3 de Abril 1570
Querida Ursula.
He quedado impresionado por la magnífica facilidad que tiene mi adorada Padme para las palabras y por su manera tan elegante de expresarse mendicante la poesía.
Sigo molesto con mi compromiso como rey, el trabajo en la corte no deja de llegar y mis ansias de conocer a mi princesa Padme me matan, estoy considerando seriamente el enviar un carruaje con órdenes de traerla ante mí pero censuro esos deseos egoístas al pensar que he de separar a mi hija de su madre convaleciente y prefiero que se siga instruyendo aún más, por lo que ya me habéis escrito, la princesa tiene una mente abierta al conocimiento y no quiero que eso cambie, deseo de todo corazón que ella siga así, instruyéndose incluso cuando ya no haya nada que enseñarle, porque la mente curiosa e innovadora es la mente que busca el renacimiento, el conocimiento.
Ojala existiera forma de poder visitar y brindar apoyo a mi convaleciente Catalina, lamentablemente me es imposible por ahora pero os juro por mis hijos que la visitaré antes de que termine Abril.
Con cariño, tu amigo.
El rey.