La presencia desconocida.

No dejes que el miedo te domine.

"Tan pronto como el miedo se acerque, ataca y destrúyelo" -Chanakya. 

¿Y qué fue lo que hice? Temblar y cerrar los ojos deseando que sea una maldita pesadilla como una total marica. A continución, verán a lo que me refiero. 

Siento frío y a la vez calor. Siento que no quiero estar acá. Siento que mis piernas ya no pueden reaccionar, mis manos empiezan a temblar y escribo como una maniática a punto de tener un ataque de ansiedad.

Respiro hondo, pero me duele, me duele hacerlo. ¿Qué debo hacer? Tengo miedo. 

 Siento una corriente en el cuello que me trae de vuelta a la realidad. Un aire frío, nada cálido, nada bueno que pueda transmitir. Al contrario; siento más miedo que antes. Me encuentro nerviosa, aterrada, apunto de volverme loca y salir corriendo como una desquiciada.., y peor aún, me encuentro sola. Sin nadie que pueda estar ahí para controlarme, apoyarme, hacerme sentir segura, que pueda contra esos demonios. O quizás es que yo soy el demonio...   

Vuelvo mi vista a las hojas en mi escritorio, convenciéndome que fue solo el viento o mi imaginación, a pesar de que no hay una ventana cerca. Es mejor hacerme creer que no pasa nada cuando la verdad es que sí. Intento volver a concentrarme, pero no puedo. Diablos, es muy difícil. Mi mente vuela lejos de este lugar, mi cuerpo no hace lo que quiero hacer. ¿Será que ya perdí el control en mi misma?   

Inmediatamente escucho un ruido proveniente de un lugar no tan lejano, sacándome de mis pensamientos definitivamente. Parece que viene de la sala. ¿No que estaba sola? No, no, no..., no pienses lo peor. Mantén la calma. No pasa nada, todo es parte de mi imaginación. Ignóralo y dejará de fastidiar...   

No quiero que vuelva a pasar, sólo deseo que esto sea una maldita pesadilla y no tarde en despertar. ¿Y qué tal si pasa y no puedo con eso? Nadie está aquí... ¿Cómo pudieron dejarme sola?

Los odio. Odio esto, esta soledad me abruma, siento que me estoy quedando sin aire. No puedo estar sola ni quiero estarlo. No quiero que vuelva a pasar. No quiero verlo. 

En estos momentos desearía no tener ojos para ver el desastre en el que me convertiré u ocasionaré.   

Maldita sea, los odio. Los odio porque, aún estando conscientes de lo que me pasa, decieron largarse y dejarme tirada como un maldito objeto insignificante. ¡Diantres! ¿Acaso te escuchas? ¡Estás diciendo tonterías! No todos pueden estar para ti cada minuto de tu miserable vida. Ellos sí tienen una buena vida que vivir y gozar, no como yo. Cada vez que salgo siento que debo volver a entrar. Que no tengo que salir, que todo allá afuera me va a matar..., y otra veces siento que yo misma me voy a matar al estar conmigo misma. Me siento mi propia enemiga. La única que puede hacerme sentir de lo peor, porque conozco mis debilidades mejor que nadie. Nadie más que yo puede hacerme sentir de esta manera y sentirme derrotada. Solamente YO soy la causante de estos sentimientos estúpidos..., de mi actos impuros.  

Mi respiración se detiene en cuentión de segundos cuando veo la manija de la puerta moverse. ¿Qué rayos? Que no sea él, que no sea él... Diablos, no. Por favor, no ahora.  

Me encojo en mi lugar con la intención de ocultar mi cuerpo lo mejor posible cuando veo que la puerta se abre lentamente. Esto no me puede estar pasando. No otra vez. En cuanto menos lo espero, empiezo a temblar como loca en mi lugar. Intento no hacer ruido o moverme para no ser vista, pero no lo logro. Aunque lo intente, no puedo. ¿Ahora qué? ¿Qué viene? ¿Qué debo hacer? ¿Salgo corriendo o lo evito de alguna forma? No va a funcionar ninguna de las dos. La última vez que pasó, me encontró. No puedo evitar sentirme débil al recordarlo. 

 Siento su respiranción calmada... ¿Será que está esperando que reaccione?   

  TRES... 

               DOS... 

                           UNO.  

 Me calmo. No era lo que esperaba. Maldición, qué susto! Siento un alivio al ver el ceño fruncido de mi hermano, el más idiota. Ahora siento que lo amo un poquito más. Su expresión cambia a una burlona al ver mi cara y la posición en la que me encontraba sentada en el piso junto a la cama. Sí, no tenía un mejor escondite que éste. 

Me lancé a sus brazos sin dudarlo. Debía admitirlo, al estar rodeada por sus brazos me sentía protegida. Ahora siento que nada malo podría pasarme con él. Después de todo, es mi hermanito, aunque sea mayor que yo.   

  —¿Qué mierda hacías ahí sentada con esa cara de nena asustada? -sí, ahí está el diota que mencionaba antes —Estás pálida, ¿qué pasa? —se separó un poco de mí para clavar sus ojos en los míos y noté preocupación en su voz. Su ceño está fruncido y en serio parece preocupado. Qué bipolar es... pienso.   



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En el texto hay: suspenso, miedo y angustia, entre la oscuridad

Editado: 30.11.2018

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