Elizabeth estaba decidida a terminar con el mensajero antes de que hiciera más daño, al ver que había lastimado a Sam, su espíritu de lucha aumentó, no tenía pensado perder ante el terrorista, Anferne tenía que entender que su reinado de terror había terminado.
—Solo estamos tu yo, definamos el final de esta pelea.—exclamó Elizabeth antes de dar el primer golpe, no había otra manera de describirlo, era una pelea a muerte, la heroína golpeaba tan fuerte que esta vez el mensajero no tuvo oportunidad contra ella, no tuvo ventaja alguna a pesar de que se esforzaba en acabarla.
Tan intensa fue la batalla puño a puño que sorprendentemente el mensajero quedó devastado con los ataques de la reina cuervo, estaba completamente derribado y a punto de morir.
Pero aun en su lamentable estado, el terrorista sonrió antes d pronunciar sus ultimas palabras.
—Boom…jajaja.
Los ojos de Elizabeth se abrieron de golpe, un miedo atrapante se apoderó de su alma, lo único que pasó por su mente fue la vida de Sam, la cual quería proteger a como diera lugar, el edificio colapsó de un momento a otro, Ansel se había encargado de despejar aquella área para que ningún civil estuviera en peligro, le llevó mucho tiempo, pero por fin lo logró, aunque había personas que intentaban grabar todo con su celular y la curiosidad y el morbo los ponían en riesgo.
(Momentos antes de que la bomba fuera detonada)
—¿Que hacen ahí mirando? ¡Largo de aquí idiotas! Si no quieren morir aplastados será mejor que corran, ¡no pierdan más tiempo!—la presencia imponente de aquel hombre enmascarado los hizo tragar saliva y al instante se retiraron.
—¡Lo sentimos señor!—exclamaron los civiles alejándose a toda prisa.
—Que héroe tan raro…se supone que deben ser amables ¿no?
—Pues este no dejo de maldecir ni un momento.—se decían así mismos mientras corrían.
—¿Como demonios terminé haciendo esto? ¡Mas vale que no haya más imbéciles grabando!
Mientras esto pasaba, Aris se dirigía al edificio que estaba colapsando, estaba desesperado por encontrar a Elizabeth pues no sabía nada de ella, el comendador aparecía como inhabilitado y eso lo hacia sentir en el borde.
A lo lejos vio a un hombre alto y fornido que estaba vestido de negro y usaba un casco para cubrirse la cara.
—¿Quien es ese tipo? ¿Será otro héroe? No…debe ser uno de los terroristas, se ve a leguas que es un criminal.—se dijo Aris así mismo mientras se acercaba con un tubo de acero que se encontró por ahí.
—¡Hey tu! ¿Que haces ahí parado? ¿Te quieres morir o que? Malditos mocosos de hoy en día, se creen influensers y solo dan lastima.
—Esa voz…tu eres quien peleó con Elizabeth desde el principio.—le dijo Aris mirándolo fijamente.
—¿Que? Oh, ya veo, ja, con que así se llama esa chica ¿no crees que fue muy idiota de tu parte revelarme su nombre?
—¡Dime donde está! ¿Que le hiciste?—Aris sujeta fuertemente su Nara de hierro amenazando a Ansel sin quitarle la mirada de encima.
—¿Por que me ves así?¿quieres golpearme o que?—le preguntó Ansel en un tono burlón.
—Si le hiciste daño jamás te lo perdonaré…
—A mí para que me sirve tu perdón, bajo eso enano, te vas a lastimar.
—¡No estoy jugando!
—¡Yo tampoco! No le hice nada al cuervo, la ultima vez que la vi estaba peleando con el mensajero.—le respondió Ansel molesto.
—¿Qué?
De pronto aquella explosión sacudió todo el perímetro y más allá haciendo que perdieran el equilibrio.
—No puede ser…Elizabeth.
—¿La tonta estaba en el edificio?
—¡Elizabeth!—Aris gritó con todas sus fuerzas intentando correr hacia el edificio, pero Ansel lo detuvo abruptamente.
—¿Que crees que haces? No seas estúpido o morirás aplastado.
—¡No me toques! ¡Tengo que ir por ella!—gritaba Aris agitado.
—¿Y como piensas ayudar? No tienes fuerza ni super poderes, solo estorbarías convirtiéndote en una víctima más.
—Pero…ella me necesita…no puedo quedarme mirando.
Si realmente quieres ayudar, evacua a toda la gente que este cerca de este lugar, yo iré a buscarla, te traeré lo que encuentre de ella.
—Ella esta viva…lo sé.
—¿Como va a sobrevivir a esa explosión? no seas idiota.
—¡yo se que esta viva!
—¡Ash! Mocoso estúpido ¡no te metas en problemas! ¡Iré a revisar!
—Elizabeth por favor…mantente a salvo…—expresó Aris con la voz entre cortada.
Ansel se dirigió hasta el edificio, era todo un reto lograr ver algo, había una espesa nube gris y todo era inestable, el edificio seguía colapsando, Aris le rogaba a Dios que Elizabeth estuviera viva, mientras avanzaba, encontraba a varias personas heridas y se dispuso a ayudar en lo que podía.
—El edificio esta colapsando, pronto caerá por completo, sal de aquí, no te preocupes por mí, la gente te necesita, hay fuego por todas partes y la lluvia no logra apagar por completo los incendio provocados, te necesitan.—le dijo Sam mirándola a los ojos.
Elizabeth había ganado la batalla contra el mensajero, pero todo a su alrededor era un caos, Sam tenía razón, debía a abandonar el edifico y ayudar a todos los civiles que la necesitaran.
Sam dejó de insistirle a Elizabeth que lo dejara, pensaba que ni siquiera ella podría salir viva de esto.
—Supongo que entonces este es nuestro fin.—exclamó Sam sonriéndole con dulzura.
—Te prometí que te sacaría de aquí y eso es lo que voy hacer, pero necesito que me hagas un favor ¿puedes?
—Claro ¿que puedo hacer por ti?
Cierra los ojos y Abrelos cuando te sientas seguro, espero que no le temas a las alturas.—le dijo ella con amabilidad.
Elizabeth sujetó a Sam de la cintura y puso su brazo bajo su hombro y corrió hasta el borde del edificio y saltó de él mientras este terminaba de derrumbarse.
—¡Ahhh!
—¡No te sueltes! Confía en mí ¡no caeremos!