LAURA
-¿Y yo qué?- le pregunto pero como no dice nada- Pensaba que habías cambiado, que de verdad te importaba algo, que no era solo un capricho por ser la única que te había dicho que no- le digo y noto como mis ojos se humedecen. Me estaba ilusionando, pensaba que podría cambiar y estar solo conmigo, pero no- Enhorabuena, ya has conseguido lo que querías- y cierro la puerta. No llores Laura. No lo merece- Agggg- gruño cuando noto como estoy a punto de derrumbarme, pero una voz me frena.
-¿Qué pasa cariño?- pregunta mi madre.
¿Cuándo habrá venido? ¿No volvía el lunes? Mierda, en mi cuarto hay cosas de Jake, espero que no las haya visto.
-Nada mami- respondo un poco nerviosa.
-¿Algún chico?- cuestiona.
-Mamá…- me quejo y ella se ríe- No estoy para bromas- contesto mientras me dirijo a las escaleras.
-Por lo menos dame un beso si no quieres hablar- se queja y bajo corriendo para lanzarme encima suyo. Le doy besos por toda la cara como cuando era niña y ella se ríe- He podido volver antes y te he traído algo, a ver si te sube el ánimo- dice y se gira para coger una cajita. Me la da y yo la abro. Veo que es una taza en forma de balón de fútbol.
-Gracias- le digo y vuelvo a darle un beso. Voy a la cocina y la dejo en mi armario de tazas- Me voy al cuarto, estoy muy cansada.
-Está bien hija, yo también estoy cansada del viaje- contesta mi madre- Mañana cuando vuelvas del entreno me cuentas que tal las cosas y el porqué de ese ánimo- me dice para después darme un beso en la frente- Buenas noches hija, no te vayas a dormir tarde y come algo- me ordena y se va.
Subo corriendo las escaleras y veo que sigue igual mi cuarto. Veo las cosas de Jake y vuelvo a tener ganas de llorar, pero escucho unos golpes. Me fijo que se escuchan del balcón. ¿Qué debe ser?
Me acerco y abro una puerta. Veo cómo pasa una piedra por mi lado. Entonces salgo y veo a Jake.
-¿Qué quieres?- pregunto seria pero en un susurro porque veo luz en el cuarto de mi madre. Aunque por dentro me estoy riendo de lo irreal y de película que ese está escena.
-Lo siento princesa, no he conseguido lo que quería- grita y yo le indico que bajo el volumen.
-Ya te has acostado conmigo- susurro- Ahora ya puedes volver a ser el mujeriego de antes- digo y cierro las puertas.
Me agacho, cojo la camisa de Jake y la huelo. Qué bien huele, me he hecho adicta a este olor en este último mes.
-Para Laura, no te tortures más- me ordeno a mí misma y tiro la camisa en mi cama- Agg- vuelvo a gruñir y me agarro el pelo. Entonces escucho como tocan a la puerta, pero no a la de mí cuarto, sino a la de mi balcón. Voy hasta allí y las abro encontrándome con Jake- ¿Cómo has subido?- cuestiona sorprendida.
-Escalando- me aclara rascándose la nuca.
-Te podrías haber matado- contesto.
-Me da igual con tal de poder hablar contigo- responde y esta vez soy yo la que se queda callada- Quiero más, no solo acostarme contigo- empieza a decir mientras se acerca a mí y yo retrocedo hasta chocarme con un mueble. Nos quedamos a centímetros y me pongo nerviosa.
-Por… qué debería… creerte- cuestiono nerviosa, aunque en sus puedo ver sinceridad.
-Nunca había subido por un balcón, ni me había quedado con una chica después de haberlo hecho, nunca había dejado a una chica tomar el mando cunado nos acostábamos, nunca me había gustado tanto besar a una chica, nunca había dormido con alguien, eres diferente Laura- aclara.
Me sorprendo cuando dice mi nombre, nunca lo había hecho. No sé qué decir.
-Laura García, ¿quieres ser mi novia?- pregunta después de unos minutos callados.
Lo miro sorprendida, pero con una sonrisa en mi cara. Me ha pedido ser su novia, no puede ser. El mujeriego del instituto con novia.
-Si no quieres lo…- empieza a decir pero lo corto juntando nuestro labios en un beso tierno.
-Sí que quiero- susurro sobre sus labios y noto como sonríe. Me coge y me da vueltas en el aire mientras nos reímos. Escucho un ruido en el pasillo y es cuando me doy cuenta que está mi madre en casa.
-¡Cielo!- grita mi madre.
-Mierda- mustio- Escóndete en el baño- susurro a Jake y él lo hace. Cojo su ropa y la meto debajo de la almohada de mi cama y me echo encima con mi móvil en la mano.
-Cielo- dice mi madre entrando por la puerta ya con su pijama- ¿Qué era ese alboroto?
-Lo siento mami- contesto- Estaba hablando con las chicas y me han hecho reír.
-Está bien, no te vayas tarde a dormir- me ordena y se va. Dejo salir un suspiro y me levanto.
Abro la puerta del baño y veo a Jake sentado en el baño, cierro la puerta con el pestillo y me siento encima de él.
-Con que tu madre ha vuelto- comenta mientras me acomoda en sus piernas.
-Sí, cuando nos fuimos a la farmacia- informo mientras le toco el pelo. Me encanta hacerlo. Juntamos nuestro labios y empieza una batalla de besos- ¿Quieres… quedarte?- pregunto entre besos.
-Más que otra cosa- contesta y pasa a besar mi cuello.
Muevo mis caderas haciendo que gruña, y de un momento a otro estamos casi desnudos. Lo único que separa nuestros son nuestra ropa interior, de la cual nos despojamos rápidamente. Jake se levanta conmigo enganchada en su cintura. Me pega contra el cristal de la ducha a la vez que la abre mojándonos enteros y sonrío.
-Voy a acabar adorando esta ducha- susurro.
-Yo también- contesta contra mi cuello con una voz muy ronca que me pone la piel de gallina.
Empieza a dejar pequeños mordisco en mi pecho mientras yo tiro un poco de su pelo. Se separa y me mira fijamente con esos ojos que me atraparon desde el primer momento. Hago que me baje, me giro y apoyo las manos en el cristal. Se mete lentamente en mí provocándome un gemido mientras me besa los hombros. Empieza con movimientos lentos que poco a poco aumentan de velocidad.