Todas las personas son un perfecto blanco para el amor. Por más que queramos negar que en nuestro corazón no entra ni una pizca de ese "bizarro" sentimiento, terminamos maldiciendo al notar que al parecer ese sentimiento ya se alojaba en nuestro pequeño recolector de sangre.
Por supuesto, a algunas personas les resulta más factible enamorarse, mientras que a otras, caer en ese hueco del que nunca podrían salir les resulta desagradable.
En realidad, todos nos enamoramos, no necesariamente de un humano, se equivocan. El amor se puede relacionar con cualquier cosa, por mínima que sea; el amor a la lluvia, el amor a tierra seca, el amor hacia un apestoso calcetín, a una página en blanco, a una llena de hermosos lienzos. El amor a una casa, a un chelo, el amor de un animal e incluso el amor a una bebida. Lo que si es cierto y completamente seguro es que amamos, y amamos de verdad.
Muchas veces, nuestro corazón toma valentía para hacerlo notar, aunque es muy probable que nuestra razón nos haga retroceder unos cuantos pasos, eso sí, solo cuando la cobardía golpea brutalmente a nuestra conciencia, esa que parece estar empeñada en intentar no hacernos desistir.
Ahora ¿podemos evitar salir rotos? Por supuesto que no. Y es que todo puede romperse en instantes y nosotros somos el claro ejemplo de que podemos terminar acabados por amor. La lluvia cesa, la tierra se moja, los calcetines se lavan, las hojas en blanco algún día se arrugan o solo se rompen. La hoja que antes tenía lienzos se puede estropear, las casas se derrumban, los chelos pueden terminar rotos, los animales en alguno momento deben morir y la bebida se acaba.
Sin embargo, nosotros cuando tenemos el corazón roto amamos para sanarlo. El amor es una insana destrucción, sí, pero también una masiva pizca de salvación.
Quizás para Eric y Kayla, la mejor manera de confiar sus corazones es arriesgándolos en los recuerdos del pasado,aquellos que parecían lastimarlos cada vez que pasaban de manera fugaz por sus mentes y que se enterraban duramente en sus corazones con cada vez mucha más fuerza.
Aquí verás cómo el amor puede restaurar un despojado corazón roto. O, bueno, como la razón... no siempre podría estar más allá del corazón.