Mía sale del colegio, afuera la estaba esperando Rosario y ella le pregunta:
-¿Qué sucedió?.
Mía le cuenta lo sucedido a Rosario pero en un momento queda callada mirando hacía atrás de Rosario y dice:
-Fernanda, ahí está esa ¡perra!.
Ella estaba con unas muchachas enredandolas con su labia.
Mía sale corriendo hacía donde estaba Fernanda y Rosario la sigue detrás.
Mía se pone en frente de Fernanda y esta le dice:
-Reina, te estuve buscando hace días, tengo una propuesta especial para vos…
Mía le dice:
-¡Vos, perra, vos me arruinaste la vida!-. Mía les habla a las chicas con las que estaba Fernanda. -No le crean nada, les promete ser algo que jamás lo serán, dejenme adivinar, les promete que van a ser bailarinas, o para atender una tienda, o el viejo truco de ser modelos. A mi me arruinó la vida, me engaño diciendo que iba a ser modelo y luego me drogo para que un narco me violará.
Fernanda con cara de odio le dice a Mía:
-¡Cállate mal parida! Eso es mentira, esta chica tiene problemas mentales-. Las chicas con las que estaba Fernanda se marchan, y agrega. -¡No se vayan!. ¡Vos perra, me las vas a pagar!
Fernanda deja su cartera en el suelo y se ata el pelo. Rosario le saca la mochila a Mía.
Fernanda la toma del cuello a Mía, pero Mía le pega un rodillazo en la panza. Fernanda le pega unas cachetadas y Mía le pega con 3 cachetadas y una más con el puño cerrado, le da vuelta la cara de Fernanda y ésta se toca la boca y ve sangre. Se acomoda el pelo y le golpea a Mía. Ambas se caen al suelo Mía estaba abajo y Fernanda encima de Mía y le dice:
-¡Nunca te deberías haber metido conmigo, me hiciste perder mis negocios, todo por tu culpa!-. Fernanda le comienza a pegar, pero Mía logra levantar su cuerpo y Fernanda queda abajo y Mía encima de ella. Y le dice:
-Para que aprendas a no jugar con la vida de las personas para tu propio bien.
Mía golpea con su mano muchas veces a Fernanda. Mía tenía una cara de furia y odio, que no podía dejar de golpear a Fernanda. Rosario le pedía a Mía que pare, y Mía seguía golpeando a Fernanda. Hasta que Mía se levanto y escupió en la cara de Fernanda. Y le dijo:
-Te debería matar, pero ¿sabes que? Yo no soy como vos, a mi si me importa la vida de los demás.
Fernanda escupió y un diente se le cayó de la paliza que le había dado Mía. Y dijo como podía con su boca hinchada:
-¡Te odio perra! ¡Me las vas a pagar!
Fernanda tomó tu cartera y sacó un arma. Ella le apuntó a Mía en la frente y le dijo:
-¡Te vas a morir malparida!
Mía gritándole le dijo:
-¡Mátame! ¡Dale! Ya no tengo nada que perder por tu culpa. ¡Dispara, perra!
Muchas personas comenzaron a acercarse con los gritos y Rosario decía:
-¡Llamen a la policía!- luego miró a Fernanda y le dijo -¿Te das cuenta que en cuanto venga la policía te vas a ir presa? Si matas a Mía, todos estamos de testigo y no te vamos a dejar ir.
Mía le decía a Fernanda:
-¡Mátame! Estoy segura que no va a ser tu primera vez, cuantas niñas desaparecieron por causa de las proxenetas como vos.
Fernanda suspiro, su boca seguía sangrando y le dijo:
-Solamente te dejo viva porque está toda la chusma viendo, pero en la primera que te descuides, juro que te mato sin piedad.
Fernanda apuntó a todos para que la dejaran salir, y la gente le abrió el paso. Ella salió rápido en su motocicleta.
Rosario y Mía se marcharon. Rosario le preguntó a Mía:
-¿Estás bien? ¿Vamos a un hospital?
Mía le respondió:
-Estoy bien, pero debería haberle roto más la cara.
Rosario y Mía se marcharon. Rosario le preguntó a Mía:
-¿Y vos nena, de donde sabías pelear así?
Mía le dijo:
-Yo creo que tener un hermano hombre y las peleas de todos los días y las luchas, me enseñaron unos trucos, pero creo que el odio y resentimiento que le tengo a esa maldita fue lo que más me dio fuerzas para pelear.