Culpa? Muchisima, mis ojos recorrieron a Fiorella, ella sonreia pero y ¿Si lo estaba haciendo para no desmayarse?
— ¿Tienes hambre? — ella gira el rostro y me observa.
— sin mentirte en menos de cinco minutos me has hecho la misma pregunta diez veces — resoplo y miro alrededor, era extraño estar ahi en medio de la plaza con gente que iba y venia.
— te dejé sin cena — ella se encoge de hombros y sujeta mi mano.
— quiero un helado — la miró sin comprender y ella apunta un puesto donde está un hombre mayor, avanza llevandome arrastras.
El señor al ver a Fiorella sonríe y prepara el helado que le ha pedido. Sacó mi billetera y pagó pero mi sorpresa es mayor al ver que sirve dos, en su cono con dos bolas cada uno.
— yo... — mi mente está registrando una chorreada grande de dulce en las manos y la ropa — levantó la mano para indicar que sólo llevaremos uno pero Fiorella los ha tomado en sus manos y suspiró.
Ella sonrie y empieza a lamer literal una de las bolas de su helado, frunzo el ceño cuando me extiende el mio.
— toma que se va a derretir — esto era ridículo, cuándo comia helado era en una copa de cristal y una cucharita. Jamás asi como me lo estaba extiendo Fiorella, su mirada está clavada en mi, mientras su lengua pasa una y otra vez por su helado.
Resignado tomó el cono y una servilleta de papel que sé no será de mucha ayuda.
Suavemente lo acerco a mis labios para probarlo, ella... ríe a carcajada... de mi.... de León Amoretti.
— ¿Pasa algo? — ella está pasando su lengua por encima de su labio superior que estaba lleno de helado.
— a ese paso tu helado se derretira ¿Te gusta?. — mi mirada viaja hacia el cono que tengo en mi mano y que se está derritiendo.
— no está mal — Fiorella vuelve a pasar su lengua por el helado.— de hecho está... delicioso — llamenme pervertido pero la manera en que Fiorella pasaba su lengua por el helado me tenia hechizado. Sin pensar sacó mi lengua y la pasó por el helado rápidamente ya que se estaba derritiendo, ella empezó a caminar y yo detrás de ella, las personas charlaban animadamente, nadie se percataba que yo llevaba gotas recorriendo mis dedos.
Ella se detuvo y se giró para mirarme...
— ¿Lo has hecho bien? — enarco una ceja y miró que estoy un asco, la servilleta se ha deshecho.
— claro — me encogo de hombros y ella sonríe.
— comelo León, disfrutalo sin miedo de ensuciarte.
Sonrió y decido que más sucio no podria quedar asi que disfrute el helado, me gustaba el chocolate.
Fiorella sonreia, su mirada no me dejaba.
Cuando comi el cono ella ladeo su rostro para no perder detalle alguno, me sentia extraño, estaba haciendo cosas que no imaginé nunca.
Al terminar sonrio abiertamente por que estoy hecho un asco.
Se acerca y toma mi mano que tiene rastros del helado, acerca su boca y uno a uno de mis dedos lo chupa para limpiarlos.
Mi cuerpo se ha puesto alerta, eso me parece muy pero muy sexy. Ella levanta la mirada y en ella hay deseo... está mujer quiere acabar conmigo.
Cuando termina se endereza y pasa uno de sus dedos por sus labios.
— listo ya estas casi limpio— se pone de espalda y contonea las caderas, abro mas los ojos al darme cuenta que estoy actuando como un adolescente sin control, aclaró mi garganta y la sigo — ven lavate — saca su botella de agua de su bolsa mágica ya que hasta el dia de hoy me preguntó que caminara tanto en su bolsa.
Extiendo mis manos y ella vierte. refrescante del agua.
—.¿Te has divertido León? — me pierdo en su mirada.
— si.— respondo con toda la sinceridad del.mundo, no le mentia, era una salida distinta a todas las que he tenido en años, no fui a un restaurante famoso, no comí un plato caro y me diverti por primera vez...