Mía ve a Carlitos en la plaza y le dice a Rosario que ella siga, que debía buscar algo. Ella corre para verlo y lo abraza. Y dice:
-¡Hermanito! Te extraño-. Mía llora y dice -Te necesito, los necesito, tú debes escucharme por favor.
Carlitos abraza a Mía, y comienza a llorar:
-Yo también te extraño hermana... dime, te quiero escuchar.
Mía le cuenta a Carlitos todo lo que en verdad sucedió, y Carlitos le dice:
-Pero Mía...¿Cómo puedo creerte? Yo te ví hablando en la plaza con esa mujer y tú me lo ocultaste.
Mía le dijo:
-Pero no fue así hermano, no les dije porque si mamá se enteraba que estaba buscando un empleo se iba a enojar mucho. Pero esa mujer me engañó, me dijo que podía ser modelo por un día aunque sea para probar y que me pagarían bien.
Mía contó todo y Carlitos pudo entender a su hermana.
Y Carlitos le preguntó:
-¿Y quién era el hombre?
Mía dice pensando:
-No puedo recordarlo, era como Chimpa, Chimba, Chomba, no puedo recordar bien.
Mía le preguntó sobre su madre, y Carlitos le dijo:
-Ella se la pasa triste pero actúa como si nada pasará, tampoco quiere que te mencioné porque tú le fallaste, pero a la vez la deuda del banco la tiene hasta la frente.
Mía le pidió que la acompañará hasta la casa de Rosario. Carlitos fue con ella y le preguntó con quién vivía ahí, Mía le dijo que era la casa de una amiga que la ayudó y lo hizo esperar afuera. Mía entro busco en su mochila y salió. Ella le dió la plata a Carlitos y le dijo:
-Toma, dale a mami esta platica para pagar la deuda, y no te preocupes es plata prestada.
Carlitos miro la plata y miro a Mía, y dijo:
-Hermana, ¿Tú te andas vendiendo? ¿Cómo conseguiste tanta plata?.
Mía dijo:
-Te dije que no, no me prostituí, es plata prestada yo me encargaré de devolverla, tu encargarte de inventar algo para que mami la acepté.
Carlitos dijo:
-Pues nuestra madre jamás aceptaría ese dinero al saber que viene de vos ¿y que le puedo inventar?¿ Que gané la lotería? Eso ni yo me lo creo... Pero prometo intentar.
Mía y Carlitos se dieron una abrazo para despedirse.
Carlitos fue a su casa y como a la noche decidió decirle a su mamá que esa plata se la mandaba Mía, pero que era plata prestada. Y le quisó contar la verdad de Mía a su madre pero ella se negó a escuchar y dijo:
-¡No quiero que la menciones nunca más, y mucho menos que la vea! Acaso no se da cuenta que ella nos falló a los dos.
Carlitos enojado se marchó a su cuarto y le gritó:
-¡Ojalá puedas escucharla o a mi o a ella!
....
A la mañana siguiente Carlitos fue a buscar la plata a Mía. Carlitos estaba triste y le dijo a Mía lo que había dicho su madre:
-Ella está muy enojada, y no recibió el dinero…
Mía suspiro y le dijo:
-¿Cómo qué no? No puede entender que el banco nos va a dejar en la calle.
Carlitos le dijo:
-Pues hermana, vos ya estás en la calle y no fue por culpa del banco, fue culpa de ese maldito narco y esa malparida que te engaño, pero también fue algo de tu culpa.
Mía le dijo:
-¿En serio hermano? ¿Todavía no me podes creer?
Carlitos le pidió perdón y le pidió que no lo buscará porque su madre se enojaría. Pero antes le pidió un abrazo y que él le creía. Ambos se abrazaron, los dos lloraban. Antes que Carlitos se fuera Mía le dijo:
-Quédate tranquilo, yo me encargo con lo del banco. Te amo hermano… Adiós y perdón.
Carlitos abrazo a Mía por última vez y se marchó.
Mía entró a la casa de Rosario y agarro una botella de licor, prendió la radio y sonaba una canción llamada “Como un guerrero”.
Mía se sentó en el suelo a escuchar la canción, y comenzó a tomar llorando, y gritaba:
-¿Por qué Dios? ¿Qué hice para que me castigues? ¡¿Querías que me volviera una put*?! Mamá te necesito.
Luego de un rato, Mía fue a ducharse antes de que llegue Rosario con su hermanito y la vea así.