Como todas las mañanas, Sanae se despertó tarde y temiendo obtener una reprimenda por parte del director, de nuevo, salió de su casa sin bañarse, con el cabello hecho un nido de pajáros y con la blusa de su pijama. Su vestimenta consistía en un jean ajustado, la blusa de vaquitas que ya fue antes mencionada y sus tenis blancos. Simple, práctico y normal, lo necesario para agradarse a sí misma.
Por su parte, Airtya se despertó junto con los rayos del sol e inició su mañana como todos los días, sola. Hizo su desayuno, intentó quedar decente para ir a la escuela y observó con disgusto su reflejo en el espejo. Para ella no era alguien bonita y eso le jodía ya que por lo menos quisiera tener un pretendiente en su vida, pero, para su desgracia, su vida sentimental y sexual era inexistente. Hasta un caracol tenía más vida sexual que ella. Así que con expresón malhumorada salió de su departamento, echando humos por las orejas.
Dante y Carlest tuvieron la difícil tarea de quemarse el cerebro intentando crear un escenario casual para reencontrarse con Sanae.
Después de 3 tazas rotas y de que un malhumorado dios de la lujuria haya estado a punto de invocar a todos sus súcubos para acabar con su compañero, tuvieron la genial idea de inscribirse en la misma universidad que la chica.
La idea surgió cuando Carlest recordó haber tenido una extraña conversacón con Sanae sobre los estudios, ella entusiasmada le contó que estaba en el área de medicina; que había aplicado para el examen sin esperanza alguna de pasar, pero que, para su sorpresa, aprobó.
Resolvieron el problema del papeleo con solo invocar a 2 súcubos y a una banshee. Ellos fueron a las oficinas e hicieron lo suyo, que consistía en que la banshee se encargaría de ahuyentar a cualquiera que aún estuviese en la universidad, y los súcubos utilizarían todos sus encantos para seducir al director y antes de, haber obtenido documentos falsos decentes.
El plan salió a la perfección, los dioses se habían registrado como estudiantes, con la diferencia de que uno iría en medicina y el otro en derecho. Carlest en el primero y Dante en el segundo.
Si estuvieron de acuerdo o no con la decisión, no se lo dieron a conocer a sus ayudantes, Dante por el amor que les tiene a ellos y Carlest porque apenas se había vuelto a reunir despues de un siglo con su amiga, no quería hacerla sentir mal.
Lo cierto era que, si los dos cambiasen de lugares, la vida de ellos iría mejor.
Carlest ocupó toda su semana libre, la cual le dieron para empaparse de conocimiento acerca de los humanos para conocer lo que se tenía permitido hacer en este mundo y que no, así como las sanciones, derechos y leyes de convivencia. Dante se interesó mas por los problemas que afectan a los humanos, tanto emocionalmente, como fisicamente, fue fácil ya que ellos tenían conocimiento de ello, pues al afectarle ciertas cosas que a los humanos le causa la muerte en su estado fisico, sabía el 80% de todo lo que estaba escrito en los libros.
Ellos se levantaron temprano porque antes de coger el autobús, tenían que pasar a comprar unas libretas y cosas para la escuela, para su fortuna, la papelería quedaba a 2 cuadras de su hogar.
En el camino se encontraron con caras malhumoradas y gente que iba corriendo por las calles tratando de llegar a tiempo a donde sea que se dirigiesen. No les tomaron tanta importancia, lo mismo sucedía todo el tiempo, cada que salían a buscar un libro o a comprar sus productos de limpieza y alimento. Al principio era raro, pero con el tiempo se acostumbraron y también aprendieron que los humanos miraban mucho a las personas.
Una semana semana en el mundo humano para ellos fue como un año.
—Mueve esas nalgas, Caca— le dijo el rubio al pelinegro.
—Eso hago, dios de la gonorrea.
—Eres tan idiota.
—Oye, mira— señala con su dedo el pecho del rubio.
—¿Que cosa?—justo en el momento en que baja su mirada, Carlest eleva con fuerza su dedo hacia la cara Dante.
Se escucha el sonido del dedo al pasar tan bruscamente por los labios del dios, adolorido, le da un golpe en la frente con sus uñas. Eso le causa un gran dolor en la frente a Carlest, él lleva una mano a su frente para masajearla un poco.
Deciden calmarse y que cada quien cargue son su propio dolor, ya que van lo suficientemente justos a la escuela, como para perder más tiempo en disputas infantiles como las que acostumbran a tener por las mañanas.
Aunque ninguno de los dos sea consciente de que se está creando una relación de amistad entre ellos, sin duda el vínculo aunque algo débil, existe.
Caminan en silencio unos minutos y llegan a su destino, la universidad.
Observan como algunos chicos entran tomados de las manos felices y como otros llegan solos y con cara de haberse chupado un limón.
—¿A donde es que deberíamos ir ahora? — le susurra el rubio a su acompañante.
—Estamos esperando a Sanae, ella me contó que siempre llega tarde, así que esperaremos a que llegue— da su respuesta —, que enano eres — se burla.
—Cállate — lo mira furioso.
Antes de que el dios de la pureza siga con sus ofensas hacia su amigo, miran como la chica a la que buscan se acerca a ellos.