… no soy idiota, sé que tu… 

Bianca no lo soporto, se acercó a él y lo abofeteo callándolo en el instante, una marca roja se extendió por su mejilla.  

Bianca no tenía palabras, aquello le había dolido como nada en su vida hasta ahora, su mano se fue a su vientre como si así pudiera proteger a su pequeño; hasta el momento se había hecho la fuerte, pero ahora las lágrimas bañaban su rostro. 

No podía soportarlo y ¡No lo haría! Jamás se rebajaría a tanto, salió de aquella oficina de mierda bajo la atenta mirada de los empleados.  

No miró atrás, no lo haría y él no se lo merecía. 

― ¡Bianca! ―la pelirroja pudo reconocer las voces de sus cuñadas, sus mejores amigas Jane y Jenna no sabía que hacían ahí y tampoco le importo― ¿Qué sucede? 

Jane fue quien la abrazo, mientras que Jenna camino hacia la oficina de su hermano, no necesito mucho para entender la situación, sentía que podía arrancarle la cabeza a Mark, pero en ese preciso momento Bianca la necesitaba.  

Las gemelas ayudaron a salir a Bianca de aquel lugar, sin mirar a su hermano.  

 

 

 

 

N/A: ahora si, segundo capi babys, disfrutenlo 




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