La Prepago: La vida es dura

Capítulo 6: "Prejuicios"

Mía no sabía que le iba a decir a su madre. Decidió quedarse dando vueltas por la plaza, luego se sentó en el borde del pavimento y tus lágrimas seguían cayendo. Su cartera se cayó y un niño la levantó y se la dió pero vino la madre del niño y le tapó los ojos al ver que se estaba hablando con Mía y le dijo:
- No mires a esa mujer, es mala.
Mía se levantó furiosa y le dijo:
-Ey ¿por qué piensas que puedo ser una mala mujer? Educa bien a tu hijo, él sólo me estaba ayudando y deberías aprender a respetar.
La mujer rebajó con su mirada a Mía y le respondió:
- Pues acaso no te das cuenta como estás vestida, ropa de una prepago insolente.
Mía se fue y pensó que si no quería llamar la atención de su madre debía cambiarse y recordó que en su cartera estaba su ropa del colegio, al abrir la cartera estaba su ropa y un sobre ¿Pero que podría haber en ese sobre?, Mía abrió el sobre y vió dolares, claro era lo que el narco le había pagado a la proxeneta por Mía. Mía se asomó a un tacho de basura y estaba por tirar todo el dinero pero pensó que con esa plata podría pagar las deudas de la casa, pero no podía darle o hablar sobre esa plata con su madre así que pagaría ella misma la deuda.
Mía se cambió de ropa en un baño público y tomó rumbo a su casa.
Al llegar a su casa, Mía tocó la puerta y su madre salió. Mía le dijo:
-Ay ma, perdona, me olvidé de avisar que iría a la casa de Valeria mi compañera. Perdón.
Mía miró a un costado de la puerta y vio toda su ropa en cajas. Y agregó:
-¿Qué es eso? Mi ropa... Ay no ma... No me digas que el banco nos echó a la calle.
María golpeó de una cachetada a Mía y le dijo mientras le caían las lágrimas:
-Usted que creé, que me puede engañar, yo sé muy bien en donde andaba y en que.
Mía le dijo:
-Mamá no entiendo de que hablas porque me pegas así.
María llamó a Carlitos y dijo:
-Dame el celular-. María busco una foto, la foto de Mía en ropa interior con la proxeneta en la tienda. Y agregó -¡ERES UNA MALPARIDA! Andabas con esa proxeneta, vendiendo tu cuerpo, y cuantas veces te repetí que no fueras así-. María estaba enfurecida y decepcionada. -Vete ya mismo de la casa, quédate en la calle, ahí es donde merecen estar las mujeres como vos-. María lanzó la ropa de Mía a la calle.
Mía lloraba pidiendo que la escuchará y diciendo que la engañaron, que ella no era una prepago. Pero nadie volvió a abrir la puerta. Mía lloro por horas sentada, hasta que tomó su ropa, ya era de noche y debía buscar donde dormir por al menos esa noche. Mía llamó a sus amigas con un teléfono público pero sus amigas cada vez que decía "Amiga, soy Mía" cortaban la llamada. Todas las personas la habían dejado sola.
A Mía no le quedó otra que acostarse en un banco de la plaza, y para colmo comenzó a llover.
Mía se sentó debajo de un árbol y comenzó a mirar el cielo y decía:
-¿Por qué Dios, que hice para que me pasé esto?-. Mía lloraba. -¡¿Por qué?! Mamá te necesito
La pobre estaba tan sola, abandonada frustrada, había perdido todo. Y todo por esa maldita proxeneta.
La lluvia seguía y Mía seguía sentada en el suelo mirando perdidamente a la nada, con su ropa totalmente mojada, sentía que no llevaba nada puesto, se sentía sucia, pérdida y abandonada.



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En el texto hay: narcotrafico, drogas, prepagos

Editado: 25.02.2019

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