La poética del erial. Por José Miguel Gándara

Labrado sobre la nada

Y allí, como labrado sobre la nada, permanecía un auto del color azul coelum, un cenobio de cuatro ruedas, aislado y sin inmensidad que le pudiera delatar a los hombres, dado que esa delación supondría su invisibilidad total,su destrucción a manos de unos colmillos resentidos y en cópula permanente con el hambre. 

Y entonces vi venir sobre mi un resplandor fúlgido, penetrando con su masa de calor de páramo castellano hasta el mismo acontecimiento de la vida, y la mole aguardentosa se me mostró como dadora de aire, de espuma de saliva y de estravagantes formas, acompañante única para mi soledad. 



#21331 en Otros

En el texto hay: un amor rencarnado

Editado: 29.07.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.