La Reina con mascara

Capitulo XVI. La llave de los reflejos

—La llave de los reflejos, uno de los 12 núcleos de poder de la dimensión MADRE. Esta llave puede mostrar lo que pasó en el pasado, siempre y cuando se haya visto reflejado en él.

—¿De verdad? Vamos a probarla—dijo Brenda ya que la había encontrado ella. —Este espejo será el primero—dijo acercándose a él, era el espejo de la princesa, estaban en su habitación con tonos rojos y violetas.

—Definitivamente es su habitación.

—Ahora, introduce la llave en el espejo, y di este día, 7 de julio del 1983. A las 11:00 más o menos.

—7 de julio del 1983.

El espejo empezó a vibrar y pequeños círculos aparecieron hasta que se mostró una imagen en él. Era la pequeña Dama, se estaba peinando ella sola, su mayordomo estaba detrás observándola.

—¡Mira, mira Wyatt! Lo estoy haciendo yo sola.

—Ya es una niña muy grande alteza. 8 años es una edad grande.

—¿Verdad que si?—sonrió.

—¿¡Quien está lista para su fiesta de cumpleaños!?—Gritaron sus padres.

—¡Yo! ¡Yo!

—Toma cariño, este es nuestro regalo—la reina le dio una caja pequeña con un lazo. La princesa lo abrió.

—¿Una llave?

—Esta llave es muy especial Dama—dijo su padre. —Es una herencia familiar ¿sabes? hay 12 objetos mágicos y este es uno de ellos.

—¿La llave? ¿Y qué hace?

—La llave de los reflejos es uno de los 12 núcleos de poder, 12 objetos con poderes diferentes capaces de cambiar el mundo. Con esta llave en concreto, puedes ver lo que cualquier reflejo haya visto.   

—¡Que guay!

—Vamos, hay muchas más sorpresas—dijo la madre. Los tres se fueron, dejando la llave en la mesa. El espejo dejó de transmitir el video grabado.

—Los reyes sí que la querían—dijo Claudio.

—Ese fue el ultimo cumpleaños que la princesa paso con sus padres, después de ese día, empezaron a cambiar poco a poco, y la dejaban de lado por el oro, pensamos que podrían tener la fiebre del oro, una enfermedad que hacía años que no se escuchaba.

—¿Donde ponemos la llave para ver lo que realmente pasó?—preguntó Claudio quitando la llave del espejo.

—Podéis verlo en este espejo de ahí—siguió andando hasta la sala principal, donde había más destrozos, donde había pasado todo.

—¿Qué día era?

—22 de julio del 1987. Sobre las 19:00 más o menos.

El espejo roto funcionó igual, pero solo se veía la imagen que no estaba dañada. Se podía ver a los reyes hablando con su hija, tenía 12 años en ese momento.

—¿No tenéis suficiente oro todavía?—la princesa estaba de brazos cruzados mientras que los reyes estaban sentados en sus tronos con varias monedas de oro encima.

—Cielo, el oro es vida.

—Estáis muy mal, ya me he enterado de que hay una enfermedad llamada la fiebre del oro, siento decíroslo pero creo que la tenéis.

—Tonterías hija, ahora retírate, vamos a estar aquí hasta la cena—dijo su madre tirándose monedas encima.

—Sois tal para cual—la princesa se retiró mirando en la vitrina, el espejo de las almas.

—¿Ese es el espejo de las almas?—preguntó Claudio.

—Sí, desde hace generaciones, la llave de los reflejos y el espejo de las almas han sido propiedad de este reino.

El  timbre del castillo sonó, era el rey Edgar, un novato y joven rey de 25 años.

—Rey Edgar, que sorpresa verle ¿Qué le trae por aquí?

—Rey Myron, reina Rosa, me preguntaba si podíamos hablar un momento.

—Por supuesto, pase, adelante.

—Solo pasare yo con dos más si no le importa, los demás, os quedáis aquí.

—Que le trae por nuestro reino.

—Vera, me he enterado recientemente que ustedes tienen en su poder, el espejo de las almas.

—Sí, lo tenemos desde hace generaciones.

—¿Eso de ahí es oro?

—Em…si, pero no es suyo, es todo nuestro.

—El caso es que necesito ese espejo, ser rey es, bueno, algo difícil al principio, por eso tengo que hablar con mis padres.

—Ya, el caso es que no podemos dejar que salga de este reino, nadie lo ha tocado en siglos y es muy peligroso utilizarlo—dijo el rey Myron.

—Seguro que si intentamos contactar con mis padres, quizá me ayude a seguir con mi reino.

—Rey Edgar, el espejo es muy peligroso, conecta con almas y se pueden escapar, por eso no lo hemos tocado nunca.

—¿Eso significa que no me lo dejáis?

—Eso significa que no podemos dárselo—dijo el rey Myron, firme.

—Vaya, es una pena…—El rey Edgar dio señales a sus guardias para que le cubriesen, los reyes intentaron pararlo como podían, nadie venia a defenderlos, estaban solo ellos contra todos los guardias del reino dorado.

El rey Myron, por un momento de proteger la vitrina con el espejo dentro, lo empujó, y a causa de eso, el rey Edgar sufrió una herida, una cicatriz. Con la vitrina rota tenían a su disposición el espejo de las almas.

Una vez lo cogieron, lo destruyeron todo y los mataron a los dos, dejando a la princesa Dama, actualmente llamada Liaria, huérfana a los 12 años de edad.

—¿Y dónde estaba Liaria?—preguntó Claudio. El espejo dejó de transmitir las imágenes.

—La princesa lo vio todo, y por miedo no… Yo la protegí, y no pudimos hacer nada.

—Ver morir a tus padres y no poder hacer nada… es una gran impotencia.

—Entonces ellos fueron los que robaron a los reyes de aquí.

—Claudio, los reyes del reino oscuro robaban casi siempre nuestro oro.

—¿Y eso es motivo para matarlos?

—No pero tampoco creo que la balanza se incline hacia ellos.

—Los dos reinos lo han hecho mal, esto está claro—dijo Lark. —Pero, un momento, ¿la fiebre del oro existe realmente? ¿O es solo una excusa para la gente que le guste el oro?




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