—¿Adónde vamos?— pregunté.
—A un lugar seguro. Estamos bordeando la parte oriental del bosque de los Sueños. Hacia el norte, existe un lugar abandonado que podemos usar como refugio. La gente es supersticiosa y no se acercará.
—¿Por qué me ayudas?
—Ya te lo dije: soy la Mensajera.
—¿Qué significa eso?
—Mi padre me envió a buscarte desde que supo de tu llegada. Lamento haber llegado tarde. Las profecías no son siempre claras.
—¿Quién es tu padre?
—Nuada, es uno de los Antiguos, bueno, más bien un ex-Antiguo.
—¿Qué son los Antiguos?
Ella suspiró.
—Ya nos hemos alejado bastante. Será mejor que descansemos y lavemos esas heridas— dijo, señalando un arroyuelo que corría con aguas cristalinas a la derecha del sendero.
—Además, eso le dará tiempo a Colib para que nos alcance.
Dana me hizo sentar sobre una roca a la orilla del arroyo y me ayudó a quitarme la túnica.
—Lo que primero debemos atender es ese feo corte arriba de tu ojo— dijo, abriendo su mochila. Sacó un trozo de tela blanco y lo mojó en el agua.
—Los Antiguos no nacieron originalmente en el Círculo— comenzó Dana mientras lavaba mis heridas—. Pero supongo que eso dejó de importar hace mucho tiempo. Vinieron desde otro mundo, a través de un portal. En su mundo original, eran gente común, pero aquí, descubrieron que sus mentes tenían potencialidades ocultas que comenzaron a despertar. Cultivaron y desarrollaron esas habilidades especiales. Se volvieron muy poderosos.
—¿Cuántos eran?
—Nueve.
—¿Y todos podían dominar las mentes de los demás?
—No— dijo ella, mirándome con desconcierto ante la pregunta—. Así como cada persona tiene ciertas habilidades para algunas cosas y no para otras, las habilidades especiales que desarrollaron eran también diferentes en cada uno.
—¿Y qué pasó?
—Lo que pasa siempre con los poderosos. Algunos de ellos quisieron aun más poder. Especialmente uno de ellos: Bress. Bress decidió explorar el Círculo en busca de alguna forma de aumentar su poder, pero se encontró con algo mucho más atractivo que eso. Tiempo después, volvió con los demás para contarles que en su aventura, había conocido extraños seres y un lugar maravilloso en donde el tiempo no mataba las células del cuerpo. Rápidamente, los Antiguos partieron hacia aquel extraño lugar y se instalaron allí para vivir por siempre. Pero aquel lugar estaba viciado, según dicen, y la corrupción, aunque no llegó a sus cuerpos, sí se arraigó en sus corazones. El tiempo era infinito para ellos, y Bress comenzó a aburrirse. Utilizó su habilidad para traer gente de afuera del Círculo.
—¿Cuál es su habilidad?
—Bress comanda los portales.
Por un momento, casi dejé de respirar, pensando en las implicaciones. ¿Tenía que ver Bress con mi llegada al Círculo? ¿Podía ayudarme a volver? ¿Sería conveniente involucrarme con él? Tenía que saber más.
—¿Por qué quería Bress traer a gente de afuera?
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Editado: 24.03.2018