La propuesta del Sr. Miller.

Capítulo 40: Las reglas se cumplen

Capítulo 40: Las reglas se cumplen.

NARRA STELLA

El silencio del ambiente me incomodaba, no quería ocupar mi cabeza con pensamientos que de seguro me iban a ser sentir peor de lo que ya estaba.

Era necesario que Miller recibiera su merecido, dejarle las cosas claras, porque era verdad, que, necesitaba de cada una de las palabras que salieron de mi boca. 

Ahora, a consecuencias de mis actos; nos encontrábamos en un incomodo silencio. Llevábamos un buena distancia de Marck y Carolina; pues, ellos habían decidió ir en otro carro.

Observo los diferentes botones hallados al frente, conocía algunos y sabía su función, primero enciendo la radio y los diferentes tipos de músicas empiezan a sonar.

—Espero no te moleste la radio —comento incómoda.

—Para nada —me hace saber.

Miro la parte superior del auto y se me ocurre una idea, presiono el otro botón y la capota del auto se abre repentinamente, haciendo que la dulce brisa de la noche sople sobre nuestros rostros.

No puedo evitar que de mis labios salga una pequeña sonrisa, muevo un poco mi cuerpo para aliviar el estrés acumulado y olvidarme un poco del mal momento pasado en la mansión.

Siento la mirada de Harry sobre mi persona, una mirada que buscaba encontrar o descifrar algo.

—Eres tan diferente —logro escuchar el pequeño susurro, pero no le presto atención.

La sincronía que arma el viento con la música es única en todo sentido.

—¿No te molesta el viento? —Pregunta el hombre a mi lado.

—Para nada, ¿por qué? —Respondo.

—Tu cabello se puede estropear —comenta..

—No le veo el problema a ello, tampoco es el fin del mundo por eso. So!o me lo arreglo un poco y asunto solucionado —explico.

Él vuelve a sonreír y su mirada se fija al frente de la vía.

Poco a poco vamos llegando, lo que provoca que apague la radio, baje la capota del auto y finalmente, organice mi cabello como lo había planeado.

Habían alrededor de tres reporteros, los suficientes para sacar algún chisme. Harry sale del auto y yo sigo su acción, este llega hasta donde yo me encuentro y me toma de la mano.

—Debiste esperar que te abriera la puerta —habla pasito.

—La caballerosidad está bien, pero puedo salir de un simple auto, no es para tanto —digo sin tomarle importancia.

Nos adentramos a la empresa y como es de esperar, todos nos quedan viendo.

Tarde o temprano se tendrá que pasar esa mala costumbre.

—Buenas noches —saludamos a! unísono 

—Buenas noches —contestan varios empleados.

—Necesito el informe de la bodega —ordena a la recepcionista.

—Por favor —pido educadamente, la cgixamme brinda una sonrisa y se pone a hacer lo pedido por su jefe.

La puerta de la empresa se vuelve a abrir dejando a la vista a Carolina y a Marck, quienes tienen una distancia.

—Buenas noches —saludan.

—Aquí está, señor —dice la mujer extendiendole un pequeño folder.

—Es bueno,. no hubo casi perdidas —informa ojeando la hoja.

—Lo poco que se perdió lo cubre el seguro, ¿cierto? —Curiosea Carolina.

—Es su deber hacerlo, quieran o no —comento segura..

—Tienes razón, ya debería estar aquí, los llamé mientras veníamos en camino.—habla Harry.

—Deberíamos pasar a la sala de juntas, me siento demasiado observado —opina Pérez viendo a su alrededor.

Entre todos le damos es razón, Harry y yo nos dirigimos al elevador privado y ellos al de los empleados. El momento pasa en un rotundo silencio, esto cambia solo cuanto nos hemos adentrado al lugar.

—No contestan —informa Harry empezando a desesperarse.

—Insiste —pide Marck.

—¿Cinco veces no te parecen suficientes? —Pregunta irónicamente.

—Hacen quince minutos que debían estar aquí —comenta Carolina viendo el reloj.

—Esto es una verdadera falta de respeto y profesionalidad —gruñe Miller.

Los del seguro no habían llegado, no contestaban y no sacan ubicación o información de ellos.

—¡Contestaron! —Habla Harry.

Veo cada una de las expresiones halladas en el rostro de mi querido esposo. las cuales no decían nada bueno.

—¿Mañana? No. es imposible —dice alterado. —Esto no es nada profesional de su parte, lo primero que me dijeron era que estaban disponibles las veinticuatro horas del día, una verdadera falta de respeto para con nosotros.

Un par de discusiones más y el hombre termina colgando la llamada.

—¿Que te dijeron? —Pregunto.

—Excusas baratas. Que no podían venir porque no eran horarios laborales para su empresa, Perú cuando firmé el contrato, lo primero que me prometieron fue disponibilidad las veinticuatro horas del bendito día.

—¿Que podemos hacer en ese caso? —Habla Pérez.

—Yo lo único que tengo claro es que acá no vinimos a perder tiempo —sentencio. —Pásame el teléfono, por favor —pido.

Él hace lo pedido y en menos de un minuto ya me habían contestado.

—Señor Miller, con el respeto que usted amerita, ya le dijimos que no —corto las palabras de la chica inmediatamente.

—No habla Harry Miller.

—Oh, disculpe. Buenas noches, ¿Que se le ofrece? —Preguntan al otro lado de la línea.

—Necesito que su empresa venga de inmediato a la Corporación Miller, se lo hemos pedido de mil formas amablemente pero se niegan, así que; vienen o se atienen a les consecuencias —amenazo.

—Señorita, con el debido respeto que usted también amerita, ya hemos dicho que no es posible —insiste.

—Permítame y le explico algo: Nuestra empresa, si trabaja las veinticuatro horas del día, a excepción de los domingos como decreta la ley. Sólo estamos pidiendo lo que nos corresponde, el seguro para la bodega que tuvo problemas.

—Señorita, solo ha sido una de las muchas bodegas que ustedes tienen a su poder, no veo el problema a que esperen mañana.

—Pues yo sí veo el poblema, una bodega en problemas significa perder demasiados clientes, cosa a la cual ninguna empresa quiere someterse. Así que, o responden con mi petición de inmediato o me veré en la necesidad de ejercer una demanda por falta de compromiso al contrato que ustedes firmaron.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.