La primera dama

no eres capaz de enamorarla

Sofia se quedo muy alterada, luego de que Santiago se fuese con un arma en la mano, y la cabeza echa todo un revuelo, trato de ir por un auto, pero los guardias le prohibieron subirse y salir, Santiago prácticamente la había encerrado en la mansión para que no lo siguiese, las lagrimas de impotencia aparecieron por el rabillo de los ojos de Sofia.

Luego de eso regreso a la mansión y tomo su teléfono, si no podía detenerlo ella por lo menos alguien debía hacerlo, si su hermano estuviese tal vez la ayudaría, pero ahora él no estaba, así que llamo a Philip tal vez el sí podría detenerlo.

A los dos pitidos Philip contesto.

*llamada telefónica.

-Philip necesito que lo detengas. -dijo Sofia con una voz agitada y triste.

-Sofia…que pasa Santiago te hizo algo.

-No…llegaron rosas de Leandro…él enloqueció, tomo un arma y fue a buscarlo.

-De que estas hablando estamos en elección y él vaga en las calles con un arma. -dijo casi a gritos.

-No pude detenerlo…Philip debes hacer algo…

-Cálmate Sofia…dime donde esta y yo voy a ir.

Sofia se acerco al lugar donde Santiago había destrozado todas las rosas y ahí estaba tirado un papel con la dirección.

-Cafetería Fondac…Philip debes detenerlos.

-Está bien solo quédate en casa y no salgas.

*fin de la llamada telefónica

Sofia se sentó en el sofá y lloro, estaba cansada de todo y angustiada, esperaba que Philip llegase cuanto antes e impida cualquier tragedia.

Rosario la vio toda angustiada, había escuchado los gritos muy tarde y cuando quiso intervenir Santiago ya se había ido.

Se acerco con una taza de té en la mano.

-Mi niña…toma un poco de té, eso te va a calmar.

-Nana, que hare si algo malo le llega a pasar por mi culpa.

-Ya no te martirices así…el decidió ir y no había nada que tu pudieras hacer.

-Pero si tan solo…si tan solo.

-Nadie manda en sus sentimientos.

***

Santiago manejaba rebasando todos los limites de velocidad, quería matar a Leandro así fuese lo ultimo que hiciese, probablemente Sofia luego lo llegue a odiar, pero en este preciso instante no le importaba nada.

Al llegar a la tienda, arreglo su traje y escondió el arma, se dirigió a la planta de alta y ahí estaba sentado en el lugar menos visible con una sonrisa en el rostro que se borró al verlo aparecer y no a Sofia.

Santiago se apresuro y llego a su mesa, el cuerpo de Leandro ya temblaba de la rabia, si Santiago había llegado y no Sofia, eso quería decir que algo malo le debió de pasar a ella o él la había encerrado.

-Donde esta Sofia. -hablo sin pensarlo dos veces.

-Te decepciona no ver a mi esposa. -dijo en tono burlón.

-Déjate de tonterías, que le has hecho.

-Qué crees tú, que podría hacerle un marido amoroso como yo.

-Maldito bastardo. -dijo Leandro levantado el puño para golpearlo.

Santiago agarro su mano y luego lo presiono y con la otra mano le metió un puñete en el estómago.

-Me debes una Leandro no lo olvides…te recomiendo que dejes de buscar a mi esposa si no quieres dejar a tu hijo huérfano.

Leandro estaba adolorido, pero aun así se alejó de él y hablo enojado.

-Que hiciste con Sofia para que no se reuniera conmigo.

-Esta encerrada…y si deseas que no salga lastimada es mejor que te alejes de ella.

-Maldito psicópata…hacerle eso solo porque no te ama.

-En la guerra y en el amor todo se vale, no voy a permitir que la vuelvas a ver en todo lo que resta de tu asquerosa vida…pero creo que lo mejor será asegurarme y terminar esto. -Dijo Santiago sacando el arma que traía oculta.

En la posición en la cual se encontraban era fácil que cualquier cliente que subiese pudiera verlos, pero ya nada eso importaba para Santiago.

-Vaya…vas a matarme, es que no puedes pelear conmigo que me apuntas con un arma.

-No te equivoques, deseo hacerlo rápido por que Sofia me espera en casa, estaba muy alterada cuando me vio salir de casa con el arma. -dijo casi relajado.

-Cuando vas a aceptar que no te ama…de hecho ella no podría amarte jamás, porque no es la verdadera Sofia…ella es solo una impostora a la verdadera la mataste tu. -dijo entre gritos.

-Cállate…ella es Sofia y el que no desea aceptarlo eres tú, te aferras a una idea vaga para sentirte bien. -dijo algo alterado.

-Jaja...aun si es ella, a quien ama es a mí, a ti te olvido…de hecho a lo único que puedes aferrarte son a sus memorias porque no eres capaz de enamorarla…aun si recupera su memoria, crees que te perdonara el haber elegido a mi hermana por sobre ella.

-Cállate…eso lo planeo tu familia, ponerla a mi lado…de no ser por ella…

-Quien iba a pensar que tu buen corazón seria tu perdición…sabes aun si me matas debes saber que te gané y era lo que siempre quise.

-De que hablas...

-La idea de poner a Serena a tu lado fue mía, cuando apareció la aborrecía tanto, pero luego encontré su utilidad…separarte de Sofia y luego yo quedarme a su lado…todo había salido de acuerdo al plan, pero quien pensaría que los padres de Sofia se reusarían a romper ese compromiso tan infantil.

-Maldito. -dijo Santiago antes de disparar.

***

Philip había llegado a la cafetería y despejo todo el local dejándolo prácticamente vacío en cuestión de segundo, la prensa se encontraba por todos lados debido alas votaciones por lo que se encargo de llevarlos bien lejos de lugar.

El personal igual que los clientes no tardaron en salir.

Philip y sus hombres subieron a la planta alta y ahí estaba Santiago apuntando con un arma a Leandro mientras este solo hablaba provocadoramente.

Lo ultimo que supo fue que su cuerpo se movió por si solo, empujado a Leandro.

Los hombres de Philip no tardaron en capturar a Santiago, Philip se levantó y hablo calmadamente pero no pudo evitar parecer molesto.




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