"Para Elisa" sonaba en mis oídos, el ritmo me envolvía en un maravilloso éxtasis. El sonido de ese hermoso instrumento me ha hecho volar, imaginar y soñar al paso de los años.
Me imaginaba viéndolo golpear con pasión el piano, él estaba despeinado por los movimientos y yo solo pude sentir emoción al saber que esa canción era para mí, para Elisa. Esa bella melodía termino y abrí los ojos, ahora Mozart sonaba en mi reproductor de música y todo lo que veía era el techo de mi cuarto.
¿Por qué no nací en esa magnífica época?