Resoplo y me detengo ¿Qué rayos hago? Yo, no, resoplo, pasó una mano por mi mandibula y de reojo miró a Fiorella que está revisando con el proveedor los contratos.
Recuesto mi cabeza en la silla y a mi mente vienen los recuerdos de mi niñez, las enseñanzas de papá.
Papá lo pasó muy mal cuándo supo que César se habia enamorado de una modelo, qué habia ignorado la enseñanza de generaciones de los Amoretti.
El móvil suena y veo que está entrando un mensaje, es de mamá.
Mi padre desea verme, observó a Fiorella y me preguntó nuevamente ¿Que rayos me pasa?
Si ella está embarazada, será un golpe para papá... el segundo, sus únicos hijos han desobedecido las enseñanzas.
Me pongo de pie y busco a servirme agua, me acercó a la gran ventana y mi mirada se pierde en los techos de las cabañas que tiene construido el hotel, en donde los huéspedes las alquilaban si no deseaban estar en el hotel cruzandose con los otros huéspedes... me sentia orgullo de El Petra... orgulloso de quién era.
Di un sorbo a mi vaso y cuando senti el agua fresca recorrer mi garganta seca me giré para observar a Fiorella, ella era una joven muy bonita, de belleza natural.
Mordia un extremo de su lapiz, negué por que todos los lapiceros de Fiorella tenian pequeñas marcas de sus dientes... lo hacia cuando estaba pensando, su cuerpo estaba con nosotros pero su mente no.
Frunci el ceño al pensar que este mismo dia debiamos volver, papá me esperaba. Necesitaba verme según el mensaje de mamá.
Ser el mayor y quién tenia el control del negocio familiar a veces se convertia en un dolor de cabeza.
Recorri toda la estancia de arriba hacia abajo, no sólo una vez, estaba seguro que habia gastado la suela de mis zapatos. Queria entender, ¿Que me pasaba? Posiblemente era una obsesión la que tenia por Fiorella, quizás su inicio fue cuándo yo pensaba que nuestra noche juntos habia sido un sueño, uno que me visitaba dia tras dia por todo un mes.
— León... — levantó la mirada y ella me observaba junto al proveedor — ¿Estás de acuerdo con la negociación?— parpadeo y doy gracias a Dios en silencio por haber hablado con este hombre antes de está reunión y haber revisado minuciosamente el contrato de lo contrario estaria en problemas.
— claro — sin pensarlo saque mi pluma, me acerque al documento y me fije en el extremo de cada página, yo habia puesto una diminuta L, comprobé que era mi garabato hecho por mi puño y letra, busque la linea donde firmaba y listo... asunto resuelto.
Estrechamos la mano y esperé que se marchara el proveedor.
— ¿Estás bien? — Fiorella tenia la mano en su cintura.
— si, nos vamos hoy — volvi a la ventana y meti las manos en mis bolsillos, me sentia molesto con Fiorella por Alessyo pero también era consciente que yo no estaba hecho para el matrimonio y ella era alguien para llevar al altar, era una mujer que uno presentaba a sus amigos, a su padres... en las familias normales, tristemente la mia no lo era. La mia era de un abolengo antiguo, un apellido de generaciones...
— ire a hacer la maleta y a devolver lo que no use a la boutique.
— llevatelos
— no, sólo lo que usé — escuche su taconeo alejarse y luego la puerta al ser cerrada.
************
— ¿Todo bien en El Petra? — papá conversaba un poco más rápido que las ultimas veces.
— te escuchó mejor papá — él asintió, lo conocía, era orgulloso y no iba a aceptar que Lana tenia que ver con el nieto que le habia dado.
— eso creo — respondió papá, mamá puso los ojos en blanco y negó — ¿Has visto a Rafaello? — se habia tomado su tiempo en preguntar por su nieto.
—si, creo que la buena salud te la trae tu nieto, es una lástima que César sólo tenga uno — miré a los ojos a papá.
— suficiente con un nieto León— en la mirada de papá habia una advertencia — deberias pensar en tu matrimonio — papá sonríe — hay muchas buenas familias en nuestro circulo con hijas casaderas que te darán muchos hijos si deseas.
No respondí no deseaba casarme.
— ¿Cómo está Rafaello?— él sonrió.
— está creciendo, es un auténtico Amoretti — asenti — y no puedo negar que está mujer lo cuida muy bien.
— ¿Cuál mujer? — ahora yo miraba a Lana con otros ojos, ya no como alguien de otra estatus social, no, ella era una mujer que habia traido a mi sobrino al mundo a pesar de haber sufrido un grave accidente. La admiraba.
Papá siguió hablando acerca de la molestia que sentia por Lana, rode los ojos y por primera vez me sentí molestó al escuchar hablar de que nosotros estabamos arribas de los demás.
Me puse de pie y comence a caminar de un lado a otro, de hecho eso había pasando todo el dia, caminar como un león enjaulado.
— ¿Pasa algo?
Me giré y miré a papá.
— Lana no abandonó a César a pesar de que él estaba sin fortuna al ser desheradado, no le dio la espalda. Al contrario lo apoyo cuando él hizo el préstamo para poner su hotel. Ella no es de la clase de mujer que nos advertian desde niños, ella es alguien leal.
No espere respuestas de papá sali de la sala dejándolo callado y con mamá con la boca abierta... lo sé era extraño ya que yo era el primero en hacer la diferencia entre la clase social pero hoy no me sentia asi.
Subi al auto y conduje sin rumbo... o eso creia ya que me detuve frente a aquel departamento sencillo comparado al mio pero que me apetecia que era bonito con las flores de distintos colores en aquella macetera junto a la puerta.
Suspire y golpee la puerta, mi frustración desapareció al ver a Fiorella en la puerta asombrada por tenerme ahi.
— León — me acerque a ella y toque su mejilla.
— ¿Cenas conmigo? — ella sonrió y asintió — te esperó en el auto,mientras te cambias — me giré y caminé hacia el, no sabia que pasaba conmigo lo único cierto que el hombre que siempre habia sido estaba cambiando.