La Profecía De La Llegada - Libro 1 de la Saga De Lug

TERCERA PARTE: El Elegido - CAPÍTULO 93

            —Este es un buen lugar— anunció Verles, sacándose la mochila de la espalda y colgándola de una rama.

Althem estuvo de acuerdo después de inspeccionar los alrededores y preguntar a Anhidra si percibía enemigos. Calpar comenzó a recoger unas ramas junto con Althem, para hacer fuego. Anhidra se sentó grácilmente sobre un tronco caído. Dana se dejó caer sobre el césped, exhausta. Habíamos estado marchando sin descanso desde Yarcon toda la mañana. El cielo había estado encapotado casi todo el camino, pero hacia el mediodía, por fin salió el sol. Esto animó a Verles, que pareció volver a ser casi el mismo de antes. Althem estaba complacido de que hubiésemos llegado a la intersección entre el Xano y el Timer para la hora del almuerzo. El humor de todos había mejorado, excepto el de Dana que se comportaba distante y apenas me dirigía la palabra.

Verles observó el río desde la parte superior de la barranca donde habíamos decidido parar a comer.

—¿Qué les parece algo del río para el almuerzo de hoy?— preguntó Verles, frotándose las manos, entusiasmado.

—Mientras no sean serpientes — dijo Dana.

Verles solo rió y corrió barranca abajo a inspeccionar el río más de cerca y preparar unas líneas para pescar.

Me acerqué a Dana y me senté a su lado. Acerqué la mochila que tenía las medicinas y comencé a sacarle la bota para cambiar las vendas de la herida. Ella apartó la pierna.

—Anhidra puede hacerlo— dijo.

—Dana...— la busqué con la mirada, pero ella apartó sus ojos de mí—. ¿Hice algo malo?

Ella no contestó.

—Si hice algo que te molestó, te pido disculpas... pero me gustaría saber qué fue.

—No hiciste nada malo— dijo sin mirarme.

La tomé del mentón y di vuelta su rostro hacia mí.

—¿Qué es lo que sucede?

—Solo estoy cansada— respondió ella, haciendo la cabeza para atrás para huir de mi contacto.

—Dana...

Ella miraba obstinadamente el suelo.

—Es por el mensaje de Marga, ¿no es así?— fue una afirmación más que una pregunta.

Ella no respondió.

—¿Por qué no quieres decirme lo que ella escribió?

Dana levantó la vista hacia mí con los ojos llorosos.

—Porque no lo sé.

—No te creo.

—Cree lo que quieras— dijo ella sin emoción, volviendo la vista al suelo.

—Lo que sea que haya dicho ese mensaje... podemos manejarlo, podemos solucionarlo. Si me dices lo que estaba escrito en esa pared, podemos luchar juntos para resolverlo.

Ella negó con la cabeza.

—¿Es algo sobre la Perla?— continué—. La Perla va a corromperme y voy a traicionarlos a todos. Es eso, ¿no es así?

Ella suspiró.

—Lug, no sé lo que decía el mensaje, no lo sé.

—¿Por qué me haces esto?

—Yo no te hago nada.

—¿Qué puede ser tan terrible que te haya cambiado así?

—Anhidra— llamó Dana a la mitríade, ignorándome—, ¿quieres traerme el libro? Quiero aprovechar para comunicarme con los ejércitos mientras Verles consigue el almuerzo.

—Desde luego— respondió Anhidra. Levantándose del tronco donde estaba sentada, buscó el libro en una de las mochilas.

Viendo que Dana no iba a ceder, me puse de pie y me alejé de ella. Noté que Calpar había estado mirándonos todo el tiempo. Me dirigí hacia él para intentar sacarle alguna respuesta que me pudiera ayudar a comprender lo que le pasaba a Dana.

Anhidra le alcanzó el libro a Dana, junto con una pluma y un pequeño tintero. Cada día, Dana se comunicaba con las exploradoras y con los jefes de los distintos ejércitos mediante su habilidad, y escribía en el libro los reportes que luego compartía con los demás. Hasta ahora, no había mucho que comunicar, pero al menos nos enteramos de que las mitríades habían abandonado Medionemeton sanas y salvas. Nuada había partido con un grupo de Tuatha de Danann hacia el noreste para tratar de interceptar a Ifraín. Las mitríades que habían salido antes en su busca, aún no se habían encontrado con él. Zenir y Eselgar estaban cerca de Kildare. Eltsen viajaba con Tarma y un pequeño grupo de guardias de los Tuatha de Danann hacia Faberland para comenzar a enviar las provisiones que en unos días más, serían necesarias para sostener a los ejércitos.



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En el texto hay: mundos paralelos, fantasiaepica

Editado: 24.03.2018

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