JAKE
Estoy esperando a que Laura llegue al garaje ya que me había avisado mi prima que ahora vendrían. Estoy apoyado sobre la pared mientras espero cuando alguien me habla.
-Jake, ¿qué haces aquí?- me pregunta María, una amiga de la infancia con la que me acostaba de vez en cuando.
-Nada, solo espero a una persona.
-No quieres divertirte un poco de mientras- me contesta acercándose sensualmente a mí.
Antes de que pueda decir nada pega sus labios con los míos y yo no reacciono hasta que una luz nos alumbra. Cuando me separo de María puedo ver que es Laura en su moto, se queda paraliza, y antes de que pueda decirle nada se da la vuelta y se va.
-Mierda- mustió pasándome las manos por el pelo.
-La he cagado, ¿no?- me pregunta María y yo la fulmino con la mirada- Lo siento, no sabía que tenías algo serio con alguien.
Yo no le contesto y me pongo el casco rápidamente para ir tras Laura.
-¿¡Qué coño ha pasado!?- escucho a mi prima gritar en mi espalda.
No le contesto, enciendo la moto y salgo de mi casa.
Mierda, ¿cómo la he podido cagar tanto? Todo estaba yendo muy bien, pero he tenido que cagarla. No voy a dejar que esto destruya el todo lo que he avanzado con Laura.
Bajo corriendo de mi moto cuando llego a su casa, llamo a la puerta y espero con impaciencia hasta que está se abre dejándome a una Laura vestida solo con unos pantalones de baloncesto y un top deportivo, lleva un moño despeinado y tiene los ojos un poco rojos, creo que por haber llorado. Está a punto de cerrar la puerta pero se lo impido poniendo mi pie.
-¡Vete con esa rubia y déjame en paz!- me grita- ¿No sé cómo he podido ser tan estúpida?
-Déjame explicarte lo que de verdad ha pasado por favor- le pido.
-¡No tienes por qué explicarme nada!
-Pero quiero hacerlo.
Ella parece dudar un poco pero me deja entrar, me lleva al salón y veo cómo se sienta en el sofá, yo la imito y me siento a su lado, pero no demasiado cerca para que nos rocemos.
-Y bien…- me incita a que le cuente lo que había pasado.
Le cuanto todo lo ocurrido y quien era a rubia, parece que se ha relajado un poco su rostro y ya no me mira con tanto odio.
-Entonces ella se te lanzó porque como te habías acostado con ella unas cuantas veces y pensó que también querías.
-Sí- le contesto.
-¿Y por qué no te separaste?
-Porque no reaccioné, pero ni siquiera le devolví el beso- le aclaro y al parecer ya no está enfadada- Por favor perdóname.
-No te tengo que perdonar nada, porque no somos nada- me aclara.
-Pero yo quiero que eso cambié- le digo y ella me observa incrédula- Estaba en el garaje porque quería pedirte una cita.
-Pero si ni siquiera tienes mi número.
-Eso se soluciona rápidamente- le contesto entregándole mi móvil.
Ella se ríe pero coge mi móvil, escribe su número y me lo entrega.
-Mándame un mensaje- me pide y yo lo hago y me hace una foto desprevenido- Im…bé…cil- dice mientras escribe en su móvil.
-¿Para qué me has hecho una foto? Seguro que salgo mal- me quejo.
-Porque todos mis contactos los agrego con una foto- me explica- Y no sales mal.
-Enséñamela- le pido intentando coger su móvil, pero reacciona y echa el brazo hacía a tras mientras se ríe y niega con la cabeza- Va venga- sigo insistiendo intentando coger su móvil.
Sin darme cuenta estoy prácticamente encima de ella con su cara a centímetros de la mía. Me olvido del móvil y centro mi vista en su preciosa cara, pero sobretodo en sus carnosos labios. No aguanto más y pego mis labios con los suyos, le cuesta unos segundos reaccionar, pero enseguida abre su boca para dejarle acceso a mi lengua mientras una de mis manos aguanta mi peso y la otra descansa en su mejilla. Sus manos viajan a mi cuello y lo rodean tirando de mi nuca hacía abajo para intensificar el beso, juega con mi pelo mientras yo me dejo caer lentamente encima de ella para que mis manos puedan recorrer su cuerpo.
Nos separamos un poco y yo tiro de su labio inferior haciendo salir un gemido inaudible.
-Tenemos que parar- dice con la respiración agitada y con sus labios casi pegados a los míos- No me has pedido ninguna cita.
-¿Quieres salir conmigo?- le pregunto mirándola fijamente a sus ojos azules, ella sonríe y asiente.
Le doy un beso casto y me separo de ella. Laura también se sienta y entonces saco mi móvil y le hago una foto.
-¿Qué haces?-me pregunta sorprendida.
-Para mis contactos- le contesto sacándole la lengua.
-Pero si estoy horrible, mira cómo voy vestida…
-Estás preciosa- le corto antes de que siga y veo cómo se sonroja.
-¿Y qué día vamos a salir?- pregunta.
-El domingo, ya que tengo que trabajar el viernes y me he enterado que el sábado tenéis partido- le informo y ella sonríe.
-Bueno, tendrás que irte a tu fiesta- me dice bajando un poco la cabeza.
-Sí, pero esperaba vinieras conmigo- le contesto mientras le cojo la barbilla para levantarle la cabeza.
-No sé…- me empieza a decir- Me tendría que volver a cambiar y todo.
-Porfaaaaa- le pido haciendo un puchero.
-Vale, ahora iré- me informa poniéndose de pie.
-Si quieres te puedo llevar- le ofrezco y veo cómo se tensa.
-No hace falta- me responde nerviosa y sube rápido las escaleras.
¿Por qué no querrá que la lleve? La última vez también noté lo nerviosa que estaba cuando la traje en moto. Pero no lo entiendo, ella conduce también, y por lo que he visto está noche no le importa ir rápido, pero cuando la traje aquella noche me pidió ir lento. Le ha tenido que pasar algo para comportarse así, porque nunca he conocido a alguien que le tenga miedo a que le lleven en moto pero que si conduce ella no pasa nada.
-Ya estoy- dice mientras baja las escaleras haciendo que despierte de mis pensamientos.