Capítulo 06.

**Lumos** Juro Solemnemente que no estoy tramando nada bueno **Lumos**

“Y cualquiera debe morir a manos del otro, porque ninguno puede vivir mientras el otro sobrevive ... El que tiene el poder de vencer al Señor Oscuro nacerá cuando muera el séptimo mes ".

Mirando los diferentes frascos de pociones dispuesto en una fuente para ella, salto hacía ellos en cuanto percibió su olor… delicioso aroma frutal. *Hm-mm delicioso… delicioso* Se los bebió todos de un golpe, una tras otro, dejando caer los pequeños frascos de cristales al suelo, aunque no se rompían al contacto con el suelo, rebotaban sin ruido alguno y volvían a flotar vacíos.

— ¡Más! —Pidió mirando hacía el Goblin que le había traído los frascos, en un momento estuvo sentada en una camilla… al siguiente, estaba frente él— ¡Más! —Gruñó malhumorada.

—Veo que entrenarla va a hacer un puñado —escuchó. Sus ojos se levantaron, su atención cayó en el hombre que aun olía delicioso, al parecer pudo sentir su mirada porque se volvió hacía ella con manos en alto—, no comerme joven. Tengo una materia que enseñar que me encanta hacer.

Hürrem juró que nunca hizo un mohín. Ella. No. Lo. Hizo.

—Pero hueles para comerte —susurró, lamiendo sus labios sin perder de vista al hombre.

—Deja tranquilo a mi Profesor de encantos, por favor, Mi Lady.

Habiendo perdido su momento de diversión, Hürrem volvió su mirada hacía el hombre que entraba a… ¿Era siquiera una habitación? Se encogió de hombros y sonrió al recién llegado— Está bien.

Regresó a su camilla y se sentó mientras observaba como los humanos entraban y se apilaban en las sillas que aparecían solas. Era curioso cómo reaccionaban a ella únicamente por lo que era. Bueno, no es como si ella misma lo entendiera del todo… solo sabía que era diferente, pero al mismo tiempo no sabía cómo era posible que lo fuera. Aunque no le importó la verdad.

Rio divertida cuando el rubio pomposo de Malfoy entró y se sentó en una silla cerca de la puerta, aunque su cara no demostraba expresión alguna, el pulso en sus venas decía lo contrario, el tamboreo frenético de su corazón era divertido de escuchar… su sangre…

—Oh, Lord Malfoy, ¿Por qué no más cerca? Solo un poquito —no se burló… ella no se burló del estremecimiento del rubio cuando mostró sus colmillos.

—Mi Lady…

Negó exasperada y elevó las manos sobre su cabeza— Muy bien, me comportaré… un poco.

El hombre, Director Justicie Northe como se había presentado, largo un suspiró pesado— Eso es lo mejor que obtendremos de ella, ¿BoneBreaker?

—Viendo que todas las partes involucradas han llegado, Lady Potter comenzaremos aclarando los acontecimientos más recientes…

Hürrem le sonrió al pequeño Goblin con burla— Por supuesto, estoy ansiosa por saber quién es el primero en mi lista de mordidas…—relamió sus labios con énfasis— tan ansiosa…

Y tras recibir miradas de alarma y exasperación de los presentes, sonrió con alegría.

Oh chico… esto sería tan divertido.

En silencio se preguntó si está nueva emoción suya tenía que ver con algo dentro de ella que no podía entender del todo.

Sabía que estaba ahí… ¿Dormido tal vez?

Y también sabía que era ella… ¿Pero al mismo tiempo no?

Sonrió lentamente ignorando las voces en la habitación, aunque no del todo… de alguna manera podía prestar atención a muchas cosas diferentes y saber lo que pasaba y se hablaba a su alrededor. Así que si, ignoró activamente las voces y se concentró en los humanos que olían delicioso para su olfato.

— ¿Sus sangres serán igual de deliciosas para mi paladar?

El humano al que había alcanzado entre un segundo y el otro salto, más que ver con su mano deslizándose por su cuello. Presionando un poco su vena principal… aunque lo dejo ir cuando su respiración se volvió errática y pesada.

—Hmm… ¿Por qué tendría que importarme tus leyes actuales, niña? —Apareció frente a la mujer que... ¿Era jefe de los Aurores? — Me gustas… tienes agallas para sostener un puesto de poder tan complicado y al mismo tiempo tan simple pero demandante como ningún otro —acarició la mejilla de la dulce niña, se abstuvo de mostrar sus colmillos, apreciando a su vez la mirada fiera en los ojos castaños y la tensión por luchar su camino cuesta arriba—. Sigue así niña. Muchos necesitan recordar que desde hace mil años, hemos sido las mujeres quienes marcamos los más grandiosos y significativos cambios en nuestra historia.