La puerta se abrió en mitad de la madrugada, su movimiento me alertó, pero me mantuve en silencio, cubierta por las colchas. Alguien se sentó a los pies de mi cama.
- Lo maté…- se lamentó Severus- Lo tenía frente a mí y lo maté.
Me senté en la cama, mi esposo, me abrazó, tirando su varita mágica a un costado de la habitación, con rabia y desprecio. Le devolví el abrazo mientras acariciaba su espalda.
- La única persona que creyó en mí… ¡Y lo maté!-
- Sabíamos que esto ocurriría…- dije contemplándolo a los ojos. - Piensa que has salvado el alma de Draco Malfoy
- ¿Y mi alma, Nela? ¡¿Y mi alma?!
- ¿Cómo se lo tomaron nuestros amigos, los mortífagos?
- Me tienen como un dios.
- Entonces, ya no eres un traidor ¿Verdad?
Severus asintió y me volvió a abrazar. Una extraña bruma entraba por la rendija de la cerradura.
- ¿Q…Qué es eso?- pregunté.
Me deshice de los brazos de Severus y caminé hacia la bruma. Un círculo de energía lila me rodeó, y ahí la vi. Hermosa, con la mirada decidida, cabello pelirrojo, atemporal.
“Déjame entrar, Nela…” me suplicó. “Déjame hacerlo…” – resonaba en mi mente.
“No”
“Es necesario…”
“¡Por supuesto que no!”
Y entonces, sin poder defenderme, el espíritu de aquella mujer tomó el centro de mi cuerpo, empujando el mío hacia el exterior.
- ¿Sev?- mi voz sonaba diferente, más etérea.
Severus tomó su varita y me apuntó.
- ¡Severus!- exclamó el espíritu que ahora estaba en mi cuerpo.- ¿No reconoces a una vieja amiga?
- No es gracioso, Nela.- masculló.- ¿Cómo puedes copiar el tono de voz de Ella? ¡Jamás serás Lily!
- ¡Soy Lily!- exclamó enojada- ¿O no quieres hablar conmigo, con una sangresucia?
Severus miró atónito por todas partes. Era un excelente oclumante, pero como nigromante, dejaba mucho que desear. Sonreí, a pesar de lo poco que me gustaba oficiar de médium, sonreí. Quizás hablar con ella lo haría entender que todo tiene un fin, aunque duela.
Lily miró a través de mis ojos negros hacia donde me encontraba.
- ¡Qué bonito don tienes, Nela! Aunque muchos lo malinterpreten. Y tienes razón – dijo mirando a Severus.- Todo tiene un fin, aunque duela.
- ¿En verdad eres tú?- preguntó Severus mientras bajaba su cabeza. Ahora sabía en donde me encontraba.
- Sev…-dijo Lily- Gracias por cuidar a Harry, todos estos años.
- No lo hice por él…- se cruzó de brazos - ¿No es obvio?
- No te entiendo, Sev. Nunca pude hacerlo…
- Todo esto. Cada día cuidándole la espalda a tu hijo, desde que lo encontré sólo, llorando, después de que el Señor Tenebroso los haya asesinado a ti y a James. Arriesgarme todos estos años haciendo cosas que no quería, matar a Dumbledore, todo esto lo hice por ti; únicamente, por ti, Lily.
- ¿Después de todos estos años, Severus, todo lo has hecho por mí?
- Siempre.- contestó con sequedad.- Te he amado con la intensidad que se ama una sola vez en la vida. – agitó su varita- Expecto Patronum.
De la punta de su objeto mágico, una cierva plateada salió disparada acompañada por rayos de luz dirigidos a todas partes. Era una belleza. De pronto, la cierva se convirtió en un destello intenso. Lily sonrió. Del destello salió volando una fuerte y majestuosa águila. Severus contemplaba el hechizo hipnotizado.
- No entiendo…- murmuró.
- ¿Qué no entiendes, Sev? Tu Patronum estaba ligado a mí, por eso había copiado la forma del mío, y Nela no tiene Patronum, su magia es diferente a la nuestra. Hay hechizos que puede hacer, no sé cómo, pero su defensa es otra. Ya lo he comprobado.
- Eso quiere decir…
- Has sido liberado, Severus. Quien eres, tu verdadera esencia está representada en tu hechizo.
- Pero…- miró hacia donde me encontraba flotando- Nela.- sentenció.